Esto es algo que nunca me hubiera gustado hacer y menos para recordar la figura de alguien tan cercano como José Luis Lorenzo. Y ¿Qué voy a contar yo, que como profesional vosotros no conozcáis? Aparte de descubrir con el tiempo que habíamos coincidido de los 3 a los 6 años en el mismo colegio, tuve la suerte de coincidir con él en los últimos años de carrera. Terminamos y fuimos juntos al servicio militar en el Hospital de ganado de Zaragoza. De ahí nuestro estreno como Veterinarios en las Campañas de saneamiento de Asturias. Esa fue una etapa super feliz, con nuestras entonces novias, también Veterinarias, recorriendo Asturias en busca de las Casinas por los lejanos invernales. Fueron Jose y Susana los primeros en visitar y “sanear” el pueblo de Bulnes, subiendo a patita con todo el material, ya que el funicular entonces era una utopía. Una gran huella dejó Asturias a la cual tenemos que volver de cuando en cuando para recargar pilas y donde Jose nos esperará desde ahora.

Allí estuvo hasta el día en que recibió una llamada clave en su vida, para incorporarse como Veterinario en una empresa de genética porcina de Madrid. Estudiando clínica en la Complu y habiendo nacido en Madrid, no es de extrañar que no supiera nada de cerdos en ese momento. Pero ¿Creéis que en algún momento se amilano? Bien sabéis que todo lo contrario. A estudiar toca, a seguir estudiando, ahora la producción porcina. Y ya sabéis donde llegó.

Primero, amigo de todos. El primer mono para él y a continuación, acompañar en el trabajo a todo el personal para enseñar bien como hacer las cosas. Y como estaba escrito que nuestros caminos fueran paralelos, me surge sin saber cómo ni por qué, una beca para hacer la tesis en el INIA sobre la ¡reproducción del ganado porcino! Por aquel entonces, años 80, muy pocas empresas utilizan la inseminación artificial y Jose, en cuanto se lo propongo, no tarda en llamarme para montar un laboratorio y organizar el tema. Lo siguiente, la transferencia de embriones, utilizando los vientres de cerdas híbridas para obtener lechones de bisabuelas. Qué bien lo pasamos y cuanto aprendimos.

En una etapa posterior, fue fichado como responsable de los técnicos Veterinarios de Proinserga que por aquella época era de las mayores empresas de porcino del país. Pero donde alcanzó su esplendor profesional, fue en su etapa de autónomo. Esa faceta que cuando empiezas a ejercer, te da vértigo, ya que para su buen desempeño, necesitas algo fundamental como es la experiencia y de eso José, a esas alturas tenía de sobra. Pero esta etapa le permitió soltar las alas y volar. Producción danesa, holandesa, alemana. Trabajaba con Uruguay, colaboraba con veterinarios de México, Chile y por supuesto con Bolivia. Su Avícola Sofía que la transformó por completo. Conocedor a fondo del manejo de las cerdas en paridera, de su selección, del manejo en grupo de los lechones recién destetados, las curvas de alimentación adecuadas para esa cerda, ese manejo, esas condiciones ambientales.

Enseguida detectaba las anomalías, solicitando las pruebas adecuadas para controlar cualquier enfermedad. Le he visto enfrentarse a los popes de algunas empresas, para instaurar sus programas de vacunación, estando en entredicho su actuación, hasta que llegaban los resultados donde se demostraba su conocimiento. Es en esta etapa de su vida profesional donde ha colaborado con empresas farmacéuticas, alimentación, de genética. Ha podido como digo, desplegar sus alas y demostrar el buen profesional que siempre ha sido, ayudando a compañeros y siempre dispuesto a colaborar para obtener los mejores resultados. José, dejas un vacío muy grande. Ahora nos tocaba disfrutar más de la vida y como siempre vas por delante, te has ido. Te has ido antes de tiempo compañero, amigo, hermano. Pero seguro que ya estás preparando algo por ahí arriba, como siempre pensando en los demás, pensando en tu Veterinaria, dejarás pistas para que nos volvamos a encontrar.

Descansa en paz amigo siempre, amigo de todos, José Luis Lorenzo González, Veterinario.

Fdo: Pedro García Casado (ZOITECH)