El sector del huevo se enfrenta a su enésima reconversión
El sector del huevo se enfrenta a su enésima reconversión para amoldarse a las exigencias de la UE
Se ha celebrado el Día Mundial del Huevo en un contexto marcado, a nivel agroalimentario, por la propuesta legislativa que aprobó en junio el Parlamento Europeo para la eliminación de la cría en jaula a partir de 2027 consecuencia de una Iniciativa Ciudadana Europea (ICE).
A raíz de ello, la Cámara europea ha pedido al Ejecutivo comunitario que presente una propuesta encaminada a acabar con esta forma de cría que es la opción elegida por el 73,7 % de los hogares en España, según datos de 2020 aportados por la interprofesional del huevo y sus productos (Inprovo).
Esos mismos datos revelan que la segunda opción en envasados es la de los huevos de gallinas de suelo (15,5 % del total de ventas); huevos camperos (9,2 %) y los ecológicos (1,6 %).
La estrategia “De la granja a la mesa” no ha hecho sino impulsar ese camino hacia el fin de las jaulas en un contexto en el que las materias de sostenibilidad y bienestar animal adquieren creciente protagonismo en el seno de las instituciones comunitarias.
En España se da por hecho que la reconversión llegará y por eso el sector, representado en la interprofesional, ve necesario afrontarla con las oportunas ayudas públicas y con plazos que garanticen la viabilidad del sector.
Productores e industria están ya alzando su voz también para hacer saber que prescindir de las jaulas llevará la producción hacia sistemas más caros y que su intención es repercutirlo a los precios de venta al resto de la cadena.
En ese sentido, la directora de la Asociación Española de Productores de Huevos (Aseprhu), Mar Fernández, ha insistido recientemente, en declaraciones a Efeagro, en que los productores quieren un compromiso social por el que los consumidores muestren que están dispuestos a pagar ese previsible encarecimiento del producto.
La Comisión Europea informó a finales de junio de que su intención es estudiar las consecuencias socioeconómicas y medioambientales de las medidas que se adopten y los beneficios para el bienestar de los animales en una evaluación de impacto que se completará antes de finales de 2022.
También quiere llevar a cabo una consulta pública, a más tardar a principios de 2022, para estudiar si es viable esforzarse para que la legislación propuesta entre en vigor a partir de 2027.
Otra exigencia es que no haya competencia desleal con huevos y ovoproductos de países terceros que “no cumplen” con las mismas exigencias del Modelo Europeo, según la interprofesional.
En España, las organizaciones representadas en Inprovo quieren mantener, en todo caso, un diálogo “constructivo” con las administraciones, los eslabones de la cadena del huevo y la sociedad para que la adaptación a las normas sea responsabilidad de “todos”.
Mientras tanto, el sector llega a la celebración de este Día Mundial cumpliendo un año desde que entró en vigor su primera extensión de norma, que se cimenta sobre un plan estratégico de comunicación con la intención de promocionar el producto a nivel nacional e internacional y mejorar la reputación sectorial.
El fin es dar a conocer un sector, el de la avicultura de puesta española, que factura más de 1.000 millones de euros en ventas para consumo (datos 2020), es el cuarto productor más importante de la UE, mantiene unos 15.000 puestos de trabajo directo, en torno a los 60.000 indirectos y exportó en 2020 más de 30.000 toneladas de huevo y ovoproductos.
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