El sector de los drones y su aplicación en la agricultura

Los drones o como deben llamarse por sus siglas en inglés RPAS (Remotely Piloted Aircraft Systems) son unas aeronaves pilotadas por un sistema de control remoto. Tienen muchas aplicaciones, una de ellas es en el sector agrario. Con una serie de sensores, (cámaras hiperespectrales, multiespectrales, térmicas, RGB, etc.) facilitan los trabajos de los agricultores.

El fundamento de esta aplicación es el análisis de información de forma rápida y precisa de lo que está ocurriendo en la explotación agraria. Los drones, son portadores de unos sensores que nos aportan mucha información. Por ejemplo, las imágenes multiespectrales o, mejor aún, las hiperespectrales, nos pueden dar información de los parámetros fisiológicos de los cultivos. Con estos datos se calculan una serie de índices de vegetación, que nos aportan datos del estado de los cultivos. Con las imágenes térmicas podemos ver el estrés hídrico de las plantas o síntomas de alguna plaga o enfermedad. Con las cámaras RGB podemos ver si hay malas hierbas de forma rápida y precisa, geolocalizando el problema y posteriormente tratar solo los focos donde están las plantas indebidas.

Las ventajas son la rapidez operativa de los actuales vuelos con drones o RPAS, junto con la alta resolución espacial. La visualización de las parcelas con mucha información analizada. Captura de muchos datos de forma precisa. Además, están incorporando nuevas fuentes de datos con los que actualizar las formas de llevar la explotación y analizar la información. La rápida obtención de información convierte a estos drones en una herramienta adecuada para la agricultura de precisión, lo cual repercute directamente en una considerable mejora, tanto cualitativa como cuantitativa de la explotación. Cuanta más información, rápida y precisa, de lo que ocurre, mejor es la toma de decisiones y menores serán los costes, ya que nos podemos anticipar a los problemas.

El principal inconveniente en estos momentos es el alto coste de las cámaras, el sistema operativo es complejo y los tiempos de vuelos son de momento cortos. Actualmente, se están alargando los tiempos de vuelo gracias al desarrollo de nuevas baterías. La carga de las baterías en el campo suele ser otro problema, no siempre hay tomas de corriente en la explotación, lo que conlleva portar varias baterías, lo que encarece la inversión. Otro de los inconvenientes es que necesitamos manejar varios programas de ordenador para obtener la información y no todos los agricultores manejan con soltura la informática. Por tanto, es necesario un experto para obtener un buen análisis de la información que proporcionan los sensores. Además, para pilotar estas aeronaves, hay que sacarse el título de piloto y estar dado de alta como operador. Todas estas formalidades hacen difícil que se generalice. Es necesario contar con personal cualificado.

Actualmente, el uso de los drones es principalmente en cultivos que son rentables. Cuando se generalice su uso y puedan producirse en serie, bajarán los costes de las cámaras y resto de sensores, así como el coste de los vuelos. En un futuro no muy lejano se estará aplicando a muchas explotaciones.

Juan López de Herrera

Ingeniero Agrónomo

Profesor de la ETSIAAB.