El fraude de los jamones y otros productos cárnicos caducados
En una sociedad cada vez más sensibilizada ante temas de esta naturaleza, surgen una vez más, lamentablemente, entes delincuentes que generan un problema inmenso a todo el sector cárnico, porque empañan su imagen y quiebran la confianza de los consumidores.
En efecto, efectivos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil han decomisado, en el plazo de pocas semanas y en tres operaciones, cientos de toneladas de jamones y otros productos cárnicos caducados, e incluso en mal estado, que las sociedades o personas implicadas pretendían (habiéndolo conseguido en algún caso) volver a poner en el mercado, después de falsificar etiquetas o precintos.
Fuentes de la Guardia Civil y del Ministerio de Sanidad afirman que, por el momento, se trata de operaciones independientes que han coincidido en fechas cercanas, aunque los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado siguen investigando por si pudieran tener conexión.
Así, por ejemplo, cientos de toneladas de chorizo, salami y salchichón loncheados y miles de piezas de jamón han sido inmovilizados o destruidos al haber sido comercializados estando caducados o incluso en estado de putrefacción. Una investigación de la fiscalía de Badajoz iniciada en 2017 ha llevado a la destrucción de 275.000 kilos de productos cárnicos en mal estado en Extremadura, así como a la requisa de 490 toneladas de fiambre en presentación loncheada y de 15.000 jamones en varias localidades de la Comunidad Valenciana en los últimos días, según han informado las autoridades sanitarias. Las marcas afectadas son Jamón Bodega Alto de Aitana, Jamón Bodega Sierra Gorda, Aire de Mariola, Serranía de Ameta, El Galán, Jamones Croval, Don Enrique y Oro la Ermita.
No olvidemos tampoco lo que sucedió en el mes de marzo en Mallorca: más de 30.000 kilos de carne congelada caducada estaban preparados para ser distribuidos en colegios, hoteles y restaurantes de la isla. Una serie de productos que la Policía Nacional intervino en aquella operación en las naves frigoríficas de una empresa de distribución cárnica de Mallorca que los vendía haciéndolos pasar por frescos desde hacía más de un año, También había partidas de salmón ahumado y de pulpo cocido cuya fecha de consumo preferente había vencido hacía más de tres años.
Como no podía ser de otra manera, ANICE (la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España) reclama a la Administración una actuación realmente contundente para detectar y perseguir irregularidades como las conocidas recientemente con el objetivo, por una parte, de poder poner a disposición de la justicia a sus responsables y, por otra, de proteger los derechos de los consumidores, la competencia leal de las empresas y la buena imagen de los productos puestos en el mercado. ANICE considera que es absolutamente inaceptable que operadores deshonestos empañen gravemente la reputación, el buen hacer y los esfuerzos de todo el sector para poner a disposición del consumidor productos seguros, de calidad reconocida y totalmente conformes a la normativa española y comunitaria.