Comunicado de AECERIBER
Es indiscutible que en España la producción pecuaria está en el “ojo del huracán” de una parte importante de nuestra sociedad que, estando física y mentalmente muy alejada, infinitamente alejada para ser exactos, de lo que es una moderna explotación ganadera del siglo XXI, lo cuestiona todo: los sistemas, las técnicas, al ganadero, a sus técnicos e, incluso, en algunos casos (animalistas, veganos…), la razón de ser de la producción, del consumo y de la utilización de los productos generados en nuestras ganaderías (no solo en la alimentación, sino también en el vestido, en el calzado y/o en los accesorios).
Es en este complejo marco donde ACERIBER ha emitido un importante comunicado en defensa del sector del sistema productivo del cerdo Ibérico, dando su respuesta al clima que está viviendo el sector cárnico en su conjunto.
El comunicado dice así:
«Todo el sector porcino en España asiste en los últimos días a una permanente publicación de noticias y opiniones de diversa índole que están poniendo en solfa el buen hacer de ganaderos e industrias del ramo.
La Asociación Española de Criadores de Cerdo Ibérico, AECERIBER, se ha mantenido en una posición discreta -aunque ello no implica que no tenga una opinión al respecto-, pero no está dispuesta a quedar impasible ante un cuestionamiento de las bondades de los sistemas extensivos de producción.
El sector del cerdo Ibérico en la actualidad está compuesto mayoritariamente de cerdos intensivos en su categoría de cebo de pienso, hasta representar un 60% de las cabezas, pero su parte más emblemática y diferenciada corresponde a las producciones extensivas de cebo de campo, y sobre todo de bellota, con un 40% del volumen de cabezas entre ambos, cantidad que se va incrementando progresivamente.
Conviene aclarar, para evitar malas interpretaciones, que las producciones de bellota están en un sistema extensivo más de la mitad de su vida productiva y no un mínimo de 60 días como se afirma y que su alimentación siempre consta principalmente de un aprovechamiento de los recursos naturales “a diente” caminando libremente, ejercitando su musculatura, creciendo lentamente y en perfecto estado de salud y bienestar. Son las producciones extensivas del cerdo ibérico las responsables de la conservación y el mantenimiento de la dehesa y de que este ecosistema único en el mundo haya llegado hasta nuestros días. Cualquiera puede comprobarlo in situ gracias a nuestra política de “puertas abiertas” en nuestras explotaciones ganaderas.
Resulta lamentable que las prácticas de los buenos ganaderos e industrias se vean cuestionadas por una política sensacionalista, pero lo que no se puede admitir es que esa polémica salpique malintencionadamente a los sistemas tradicionales y ligados a las dehesas que son el polo opuesto de las denuncias lanzadas en los medios. Consideramos que la defensa de los sistemas intensivos de producción porcina –blanco e ibérico- tienen argumentos sobrados para demostrar sus modos adecuadas de producción ganadera –como ya se ha hecho por parte de algunas manifestaciones- y afirmamos rotundamente que no estamos dispuestos a someternos a un enjuiciamiento oportunista que pretenda desacreditamos cuando en los sistemas extensivos se persigue la calidad de las producciones y no su precocidad.
Los cerdos ibéricos 100% de bellota son el mejor baluarte de la gastronomía española con una calidad más que demostrada. No puede ser un producto económico por sus elevados costes de producción y elaboración artesanal, fruto, ambos, de su sistema extensivo de producción y una esmerada elaboración. La Raza Ibérica y las dehesas lo avalan y eso es incuestionable.»
Al hilo de este comunicado: resulta lamentable que se haya de insistir, una y otra vez, en lo que debería resultar obvio para todos, incluidos aquéllos que buscan, utilizando los medios sociales de comunicación, llenar sus bolsillos y, sobre todo, su ego, a partir del cultivo del amarillismo y la generalización populista de unos presuntos hechos aislados y puntuales (como dice aquel viejo adagio: “por un perro que maté…me llamaron mataperros”).