Claves en el mantenimiento y manejo correctos del caballo de silla

Cuando hablamos del caballo de silla, nos referimos a un amplio abanico de équidos destinados a la monta y el ocio, desde caballos de tanda en escuelas de equitación hasta caballos de competición. Muchos propietarios y jinetes a veces olvidamos que no dejan de ser caballos, animales en libertad con instintos gregarios y muy sociables, que viven en manadas y mastican en libertad durante 18 horas al día. Sea cual sea el tipo de caballo, debemos seguir una serie de pautas para recrear esas condiciones naturales que garantizan su máximo bienestar, así como unas condiciones físicas y psicológicas óptimas.

Dado que no todas las escuelas ni centros ecuestres cuentan con prados o paddocks para poder soltar a sus caballos, debemos procurar un box lo suficientemente amplio, limpio y confortable, con un ambiente sin polvo, dado que lo que más limita a estos atletas deportivamente son sus vías respiratorias. Debemos limpiar los boxes con medios que no levanten polvo (nada de sopladoras como hacen en algunas escuelas); hay que mantenerlos ventilados, sin corrientes de aire, con los pasillos limpios y despejados para evitar accidentes. Las camas deben limpiarse al menos una vez al día, retirar la viruta o la paja sucia y voltear toda la cama, aireándola y favoreciendo que se seque, y añadir nueva viruta o paja si fuera necesario. Una vez al mes se limpiarán con un desinfectante con el box completamente vacío.

El agua debe estar siempre a libre disposición del caballo, ya sea en bebederos automáticos o en capazos de agua; debemos vigilar que estén limpios, que la temperatura del agua sea correcta (dado que si estuviera muy fría o muy caliente el caballo no querrá beber y, si no bebe, no come). Por ello, debemos prestar especial atención a que no se congele en invierno y a que no se recaliente en verano. En cuanto a la dieta, esta debería ser particular para cada ejemplar y depender de sus gastos de mantenimiento y el régimen de trabajo en el cual se encuentre. Sean tres o cinco tomas las que demos, lo que sí debemos procurar es que el caballo tenga a su disposición heno la mayor parte del tiempo posible. Dependiendo de la calidad del mismo será necesario dar más o menos cantidad, pero si este es muy nutritivo será mejor distribuirlo en más tomas para que el estómago del caballo no esté más de 4 horas sin alimento, sobre todo de noche, que es la comida más importante del día.

Al contrario que se realiza en muchas hípicas, se debe dar SIEMPRE primero el forraje y luego el concentrado, para que el caballo empiece a salivar y comience el proceso de digestión, así digerirá mejor el concentrado. Si introducimos en una red el heno, el caballo tardará más en comérselo y esto será positivo, le durará más y además se distraerá comiendo.  Nunca debemos cambiar de golpe ni el heno ni el pienso, si no de forma progresiva para no dañar la flora bacteriana intestinal al cambiar de golpe el pH de los alimentos. Nunca debemos trabajar al caballo sin que antes haya comido forraje, para evitar úlceras gástricas.

Antes de sacar el caballo del box debemos limpiarle los cascos, para evitar que pequeñas piedras o residuos le hagan daño. Haremos lo mismo al entrar en boxes. Tanto si el caballo está descalzo como si está herrado, debemos contar con un herrador de confianza que venga como mucho cada 6 meses para recortar los cascos y cada seis semanas respectivamente. No debemos dejar que el caballo pierda las herraduras hasta volver a llamar al herrador. Dependiendo del tipo de firme, el casco podrá debilitarse por exceso de humedad o secarse demasiado, en cuyo caso debemos aplicar grasas y ungüentos para mantenerlo hidratado y flexible. También procuraremos tener una piedra de sal para compensar las pérdidas de sodio por sudor durante el trabajo, especialmente en verano, o administrar una cucharita con el concentrado, si el caballo tiende a comerse toda la piedra de sal de golpe.

Si el caballo está esquilado, debemos proporcionarle una manta durante el invierno, aunque esté en box, así como una riñonera durante el calentamiento y al enfriarlo tras el trabajo Si no lo está, debemos esperar a que se seque completamente antes de regresar al box, evitando así enfriamientos. También debemos dar una ducha en los miembros después de trabajar, y cerciorarnos de que el caballo ha estercolado y miccionado antes de meterlo en la cuadra, para asegurarnos de no tener un cólico.

Si bien las moscas son las responsables de mantener a los caballos activos en verano, una máscara anti – moscas, aparte de los diferentes productos del mercado, le ayudarán a estar más cómodo. Los caballos además deben estar acompañados por otros ejemplares de carácter compatible.

Si están en un prado, los distribuiremos de forma que no haya jerarquías ni peleas, sobre todo a la hora de comer, situación en la que pueden sufrir mucho estrés, aparte de posibles agresiones. Si el caballo debe permanecer solo en un prado aparte, debemos procurar que vea a sus compañeros, para evitar estrés social. Como buenos jinetes, además, debemos limpiar al caballo y el material a diario, para evitar daños al animal por roces, accidentes por rotura de equipo, y sobre todo mantener un pelo sano y limpio, ya que de nosotros depende en gran parte su higiene.

En cuanto al veterinario, deberá realizar dos desparasitaciones y vacunas al año, como mínimo, él nos llevará un plan de desparasitación y vacunación anual y revisará a nuestro caballo. Si todo está bien, no necesitaremos más visitas por su parte. Deberemos llamar al dentista una vez al año para que le haga la boca al caballo, asegurando digestiones correctas y la salud dental y gástrica de nuestro caballo, por no hablar de su confort durante el trabajo, ya que una boca en mal estado provoca alteraciones de la conducta por la molestia y dolor.

Son muchos los aspectos a tener en cuenta a la hora de manejar y cuidar a los caballos, pero un correcto manejo mínimo puede librarnos de muchas llamadas al veterinario y disgustos, ellos nos dan mucho, qué menos que darles lo que se merecen.

 

Ángeles Melgar Bautista.

Ingeniero agrónomo

Profesora de equitación y amazona.