Cada día es más complicado

Recogemos la opinión del director del programa radiofónico Onda Agraria (Onda Cero), Pablo Rodríguez Pinilla: «Cada día es más complicado en España dedicarse a la agricultura o la ganadería e, incluso, comer productos del campo».

Lo que se decía hace años como una frase recurrente, pero lejana, de que las especies en extinción iban a terminar siendo los agricultores y los ganaderos, lamentablemente, se ha convertido en una verdadera realidad en nuestro campo.

En una sociedad donde hay que pedir perdón por criar animales para alimentarnos, donde teóricamente todos tenemos voz y voto, pero sólo la de los más descerebrados termina por imponerse, arrinconando al sentido común que, por cobardía, hastío y desesperación hace tiempo que ha tirado la toalla, llega el momento de que demos un paso al frente y paremos todas estas tendencias ridículas que van minando, no sólo al sector productor español, sino a la sociedad en general.No se puede permitir que corrientes animalistas y ultra ecologistas talibanes, muy respetables, pero no más que mis ideas, se impongan por el continuo chantaje emocional, la demagogia, la ignorancia y, frecuentemente, la fuerza.

Produce sonrojo ver que hay personas que dejan de beber leche porque lo consideran un producto fruto de la explotación sexual de los animales, o aquellas otras que anteponen los derechos de los animales, a los de las personas, confundiendo lo que es el respeto y bienestar animal, con unas delirantes ideas que, en el fondo, nada tienen que ver con el respeto al medioambiente, a la naturaleza, a la flora o a la fauna.

Soy el primero en respetar a los animales y a las plantas, pero no estoy dispuesto a pedir perdón por comer un huevo, beber leche, degustar un buen filete o llevar unas botas de cuero.

Siempre he creído que la postura correcta en la vida era evitar el conflicto en pos de una convivencia pacífica, aunque para ello hubiera que mirar para otro lado, cuando determinados agitadores y provocadores buscaban imponer sus ideas a cualquier precio.

Sin embargo, cuantas más canas tengo, me doy cuenta de mi equivocación. Con respeto hacia los demás, uno debe defender sus ideas y proteger sus creencias sin sonrojo, y sin dejarse apabullar por los que dicen estar en posesión de la verdad.

Por eso hoy digo bien alto que me gusta comer carne, pescado, huevos, verduras, hortalizas, frutas, legumbres. Bebo leche, café, agua, cerveza y vino … y tengo muy claro que no por ello abuso sexualmente de los animales, ni soy más responsable del agujero de ozono que un señor o señora que sólo come rábanos ecológicos, aunque hayan recorrido miles de kilómetros en camión, barco o avión, mientras ellos montan en bicicleta por no contaminar, y tampoco me considero más culpable del cambio climático que todos esos caraduras que viajan por todo el mundo dando charlas, muy bien pagadas, sobre lo que hay que hacer y que, dicho sea de paso, ellos son los primeros en no hacer.

Ya está bien de aguantar estupideces, y de comulgar con ruedas de molino. Ha llegado el momento de que cada uno de nosotros, personas normales, paremos los pies a todos estos personajes y digamos bien alto.

NO A LA MANIPULACIÓN, NO A LA ESTUPIDEZ, NO A LA DEMAGOGIA, NO A LA IGNORANCIA.

Pablo Rodríguez Pinilla.

Director de Onda Agraria.