Bancos de embriones: la salvaguarda de la mejora genética del conejo de los últimos 40 años

El objetivo de un programa de mejora genética es incrementar los beneficios económicos del sistema productivo por medio de la utilización de animales genéticamente superiores para caracteres económicamente importantes.

La producción intensiva de conejo de carne se basa en el cruce a tres vías, en el que se obtienen, en primer lugar, las hembras cruzadas, como resultado de un primer cruzamiento entre dos líneas maternales, y en segundo lugar, los gazapos de engorde, hijos de las hembras cruzadas y de machos de una línea paternal. Consecuentemente, el factor más importante de los programas de mejora genética del conejo de carne es la selección y disponibilidad de las líneas especializadas, maternales y paternales, que son la base este cruce a tres vías.

Tanto en España como a nivel mundial, pensar en la mejora genética del conejo es hablar de 40 años de investigación y desarrollo del profesor Manuel Baselga. En 1976, desde la Universidad Politécnica de Valencia, se inició la constitución y selección de líneas de interés para la producción. Hablamos de las líneas maternales A y V, actualmente en la generación 46 y 42 de selección y la línea paternal R, actualmente en la generación 36 (Figura 1).

La cuestión es ¿cómo proteger este material genético único? ¿Cómo evitar su pérdida por posibles patógenos o por una catástrofe natural? La respuesta es simple: mediante la constitución de un banco de embriones y, más concretamente, el uso de la técnica de crioconservación. El principio es sencillo; la congelación permite “parar” a los embriones (antes de que implante en la hembra) y almacenarlos durante un tiempo indefinido. Esto se consigue gracias a la utilización de unas sustancias denominadas crioprotectores y al nitrógeno líquido que los conserva a -196ºC.

Figura 1. Líneas de conejo seleccionadas desde la Universitat Politécnica de Valencia. Líneas maternales (A y V) y línea paternal (R).

Esta es la base de nuestro último trabajo presentado en el Congreso Internacional sobre Reproducción Animal (18th ICAR) celebrado el pasado mes de junio en Tours (Francia). Los resultados demostraron la reconstitución de la línea paternal R a partir de los embriones de la generación 18, es decir, embriones crioconservados y almacenados a -196ºC durante 15 años (Figura 2).

Figura 2. (A) Embrión de conejo en estadio de blastocisto, ideal para su crioconservación. (B) Tanques de nitrógeno líquido donde son almacenados los embriones a -196ºC.

De esta manera, a partir de 161 embriones guardados, se han generado 30 animales adultos que actualmente se están reproduciendo y generando nuevamente la población que teníamos en el año 2000. Hablamos de una técnica sencilla y que, desde un punto de vista económico, es sumamente barata. Guardar los embriones de una generación tiene un coste de aproximadamente 2.000 €, y su almacenamiento a -196ºC representa 120 €/año.

En términos de costes totales, generar nuevamente a estos animales 15 años después ha supuesto un coste de 3.800 €. En resumen, este banco de embriones permite salvaguardar y garantizar el trabajo de 40 años de mejora genética del conejo de carne.

 

Francisco Marco Jiménez

Instituto Universitario de Investigación de Ciencia y Tecnología Animal. Universidad Politécnica de Valencia.

José Salvador Vicente Antón

Instituto Universitario de Investigación de Ciencia y Tecnología Animal. Universidad Politécnica de Valencia.