Avances en la lucha contra la Peste Porcina Africana (PPA)

La Peste Porcina Africana (PPA) es una enfermedad hemorrágica con una gran capacidad infecciosa que afecta, por una parte, a los cerdos domésticos pero, por otra, también a los jabalíes europeos.

Es una enfermedad que, por sus características de transmisibilidad, puede dar lugar, como lo conocemos muy bien en España, a muy importantes pérdidas económicas en los países afectados.

La PPA es una enfermedad de declaración obligatoria a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y está provocada por el Virus de la Peste Porcina Africana (VPPA). Como lo describió en su día el Profesor José Manuel Sánchez Vizcaíno, virus de gran tamaño y complejidad contra el que aún no existe tratamiento ni vacuna eficaz. Como es sabido, lamentablemente, la Peste Porcina Africana (PPA) sigue estando activa en Europa y, en consecuencia, el riesgo de difusión a otros países sigue presente.

La PPA entró en España en el año 1957 y no se pudo erradicar hasta el año 1995 La PPA es endémica en África y en 2007 llegó de nuevo a Europa, concretamente a Georgia, a través de productos porcinos infectados procedentes del continente africano.

En cuatro Estados: Polonia, Estonia, Letonia y Lituania la enfermedad se inició en 2014 y desde entonces se han seguido localizando diversos focos, sobre todo en jabalíes, pero también en algunas explotaciones de cerdo doméstico.

Es de destacar que, en el mes de enero de este año 2017, en Letonia, se confirmó la presencia de la enfermedad en dos grandes explotaciones relacionadas epidemiológicamente entre sí, con un censo de 5.023 y 9.789 cabezas respectivamente y ubicadas en la Parte II pero muy cerca de la zona tampón o Parte I del Anexo de la mencionada Decisión 2014/709/UE.

La situación es sumamente compleja y evidentemente la necesidad de una vacuna frente a ella se hace cada vez más necesaria.

El equipo científico liderado por el Dr. Fernando Rodríguez en el IRTA-CReSA investiga para encontrar una vacuna. Las instalaciones de bioseguridad de nivel 3+ (BSL-3+) disponibles en el IRTA-CReSA permiten trabajar de forma segura con el virus, además de poder vacunar e infectar animales, pues es un agente infeccioso con requerimientos de trabajo especialmente estrictos a nivel de la bioseguridad.

Ahora, en el trabajo publicado recientemente en la revista Journal of Virology, se han presentado los avances obtenidos durante la tesis doctoral de la Dr. Paula L. Monteagudo en el campo de las vacunas frente a la PPA. En el artículo se describe cómo se modificó una cepa virulenta del VPPA aislada en Badajoz en 1971 (BA71), mediante la eliminación específica de un único gen, la hemaglutinina viral, transformándolo en un virus atenuado (BA71∆CD2) que puede utilizarse para vacunar y proteger a los cerdos, de forma experimental, tanto frente a la cepa virulenta de la que procede (virus parental), como frente a otras cepas del VPPA diferentes.

El hecho de que un virus atenuado confiera protección frente a la infección con el virus del que procede no es algo novedoso y hay numerosos trabajos publicados donde se consigue esta protección frente a estas cepas que denominamos como homólogas. Lo novedoso de este trabajo es que, utilizando una dosis adecuada del virus atenuado BA71∆CD2 se ha logrado proteger a los cerdos de una forma 100% efectiva frente a un virus coetáneo del BA71, el E75 (España 1975), que es un virus no homólogo o heterólogo.

Gracias al mencionado estudio, se sabe también que la protección conferida es dependiente de la dosis utilizada y que la protección cruzada obtenida in vivo entre las diferentes cepas correlaciona con la habilidad que tiene el candidato vacunal BA71∆CD2 de inducir células T-CD8+ capaces de reconocer ambas cepas, BA71 y E75 in vitro.

Con estos buenos resultados en la mano, se propuso avanzar un paso más y averiguar si el candidato vacunal BA71∆CD2 era capaz de proteger a los animales frente a una infección con la cepa que está actualmente circulando en Europa, la denominada Georgia 2007/01. Esta es una cepa mucho más distante filogenéticamente hablando de BA71 de lo que lo es E75, perteneciendo incluso a un genotipo diferente. Los resultados obtenidos de este experimento fueron impresionantes, pues todos los animales que recibieron la dosis adecuada de BA71∆CD2 sobrevivieron a la infección con la cepa heteróloga altamente virulenta Georgia 2007/01.

Los resultados aquí obtenidos van más allá de poder demostrar una protección frente a Georgia 2007/01, frente a la que ya comienzan a aparecer otros prototipos experimentales, sino que abren la posibilidad de poder proteger contra virus muy distintos con una sola vacuna, algo esencial, sobre todo pensando en aquellas zonas endémicas en las que hay muchos virus diferente circulando al mismo tiempo, como ocurre en muchas zonas del África subsahariana.

El hecho de que BA71∆CD2 se pueda producir en una línea celular estable (COS-1) en lugar de en macrófagos primarios como hasta ahora, abre además la posibilidad de una futura explotación comercial.

La ausencia de la hemaglutinina del virus dificulta, por un lado, la transmisión por garrapata del BA71∆CD2, ya que esta proteína es un factor clave para ello y, por el otro, permite diferenciar a los animales vacunados de los infectados mediante un sencillo ensayo de inhibición de la hemaglutinación y/o de hemadsorción.

A pesar de los buenos resultados obtenidos, algunos de los animales vacunados mostraron ciertos niveles transitorios de virus en sangre y en secreciones nasales, impidiendo asegurar al 100 por 100 su inocuidad en campañas masivas de vacunación en el campo.

Los esfuerzos investigadores se centran ahora en intentar mejorar la bioseguridad de la vacuna y a la vez mejorar los métodos diagnósticos para hacer viable diferenciar con facilidad a los animales que han sido vacunados de los que se han infectado de forma natural.