Acciones para la mejora de la competitividad de las explotaciones lecheras en la Cornisa Cantábrica (I)

El sector lechero español sigue sumido en una profunda crisis que ya dura varias décadas. El mejor indicador de esa situación es el continuo abandono de explotaciones. Según las estadísticas del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, los titulares de cuota láctea se han reducido desde 53.224 en la campaña 2001-2002 hasta 21.699 en el período 2014-2015, lo cual supone un descenso del 59%.

Aunque también intervienen diversos factores sociales, la causa principal de la desaparición de explotaciones es bien conocida: la baja rentabilidad de la actividad lechera. La tendencia decreciente del precio, junto con unos costes de alimentación cada vez más elevados, van erosionando los márgenes de los ganaderos, lo que provoca una falta de incentivos para que se produzca el relevo generacional en muchas explotaciones.

La incertidumbre sobre la evolución de estas variables clave es grande. Por una parte, las recientes reformas de la Política Agrícola Común (PAC) (reducción de los precios de intervención, incremento de cuotas primero y su supresión en 2015, mayor apertura al mercado internacional) han dejado un sector lácteo más expuesto a la volatilidad del mercado. A esto hay que añadir el efecto negativo de otros factores, como la crisis económica de los últimos años, el veto ruso a las exportaciones comunitarias y la evolución reciente del mercado internacional de la leche, que están ejerciendo una presión adicional a la baja sobre los precios, lo que agrava aún más la situación actual del sector.

Gráfico I. Coste variable y tamaño

Ese deterioro de las rentas de los ganaderos se ha visto aliviado en parte por el incremento de ayudas provenientes de la PAC. Esas subvenciones suponen un peso cada vez mayor en la renta del sector productor (superior al 50% anual desde 2009 en las ganaderías representadas en el gráfico I). Complementariamente, se están implementando medidas políticas encaminadas al reparto de ayudas adicionales a explotaciones con dificultades económicas o planes transitorios incentivados para reducir las entregas de leche, cuyo efecto puede ser positivo en el corto plazo, permitiendo la continuidad de ciertas ganaderías. A medio y largo plazo, estas medidas no serán suficientes para el mantenimiento del sector lácteo en determinadas regiones, como es el caso de la Cornisa Cantábrica. Por tanto, parece claro que se deben desarrollar iniciativas que sienten las bases de un sector productor más competitivo.

Se precisa un enfoque sectorial, que pasa por un planteamiento estratégico a medio y largo plazo y que debe concretarse en acciones dirigidas a mejorar la rentabilidad de las explotaciones. Para ello, hay que atacar las dos variables claves de la rentabilidad: ingresos y costes.

Por el lado de los ingresos, la variable principal es el precio pagado por la industria a los ganaderos. Independientemente de los vaivenes del mercado, provocados por situaciones coyunturales, el precio de la leche a los ganaderos no podrá subir mientras la gran distribución siga usando la leche como un producto reclamo. Aquí, el papel de las Administraciones competentes es clave para poder negociar un acuerdo que termine con esa práctica. El otro factor estructural que limita el crecimiento del precio percibido por los ganaderos es el elevado peso que tiene la leche líquida envasada en el mix de producción de las industrias, dedicándose aproximadamente el 60% de la leche de vaca producida en España a este producto. El reducido margen comercial de la leche líquida presiona el precio a la baja, por lo que es necesario que la industria incremente el peso que tienen los productos transformados en su mix comercial.

Por otra parte, no solo para mejorar la rentabilidad, sino para poder competir en este mercado cada vez más abierto, se necesita reducir el coste de producción de las explotaciones, lo que supone seguir trabajando en la mejora de su eficiencia productiva. El gráfico I muestra la gran dispersión existente en el coste variable unitario de 276 ganaderías asturianas en 2014, lo que indica que existe mucho margen de mejora en la eficiencia, especialmente en aquellas ganaderías que producen con costes más elevados que otras del mismo tamaño.

En una próxima publicación (parte II), se plantearán algunas de las acciones concretas que se deberían abordar en el futuro para mejorar la competitividad del sector lechero en la Cornisa Cantábrica.

Antonio Álvarez Pinilla (alvarez@uniovi.es).

Departamento de Economía.

Universidad de Oviedo.

José Antonio Pérez Méndez (japerez@uniovi.es).

Departamento de Contabilidad.

Universidad de Oviedo.