Opinión Antonio Palomo Yagüe: DICOTOMÍA
Dividir en dos partes. A mi personalmente me gusta más multiplicar y sumar que dividir y restar, y más conociendo que las consecuencias finales de sus autores suelen ser dramáticas. Aunque, en muchas facetas del día a día podemos comprobar como se continúa con el concepto napoleónico de divide y vencerás o del latín del gobernante romano Julio Cesar (Siglo I a.C.) “divide et impera, divide et vinces y divide ut regnes”(divide y domina), autor de la frase. En política y sociedad se utiliza para mantener el poder, estrategia que rompe las estructuras de poder existentes y evita la vinculación de los grupos de poder más pequeños. Julio Cesar fue asesinado en el Senado por sus oponentes políticos, cuando contaba tan solo con 56 años. Sabiendo que fragmentación, oposición y segmentación son sinónimos de dicotomía, prefiero quedarme con sus antónimos, como conexión, ligación y unión. El emperador corso Napoleón Bonaparte murió, teóricamente de una intoxicación por arsénico, en la más absoluta soledad, en 1821 a los 51 años en la isla de Santa Elena, donde fue encarcelado y desterrado por los británicos, permaneciendo los últimos 6 años de vida después de perder la batalla de Waterloo, ciudad belga que a buen seguro a algunos les suena. A dicha derrota definitiva se la conoció como la Guerra de los cien días, que es el tiempo de gracia que se le da a cualquier gobierno para demostrar inicialmente su valía. No estoy seguro de que 100 días sean suficientes para tal fin, aunque en muchos casos pueden ser premonitorios. A veces, la frase se le atribuye al florentino Nicolas Maquiavelo, lo cual no es cierto, y que si decía lo de “el fin justifica los medios”.
Así, la división suele llevar al fracaso, mientras la suma al éxito. Como ejemplo tenemos el gran logro de la semana pasada, categorizado como un hito histórico de la ciencia, que tuvo lugar en el centro médico Langone Health de la Universidad de Nueva York, donde un grupo de cirujanos liderado por el Dr. Robert Montgomery injertó el órgano genéticamente modificado (riñón de cerdo) al cuerpo de una mujer con muerte cerebral, sin tener ningún rechazo y realizando sus funciones de filtrado. Los cerdos se han convertido en una prioridad en la investigación para tratar de suplir la escasez de órganos que provoca diariamente la muerte de 16 personas en Europa y 22 en Estados Unidos. El cerdo tiene 112 posiciones en su ADN en que su proteína tiene el mismo aminoácido que la implicada en enfermedades humanas como Alzheimer, diabetes, obesidad y Parkinson. No menos interesante es que los cerdos tienen el doble de genes relacionados con el interferón que las personas, lo que le posibilita a una mejor respuesta inmune frente a las infecciones virales, así como menos retrovirus endógenos que la mayoría de los animales, lo que les hace especialmente aptos para su uso en el estudio de trasplante de órganos (xenotrasplantes), como es el hito técnico alcanzado. Otros beneficios asociativos entre cerdos y humanos, que bien nos favorecen a los segundos, son el uso de válvulas cardiacas, anticoagulante heparina procedente del intestino tan usado en pacientes de Coronavirus, los injertos de piel utilizados en quemaduras, el uso de corneas para problemas de vista. El riñón del cerdo trasplantado con éxito evitó el rechazo agudo debido a que dichos cerdos carecen del gen que determina la síntesis de un azúcar (disacárido melobiosa), responsable primero de dicha respuesta inmune. Dicho azúcar en condiciones fisiológicas se degrada por hidrólisis a glucosa y galactosa por la enzima alfa-galactosidasa. Para tal fin se criaron 100 cerdos, y este cien me gusta más, en una instalación del estado de Iowa, el “corn state” de Estados Unidos, donde la producción porcina es uno de los medios de vida esenciales de sus habitantes. Dichos grupos de investigación siguen sumando, no dividiendo esfuerzos, para lograr, también, poder realizar trasplantes de corazón de cerdo a humano. Bien sabemos como el cerdo nos da la vida, tanto por alimentarnos como por curarnos, mejorando siempre nuestra calidad y bienestar.
Dentro de la dicotomía, tampoco es infrecuente aquello de conmigo o contra mí, algo con lo que personalmente no estoy de acuerdo, ya que divide y segrega a las personas en grupos más pequeños, lo cual desde el punto de vista evolutivo es un retroceso, e implica una disminución de la diversidad genética de la población. Es lo que se conoce como endogamia, o en términos biológicos la ruptura de la panmixia. Para comprobar sus efectos negativos solo tenemos que acudir a nuestras propias granjas cuando hacemos cruces de animales consanguíneos, donde la eficiencia productiva se ve penalizada. Esto está bien demostrado en la psicología de masas donde lleva al ser humano al abandono, adaptación, consumismo, irritabilidad, incapacidad de juicio crítico, egocentrismo y alienación, donde grupos reducidos llegan a considerarse la élite dentro de las masas (esnob en Inglaterrra, bien-pensant en Francia o filisteos en Alemania). Quizás sigamos en lo que el teólogo francés Juan Calvino en el siglo XVI dijo: “El mundo no ha cambiado desde Tolstoi – el paraíso de los simples no es para los intelectuales”. Como dijo alguien alguna vez, hay pensamientos que no solo insultan a la inteligencia, sino también a la ignorancia.
No todo lo que se divide es negativo, teniendo como ejemplo cualquier celebración, donde partimos en pequeños trozos la tarta para que todos toquemos a algo. Y lo bueno es que incluso alguno, casi siempre, nos comemos un par de trozos. Aquí la división sale a cuenta, como también lo es a modo resolutivo en la informática, donde el algoritmo divide y vencerás, conocido como lógica recursiva, tiene como fin reducir un problema en uno o varios subproblemas del mismo tipo del primero para su mejor solución. Algoritmo viene de al-Juarismi un matemático persa, y del latín algoritmi. Este es mi enfoque propedéutico cuando me enfrento ante un problema en mi práctica profesional, ya que, en no pocas ocasiones, la etiología de una disrupción productiva suele tener múltiples orígenes, precisando de un enfoque global. Lo ideal es tener un diagnóstico preciso de dichas causas y corregirlas todas al unísono, pero en caso contrario, que suele ser el más común, utilizamos dichos recursos lógicos priorizando del más al menos sensible. Estoy pensando, que quizás, también puede ser una buena base de toma de decisiones en nuestra propia vida personal. ¿Qué opinas? Aunque no es menos cierto que vivimos en la sociedad del multitasking, hacer muchas cosas a la vez, que contrasta con aquello que, al menos a mi me enseñaron mis Padres, hacer bien de una en una. Claro que el que sea capaz de hacer muchas y bien, adelante y felicidades.
“El que ama es más fuerte, vale más, es más el mismo, no es una contracción de sí mismo sino una extensión”
Friedrich Nietzsche (15 Octubre 1844 – 25 Agosto 1900) Filósofo alemán
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