Unos comentarios adicionales a nuestro Mercado Laboral Global y al mercado laboral del Agro español

Me gustaría empezar la aportación de esta semana a nuestro Boletín con una serie de comentarios, entiendo que objetivos, acerca del Mercado Laboral Global en España, que se estima en unos 22,8 millones de personas (población laboral), complementando lo que expuse en el boletín del FORO AGRO–GANADERO de la semana pasada (también he contestado, a través de nuestra página web, a unas cuestiones planteadas sobre este tema por lectores del boletín).

Tal y como era de prever, el paro ha subido en el pasado mes de enero, una vez concluidos los efectos de la campaña navideña, en cerca de 64.000 personas (lo argumentaba ayer en una entrevista basándome en lo comentado la semana pasada al hablar del mercado laboral en España).

Ello significa que el número OFICIAL de desempleados actual se acerca a los 3,8 millones de personas, una cifra elevada pero que sigue siendo oficialmente la más baja de los últimos años. No obstante, no hay que olvidar que, en España, cerca de un 10 por 100 de los parados son de larga duración (de más de un año) frente al 4 por 100 de la Unión Europea (en este capítulo el paro entre las mujeres es dos puntos porcentuales más elevado que entre los hombres).

Además, cerca de un millón y medio de nuestros desempleados no recibe ninguna prestación ni subsidio. Lamentablemente, cada vez hay más personas que han de vivir en nuestro país con ayudas asistenciales y no con prestaciones de carácter contributivo.

Por otra parte, tampoco cabe olvidar al porcentaje de personas que, estando en edad y condición de trabajar, no figuran en las estadísticas oficiales (por ejemplo, porque se encuentran en una situación legislativamente irregular).

Por su parte la población laboral del sector agrario se ha reducido en los últimos casi 120 años de una forma realmente espectacular. En efecto, en el año 1900 constituía casi el 64 por 100 de la población laboral de España y generaba el 30 por 100 de nuestro PIB; en el año 1950 estas cifras habían pasado a ser del 48 por 100 y del 29 por 100, aproximadamente; en el año 2000 eran el 6,2 por 100 (porcentaje de la población laboral) y el 3,6 por 100 (su aportación al PIB).

En el año 2017 han sido menos del 4 por 100 y han aportado un 2,1 – 2,2 por 100 a nuestro PIB; en el último trimestre del año 2017 el 5 por 100 de la ocupación total (casi 19 millones de personas ocupadas en España) se concentraba en el sector agrario, compuesto por 820.700 empleos y 199.000 parados, lo que supuso una tasa desempleo del 19,5 por 100; un 2 por 100 menos que hace un año, pero un 3 por 100 más elevada que la tasa oficial de desempleo general.

Ello explica perfectamente la poca trascendencia cuantitativa (que no cualitativa) que tiene el sector agrario en los ámbitos político y económico, al no ser adecuadamente reconocida su elevada importancia logística (como siempre digo: podemos vivir descalzos y desnudos, pero no podemos vivir sin comer).

El paro en nuestro sector, el sector agrario, tenido oficialmente una evolución positiva en el año 2017, porque ha descendido en un 8,5 por 100 en relación a 2016. No obstante, como tantas veces he manifestado, el número de contratos no refleja la realidad de esta cuestión. En efecto,  hay un dato, de acuerdo con lo publicado por la Tesorería de la Seguridad Social, que es muy poco positivo: el de las jornadas realmente declaradas (que han descendido significativamente en el año 2017 respecto del año 2016). En mi opinión hay que modificar la “Ley de Altas y Bajas de la Tesorería de la Seguridad Social” para que puedan ser declaradas las jornadas realmente trabajadas.

Actualmente,  al trabajador en el medio agrario se le mantiene como activo durante todo el mes de alta y no se declaran las jornadas en las que realmente ha laborado; ello causa, en muchas ocasiones, un perjuicio manifiesto en sus prestaciones sociales y en sus cotizaciones a la Seguridad Social, pero también afecta a la recaudación de la Seguridad Social, dando lugar finalmente a cifras técnicamente inexactas.

Como exponía la semana pasada: se impone, con urgencia, modificar positivamente las estructuras de nuestro mercado laboral.

Carlos Buxadé Carbó.

Catedrático de Producción Animal.

Profesor Emérito.

Universidad Politécnica de Madrid.