Una ganadería de ovino española elogia la máxima protección para el Lobo Ibérico

  • La propuesta aprobada esta semana para pasar a considerar al Lobo Ibérico especie protegida al Norte del Duero ha generado el malestar del sector ganadero español, pero en la cuna de este cánido salvaje existe una ganadería de ovino con un proyecto medioambiental denominado Pastando con Lobos, que elogia esta medida.

 

La provincia española de Zamora, que cuenta con una de las mayores poblaciones de Lobo Ibérico existentes al norte del Duero, tiene una ganadería de ovino con novecientas cabezas que, pese a ubicarse en la comarca de Sanabria, donde el lobo tiene una presencia ancestral, no ha sufrido nunca un ataque del cánido.

 

COEXISTENCIA  PACÍFICA

Sus responsables, Rosa González y Alberto Fernández, defienden que la coexistencia entre el lobo y el ganado puede ser pacífica, algo que han demostrado con su proyecto y por ello han sostenido que el cambio normativa puede ser incluso positivo.
“A nosotros no nos ha preocupado nunca el lobo, de hecho nunca hemos tenido seguro, y esto no nos va a cambiar nada”, ha declarado Rosa González, que ha considerado que la protección del lobo va a ser “para mejor”.
Al respecto, Alberto Fernández ha explicado que hasta ahora al sur del Duero, donde el lobo ya era especie protegida, no se necesitaba póliza de seguro para cobrar por los ataques y la indemnización se pagaba “más o menos pronto”, mientras que al norte del río había muchos problemas para cobrar los lobos si atacaban al ganado.

LA ADMINISTRACIÓN DEBE ASUMIR EL COSTE

Por ello, ha considerado que la declaración como especie protegida puede ser buena aunque debe ser la Administración la que asuma el coste que tendrá la medida.
“Si la sociedad quiere lobo, que me parece estupendo porque soy el primero que entiendo que hace su función en el ecosistema, pero la sociedad tiene que hacerse cargo de él, no podemos ser los paganos los ganaderos”, ha declarado.
En su caso no tiene ataques ni espera tenerlos en un futuro, aunque la presencia del lobo también le cuesta dinero, ya que para defender el ganado cuenta con dieciocho perros mastines que sólo en pienso le suponen un coste de entre diez y doce euros diarios.
El manejo tradicional le genera además más trabajo que si produjera en extensivo, por lo que ha reivindicado que la protección del lobo al norte del Duero venga acompañada de medidas de apoyo para que la Administración que impulsa la protección asuma los “daños colaterales”

Aún así, se ha mostrado positivo con la protección del Lobo Ibérico y ha considerado que “para el sector ganadero no es tan mala noticia” porque al Sur del Duero siempre han estado “muy tranquilos, entre comillas, con el tema del lobo, y al Norte ha sido siempre un sinvivir”.

 

PREMIO TALENTA

La explotación de ovino que estos ganaderos tienen en Cobreros (Zamora), que no es ajena a los perjuicios que ha tenido en el sector la covid-19, ha logrado reconocimientos como el premio “TalentA” de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales.
Ese premio se le concedió por promover el bienestar y la coexistencia del lobo y la ganadería, además de impulsar un mercado de cercanía a la hora de comercializar sus corderos.

 

COMUNIDADES ABANDONADAS A SU SUERTE

El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha afirmado que las regiones con “especial” presencia de lobo tienen “parte de razón” al criticar la inclusión de este animal en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial porque han estado “abandonadas a su suerte” en su gestión.
“Ha habido una gestión que ha descansado casi exclusivamente sobre las Comunidades, que se han sentido desamparadas en relación a la omisión del Estado en ese proceso, tanto en la gestión de la biodiversidad porque los recursos los han puesto ellas, como por la atención a las actividades que se llevan a cabo en esas zonas, sobre todo la ganadera”, ha explicado Morán en una entrevista con RNE en Cantabria.
Morán ha recalcado que el Estado “no puede permanecer al margen” y cree que tiene “la obligación” de acompañar a las regiones tanto en la gestión de la especie como en la garantía de la preservación de la actividad ganadera.
“retroceder ya no está en la hoja de ruta; hay que asumir la dinámica de la democracia y la decisión que se adopta es la que debe aplicarse y debe ir acompañada de un proceso de cooperación entre Estado y Comunidades Autónomas para hacer viable la decisión y aplicarla”, ha manifestado.