Opinión de Antonio Palomo: WORK IN PROGRESS: THE FIRST 175 DAYS

Opinión de Antonio Palomo: WORK IN PROGRESS: THE FIRST 175 DAYS, Foto Antonio Palomo YagüeOpinión de Antonio Palomo: WORK IN PROGRESS: THE FIRST 175 DAYS

“Km 0 – 26 de junio de 2022”

            Decía el novelista, nacido en la actual Ucrania, Joseph Conrad que no le gustaba el trabajo, pero si lo que había en el trabajo, que era la ocasión de encontrarse a uno mismo. O lo que mencionaba nuestro andaluz universal y Premio Nobel de Literatura Juan Ramón Jiménez en 1956, que el buen trabajo, como la buena poesía, es contagioso. Creo que epidemiológicamente es más contagioso el vago. Ya saben aquello de que se pega todo menos la hermosura. La gran mayoría de los escritores de su generación como Antonio Machado, José Ortega y Gasset, Miguel de Unamuno y Pío Baroja, casi nada, ya decían que los españoles estamos aquejados de abulia, es decir atonía espiritual y física. Conozco muchas honrosas excepciones.

            Durante este primer semestre del año hemos atendido a numerosas reuniones de toda índole y formato sobre la retirada del óxido de zinc a niveles terapéuticos en Europa para evitar las diarreas posteriores al destete de los lechones, siendo la última la semana pasada en Copenhague dentro del segundo encuentro ZeroZinc Summit organizado por Seges Innovation. ¿Cómo resumo yo lo vivido sobre este mineral esencial durante este tiempo? Nos hemos movido entre el límite de la imperfección, que es repetir inconscientemente aquello que el otro dice, quienes lo repiten conscientemente, quienes conscientemente no lo repiten, hasta el límite de la perfección, que son quienes no lo repiten inconscientemente. Personalmente, me quedo con lo que pensaba el madrileño Lope de Vega, uno de los dramaturgos más relevantes del Siglo de Oro español, quien, después de escribir más de mil comedias, decía: “quiero oscuro el borrador y el verso claro”. El borrador consta de muchas notas tomadas a pie de página, en este caso, de granja, a lo largo de cuatro décadas, desde San Carbadox a San Juan y las hogueras. Durante todo este tiempo, y el que “te rondaré morena”, el Escherichia coli enterotoxigénico (ETEC o llamado el E.T. el extraterreste del porcino) nos acompaña como buena Enterobacteriaceae, formando parte de microbiota del tracto gastrointestinal de animales homeotermos, incluidos los humanos. Esto es, también es una bacteria beneficiosa, pero que a altas dosis infectivas y dependiendo de sus fimbrias y toxinas, puede ser patógena. Vamos, como casi todo en la vida. Pasa lo mismo con las soluciones mágicas como el carbadox, olaquindox, óxido de zinc, teniendo los dos primeros una dosis tóxica muy próxima a la terapéutica, que nos dio, no pocos disgustos. Hace 24 años se prohibieron en base al Reglamento (CE) Nº 2788/98 del día de la lotería (22 de diciembre). Ocho años después, el 1 de enero de 2006 se prohibieron los antibióticos promotores del crecimiento (APC que no la proteína de plasma de American Protein Corporation que tantas satisfacciones nos da) en base, ya, al riesgo de generación de resistencias antimicrobianas reflejadas en el informe Swann de 1969 y los numerosos estudios de la FAO, OMS y OIE-OMSA (avilamicina, avoparcina, bacitracina de zinc, espiramicina, flavofosfolipol, lincomicina, monensina, tilosina, salinomicina y virginiamicina). Aquí teníamos un antibiótico con zinc con efectos antimicrobianos, y lo que ahora nos ocupa es un mineral esencial en forma de óxido, que dieciséis años después también se prohíbe a dosis terapéuticas demostradas, tanto tóxicas para el animal (daño pancreático) como para los suelos (eutrofización), además de generar resistencias antimicrobianas. Sin duda, razones más que suficientes para su “no uso”. Cada múltiplo de 8 años, mi número preferido, tiene lugar una prohibición bien fundamentada científicamente en nuestro entorno de la nutrición animal en porcino (la siguiente en horizonte 2030), lo que, desde mi punto de vista, es otra oportunidad más para seguir mejorando. El defecto, como el acierto, no se buscan, se encuentran.

            Como bien saben estamos en una sociedad de la prohibición y del si no estás conmigo estás contra mí, en una sociedad donde la verdad y la vida han perdido su enorme valor, algo de lo que nuestros cerdos no entienden, pero nosotros estamos, al menos, invitados a reflexionar sobre sus consecuencias. No deberíamos pensar aquello de qué el que venga ya lo arreglará, más que nada, como decía en su canción de samba Sergio Mendes porque: “tengo que poner un derecho en esta loca ocupación, tengo que mantenerlo en movimiento, esa es la motivación, tengo que montar las olas y mantener una relación estrecha con mi equipo moviéndose y haciendo bien”. En este punto quiero dedicar esta columna al miembro de mi equipo con quien ya conseguimos hace una década trabajar sin zinc ni colistina, que bien nos representó en el IPVS de Brasil la semana pasada mientras me encontraba asistiendo en Dinamarca al Zero Zinc Summit. De los más de 100 trabajos presentados que he resumido en veinte páginas, ahora lo haré en cien palabras: No existe el 1/1, es decir, ningún aditivo de los cientos existentes (naturales o sintéticos) por sí solo sustituye al ZnO, sin salud digestiva no dormiremos tranquilos, pondremos atención a la interacción nutrición – sanidad (desarrollo anatómico, fisiológico, necesidades nutricionales mantenimiento y producción de macro – micronutrientes, microbiota e inmunidad), las condiciones ambientales, de manejo, genéticas, instalaciones y formación del personal son puntos críticos, como lo son el bienestar y bioseguridad bien entendidos, así como la importancia de la ecuación de las desviaciones de edad-peso al destete, la alimentación de la cerda reproductora y la calidad del agua de bebida.

            Pienso que, haciendo lo que hay que hacer, que bien decía mi Padre, y como hemos constatado en muchas granjas a lo largo de estos años, sabemos y debemos trabajar con esta nueva prohibición, lo que nos hará más eficientes, y por ende más competitivos que los que no sean capaces. Prefiero hacer un enfoque multifactorial más que una visión holística que tantas veces escucho. El razonamiento está basado en que, desde el principio propedéutico de llegar a realizar una adecuada anamnesis para tener un correcto diagnóstico de la etiología de las diarreas posteriores al destete como base tanto de la prevención como del tratamiento rentable preciso, sabemos que están involucrados numerosos factores de riesgo, donde poner el foco. Mientras que la visión holística, senso estricto, es aquella que contempla primero la totalidad del problema que sus partes integrantes. Etimológicamente holismo representa la práctica del todo, de su raíz griega holos, que significa todo.

            Por todo esto, y mucho más, debemos seguir trabajando (work in progress), ya que entiendo que no tenemos todas las soluciones, pero si las esenciales, e incluso las limitantes en términos aminoacídicos, siendo consciente de que lo que pasa en el momento del destete como periodo crítico de stress en lechones, conocido como el síndrome del nido vacío en humana, tiene implicaciones mucho más allá de esas semanas, lo que hoy se viene en llamar “Los primeros 175 días posteriores” (The First 175 Days – Piglet First), es decir, toda su vida. Por ello, les invito a reflexionar al respecto dándoles a priorizar entre el libro infantil del americano Lyman Frank Baum (1900) “El maravilloso mago de Oz” (O zinc) y el Síndrome de Dunning Kruger, también conocido como el síndrome del cuñado. No confundirlo con la banda española de heavy metal madrileña. El proceso psicológico de superioridad de Dunning Kruger se refiere a aquellas personas que con menos conocimientos tienen la tendencia a sobreestimarlos, caso no solo del cuñado, sino de muchos tertulianos que tienden a opinar de todo, lo que los investigadores de la Universidad de Cornell, David Dunning y Justin Kruger, han diagnosticado como el fallo del incompetente que se debe a un error sobre sí mismo y a la falta de reconocimiento de las habilidades ajenas. Esto, en las redes sociales, es exponencial. Bien lo decía Charles Darwin: “la ignorancia engendra más confianza que el conocimiento”. Soy consciente de no saber todo de mi pequeño nicho profesional porcino, pero seguiré trabajando para saber más durante la vida laboral que me queda por delante con esta actitud working in progress.

Personalmente prefiero lo del Maravilloso Mago de Oz, majo, como decimos en Segovia.

Como el astro, sin precipitación y sin descanso” Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832) Dramaturgo alemán fundador del movimiento “Sturm und Drang” (Tempestad e Ímpetu)

 

Date de alta y recibe nuestro 👉🏼 Diario Digital AXÓN INFORMAVET ONE HEALTH

Date de alta y recibe nuestro 👉🏼 Boletín Digital de Foro Agro Ganadero

Noticias animales de compañía

Noticias animales de producción

Trabajos técnicos animales de producción

Trabajos técnicos animales de compañía