Opinión de Antonio Palomo: TRIADE OSCURA (TRIOPE)

El arzobispo James Ussher, primado de Irlanda, osadamente, en el siglo XVII, situó la fecha de la creación del mundo, antes de la datación radioactiva, en el día 23 de octubre del 4004 a.C. a las doce del mediodía. Quizás, y a buen seguro, que yo naciese un 23 de octubre también a las doce del mediodía miles de años después, sea tan solo cuestión de azar, y que el próximo 23 de julio se celebren las elecciones generales, deseo que dichas fechas correspondan a una tríade luminosa. La tríade oscura corresponde a un trastorno psicológico apuntado en 2002 por los investigadores de la Universidad de British Columbia Delroy Paulhus y Kevin Williams, que hace referencia a los rasgos de una personalidad concreta basada en el maquiavelismo, el narcisismo y la psicopatía, asociada a cualidades malévolas, que atiende al concepto psicológico de “mala persona”. Hace mucho que estaba convencido que tenía que existir un trastorno con nombre, triade, y apellido, oscura, que definiese alguna persona que conozco. Son individuos que no dudan en manipular, mentir y saltarse cualquier principio ético o moral para conseguir cualquier objetivo. Seguro que saben aquel refrán que dice: cree el ladrón que todos son de su condición (y el mentiroso y el hipócrita y el manipulador…). Aprendí en mi juventud recelar de todos los cantos de sirena, y desconfiar siempre de lo que no pudiera ser verificado a partir del conocimiento. La semana pasada tuve una muy agradable conversación con uno de mis ahijados, hoy ingeniero industrial brillante y sobre todo “buena persona” que, montando un equipo de resistencia a impactos en una empresa, otro ingeniero senior que le doblaba en edad, se asombró de sus habilidades, manifestando que su menor capacitación se debía a que se había acomodado en su nicho profesional y que su falta de conocimientos se debía a su propia falta de interés por adquirirlos en el tiempo. Al menos era humilde, que ya es mucho, y no padecía la triade oscura. Esta columna se la dedico a mi sobrino Ernesto del que me siento muy orgulloso.

En nuestras granjas también podemos vernos afectados de una tríade oscura en las tres fases de producción, con la solemne diferencia de que no podemos ni debemos manipular los datos, ni mentir sobre lo que los cerdos nos muestran, ni saltarnos las buenas prácticas de trabajo, so pena de padecer graves consecuencias. Como todos conocen, la tríade de las tres fases de producción, son bien conocidas. En la fase uno debemos considerar el triángulo fertilidad, prolificidad y mortalidad de las reproductoras. En las fases 2 y 3, dicha tríade está conformada por el índice de conversión energético, el porcentaje de cerdos de valor total y la mortalidad de lechones y cerdos de engorde. Afortunadamente para los que nos dedicamos a este noble sector, los cerdos no tienen alteraciones psicopáticas, ni narcisistas ni maquiavélicas. Cuanto mejor los tratamos más nos lo agradecen. A menudo la ciencia debe transcender la visión para alcanzar la intuición. Para ello, aquí me permito llevar a cabo dos conceptos anglosajones conjuntos, que no siempre van juntos, como son celebrate (celebrar) y cerebrate (pensar, reflexionar), y que en muchos casos en los humanos van en este orden en vez de en el inverso, como sería más lógico, haciendo que las buenas intenciones a veces sucumben ante una tentación golosa. Esto bien me lo decía mi sabia Madre como norma para evitar meterme en problemas: “el que evita la tentación, evita el pecado – se singular y distánciate de la vulgaridad”. Bien sabemos que los argumentos lógicos solo son buenos en la medida en que lo son sus premisas, pero si esta es falsa, probablemente también la conclusión lo será. Es lo que en informática se conoce como el axioma EBSB – “entra basura, sale basura”, o GIGO (garbage in – garbage out), de forma que, si el ordenador recibe órdenes falsas, incorrectas o mal estructuradas, los resultados que nos den tampoco serán precisos. Todos conocemos a personas que no dicen la verdad ni al médico. Soy partidario del egoísmo ilustrado o regla áurea, es decir, aquel basado en tratar a los demás como nos gustaría ser tratados, cuyos resultados nos darían más estabilidad y decencia.

La semana pasada falleció, a los 94 años, el escritor-pensador checo nacionalizado francés Milan Kundera, autor de la famosa novela “La insoportable levedad del ser” (1984) que se llevó al cine, donde narra una extraordinaria historia de celos, sexo, traiciones y muerte. Para Kundera, la levedad corresponde a la ligereza, la despreocupación y el hedonismo, que podemos calificar de tríade claro-oscura del placer. Al menos este triángulo tiene alguna cosa buena, sino que se lo pregunten al filósofo griego Epicuro de Samos fundador de la corriente del epicureísmo, que identificaba la felicidad con el placer, tan de moda en la sociedad actual. Según esta doctrina, los apetitos pueden ser de tres tipos: apetitos naturales y necesarios (abrigarse, comer y dormir), apetitos naturales y no necesarios (el goce sexual) así como los apetitos no naturales ni necesarios (la fama, el dinero, el poder). Considero que sería interesante que los personajes que sufren la tríade oscura deberían adquirir algunos de los conocimientos epicúreos para evitar su narcisismo hedonista centrado en su idolatría a los placeres inmediatos caiga quien caiga. En este ambiente social crispado actual deberíamos distinguir entre error y fraude, ya que son conceptos diametralmente opuestos, aunque algunos de nuestros guardines de la verdad consideren que son grados diferentes de sus fechorías. El error es un subproducto inevitable del esfuerzo continuado mientras que el fraude es una patología psicológica familiarizado con la tríade oscura. Lo importante, como decía Maquiavelo, es evitar la apariencia de estupidez. En nuestra rauda sociedad de mensajes e imágenes publicitarias, prestamos más atención a la anécdota que a la estructura, encontrando numerosos prejuicios que distorsionan la propia realidad. A ver si somos capaces de convertir la tríade oscura en la clara más pronto que tarde.

FELIZ SEMANA DE LA DEMOCRACIA. VAMOS A VOTAR Y MI APOYO A LOS CARTEROS DURANTE ESTA SEMANA 29 (a cada uno le tocan unos 100 votos por correo – hice de cartero durante cinco veranos en mi juventud).

“Los buenos pensadores pugnan por comprender el mundo de forma global, los pedantes, en cambio, se apoderan de minúsculos fragmentos y se ciñen a ellos con pasión exagerada” – Stephen Jay Could (1941-2002) Profesor de Paleontología en la Universidad de Harvard

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