Solicitar las cosas por favor, pedir perdón y dar las gracias son tres aspectos básicos de la convivencia, el respeto y la educación que se han ido erosionando en las últimas décadas. Yo quiero centrar esta columna en el tercer pilar, después de que el pasado jueves (y cada cuarto jueves de noviembre de cada año) se celebrase en Estados Unidos (en Canadá el segundo lunes de octubre) el “Día de Acción de Gracias”, allí conocido como Thanksgiving Day, que tienen su origen a finales del siglo XVI, asociándolo con haber recibido varios premios, que no con el pavo que ello produce en primera instancia y que espero se me pase pronto. En tan solo siete días se han celebrado tres importantes acontecimientos en nuestro sector porcino, como han sido la entrega de los Premios Porc d´Or del cerdo ibérico en Sevilla y de capa blanca en Lérida, así como el VII Congreso de la Asociación Nacional de Veterinarios de Porcino – Anavepor en Valladolid, donde ha quedado patente el elevado nivel profesional de nuestros ganaderos, empresarios y veterinarios de porcino a lo largo y ancho de todo el territorio nacional , de norte a sur y de este a oeste. Además, no me ha pasado desapercibido, lo cual bien quiero resaltar, que la edad media de los participantes se ha reducido, lo que sin duda es una excelente noticia para el futuro mediato. Las personas más jóvenes, “la renovación de los que en alguna medida ya estamos amortizados”, como bien mencionaba mi Padre en la etapa final de su vida, a mi personalmente me ilusiona. Ha sido como revivir los partidos de futbol de la Universidad entre las viejas glorias y las jóvenes promesas, que no necesariamente tienen nada que ver con los partidos de las fiestas de los pueblos entre solteros y casados, ya que ambos grupos se pueden englobar en cualquiera de las dos categorías anteriores, o bien en ninguna, o incluso en el segundo caso puede ser reversible en el tiempo. Séneca decía que “para obrar, el que da debe olvidar pronto, y el que recibe nunca”.  Por lo tanto, quiero dar las gracias a todas las personas y entidades que han decidido entregarme esos premios. Pero, sobre todo, quiero dar las gracias por todos y cada uno de los que hemos sido premiados estos días, lo cual dignifica nuestro sector y nuestra profesión, y la honra porque la valora, algo que es recíproco, además de que lo considero necesario, unido a que se retroalimenta. Así, deseo destacar, agradeciendo, la labor de las siguientes entidades: Ministerio Agricultura, IRTA, Zoetis, todas las empresas patrocinadoras y conjunto de asociaciones de veterinarios de porcino de toda España. Pero también quiero felicitar a todos y cada uno de los ganaderos/veterinarios nominados y premiados, además de los ni siquiera nominados ni premiados por su trabajo diario, ya que son muchos más los que no han recibido premio que los que si lo hemos obtenido, y bien me consta que el mérito es de todos, y que con frecuencia se cumple aquello de que “no están todos los que son, ni son todos los que están”. Aún así, quiero hacer mis propias nominaciones y mencionar desde el respeto y el cariño, a las tres personas que esta semana forman mi pódium particular por méritos propios, y a quienes, por tanto, les dedico esta columna. Ellos son Pedro López, Irene Alonso y Javier Llamazares. Y mis premios de esta semana se los dedico a todos ustedes y les doy las gracias.

Dentro de la función pública el número de contratados interinos que van solapando contratos es muy elevado, algo que también se discute en el ámbito de la empresa privada, poniendo énfasis desde Europa en que debemos reducirlo. En nuestras granjas, la tasa de rotación de personal es, en numerosas ocasiones, más elevada de lo que sería conveniente para optimizar la eficiencia del trabajo y por lo tanto sus resultados productivos. Claro que siempre nos queda la excusa de que, en otros países también referentes de porcino, la misma es aún superior (Ejemplo México con el 80% anual). Personalmente, estoy convencido por la propia experiencia a lo largo de mi actividad profesional, que las granjas con personal más longevo en el tiempo son las más rentables. Quizás tendríamos que dar un premio a las granjas, no solo por la longevidad de sus cerdas (destetados por cerda baja), sino también por la longevidad de sus trabajadores, que no por su edad media. Bien sabemos que cuando tenemos un índice de número de partos medio por cerda baja más próximo al 4 que al 3.5, ello significa que en la distribución censal de la granja tenemos mayor porcentaje de reproductoras entre 3º y 5º ciclo, que son las de mejor productividad. La salvedad estaría en tener un censo envejecido con un porcentaje elevado de cerdas de 7º parto en adelante, lo que es una falsación. Por eso, dentro del concurso de méritos tanto en los compañeros de la administración pública como de nuestras empresas, debería de primar el mismo patrón que bien se menciona siempre en el primer sector: capacidad, igualdad y mérito.

La celebración del Thanksgiving day tenía su origen en que un día al año se daba las gracias por la cosecha obtenida y por todo lo recibido durante el año anterior. Yo soy partidario de dar las gracias todos los días y de sembrar + cuidar + abonar para al final obtener la merecida cosecha. Esto queda lejos de las actuales “quick actions”, por lo que quizás sería mejor, y hasta más satisfactorio, las acciones de gracias que las acciones de gracia. No se qué piensan ustedes del quickly. No se sabe muy bien quien lo inventó, no me refiero al acto, sino al hecho, como tampoco se sabe con precisión la primera celebración del “Día de Acción de Gracias”. Algunos historiadores de la Universidad de Florida mencionan que tuvo lugar el 8 de septiembre de 1565 en aquel estado, y que fue organizada por colonos españoles. Está claro que lo de organizar fiestas nos viene de lejos, y en mi propia familia materna, desde hace muchos años, ya celebramos en el mes de agosto la “comida del pavo” que criamos durante todo un año. La diferencia está en la forma de preparar el pavo, que en Estados Unidos es relleno con maíz y salvia, servido con salsa de arándanos rojos, judías verdes, boniato más puré de patatas. La receta de la Familia Yagüe está bajo derechos de mi primo Fernando.

Desde el punto de vista sociológico la capacidad de agradecimiento se relaciona con la humildad y el reconocimiento a un tercero, lo que al mismo tiempo permite establecer vínculos de paz y armonía entre las personas, tomando conciencia no tan solo de lo recibido, sino también de las oportunidades. Algunas de las palabras opuestas a gracias, son la antipatía y el desgarbo. Y quiero terminar mencionando algo en lo que creo firmemente a la hora de agradecer o recriminar para evitar faltar al respeto, y es que que se debe llamar la atención en privado y felicitar en público, tratando de que haya coherencia entre dar las gracias y ser agradecido con un 80% por el Fondo

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