Opinión de Antonio Palomo: “SMR DE LA REPRODUCCIÓN PORCINA”

Como bien saben muchos de ustedes, he tenido, durante mis cuatro décadas como veterinario, la excelente oportunidad de participar en un sinfín de congresos alrededor del mundo, unas veces en categoría de asistente y otras como ponente, y en todos los casos con el objetivo de continuar aprendiendo de otros colegas tanto nacionales como internacionales. Me han presentado de innumerables maneras, considerando que la de la semana pasada en el XVI Congreso Internacional de Reproducción Porcina Dr. Santiago Martín Rillo en Brasil, además de algo diferente me llegó al corazón. El propio presidente mencionó mi nombre y resumió toda mi trayectoria en cinco palabras: “un amigo de la Familia”. Quiero, desde estas líneas, agradecer muy sinceramente la invitación a Santiago y Sofía Martín, así como a mi compañero de promoción (1980-85) Rafael Pallás, comité científico y todo el equipo de Kubus, a quienes dedico esta columna, al tiempo que felicito por el elevado nivel científico aplicativo, además de por el excelente ambiente entre los asistentes de veinte países, donde una vez más evidenciamos el buen nivel profesional de liderazgo de nuestro sector porcino. 

Quiero dejar constancia de que fue en nuestro país donde se comenzó a desarrollar la inseminación artificial porcina. Ya hace 50 años, el Dr. Santiago Martín Rillo defendió su tesis doctoral titulada “Aportación al estudio de la congelación de semen en verraco”, para a continuación en 1982 la editorial Agrícola Aedos publicase su libro “Reproducción e inseminación artificial porcina”. Santiago fue pionero tanto a nivel nacional como también internacional, así como nuestro maestro en reproducción porcina, dejando en España un buen número de compañeros expertos en esta área de conocimiento y otros muchos colegas que por todo el mundo bien le recuerdan con cariño y gratitud, como es mi caso. El 2 de octubre próximo hará 23 años que nos dejó sin llegar a cumplir los 50, algo que ha sido bastante frecuente en grandes mentes que han aportado un gran legado, a lo que el escritor americano Ambrose Bierce mencionaba como grandes desarrollos de mentes jóvenes o que la juventud no está reñida con la genialidad que mencionó el astrónomo polaco Nicolás Copérnico, país de donde procede la familia de Ela Borowiecka, mujer de Santiago. Con una edad similar, por causas de enfermedad como Santiago, perdieron la vida, eminentes científicos como el matemático Otto Schreier, la primera programadora de la historia Ada Lovelace, la gran matemática Maryam Mirzajani, el físico descubridor del hercio Heinrich Hertz, el filósofo – físico Blaise Pascal fundador del cálculo de probabilidades, Rosalind Franklin por su famosa “Foto 51” que mostraba por primera vez la estructura de la doble hélice del ADN. También me parece significativo resaltar que solo seis de la lista de los primeros cuarenta mejores ajedrecistas del mundo tienen más de 40 años. Como me dijo Santiago en sus últimos días de ingreso hospitalario en Madrid: “No es tan importante cuanto tiempo vivas, sino lo que haces mientras vives”, a lo que me permito añadir que su corta vida fue suficiente para poner la inseminación artificial porcina a la vanguardia mundial. Bien recuerdo como ese mismo año 2000 nos dejaron, junto con Santiago, dos actores enormes como Sean Connery y Kirk Douglas, para luego a los 378 días perder a uno de los principales pilares de mi vida, mi Madre. Sin duda alguna, entre 1998-2002 fueron los peores años de mi vida. Afortunadamente, hoy puedo, debo y quiero poner en valor su legado, del que me siento orgulloso. Por todo ello, y algunas cosas más, considero que, al igual que O Rey del futbol brasileño fue Pelé, Su Majestad el Rey de España es Felipe VI, nuestro rey de la reproducción porcina fue Santiago Martín Rillo (SMR). Solo mencionar como la fertilidad a parto en porcino ha ido aumentando con los años y la humana disminuyendo, tendiendo a 100 la primera y a cero la segunda, que bien se puede reflejar en la nueva propuesta ideológica SuMaR.

Ordem e Progresso es el mensaje inscrito en la bandera brasileña, que bien puede resumir lo vivido la semana pasada. En los últimos doce años la producción porcina latinoamericana ha aumentado en un 66,7%, teniendo entre Brasil y México sobre el 70% de todas las cerdas y unos parámetros productivos – económicos que bien reflejan su excelencia. El consumo de carne porcina en Latinoamérica continua en ascenso, siendo de 23 kg en México, 19,5 en Brasil, 16,8 en Argentina y 19,9 kg en Chile, país este que, de las 185.000 cerdas reproductoras, el 71% pertenecen a una sola compañía. La Dra. Laura Bautista hizo referencia a que en esta última década estamos siendo testigos de un deterioro de la situación sanitaria en las granjas, como también referencia nuestro compañero Albert Finestra en su comentario en la revista Suis de marzo, a quien denomina elefantes reales dentro de la granja. Brasil se mantiene negativa a virus Síndrome Reproductivo y Respiratorio Porcino (PRRSv) y diarrea epidémica porcina, lo que sin duda supone una gran ventaja competitiva en cuanto a costes de producción, que bien le diferencia de México. En España se han realizado numerosas estimaciones de pérdidas durante 2022 por PRRSv, que rondarían los 300-400 millones de euros o 110-125 €/cerda reproductora de media, muy similares a los 110 $ directos en Estados Unidos, 126 € en Holanda o 127 € en Alemania, sin olvidar que, en casos de brotes agudos por las nuevas cepas de alta virulencia, las pérdidas pueden superar los 500 €/cerda. Estas cepas recombinantes derivadas de la promiscuidad de la polimerasa del virus surgen entre cepas de campo, cepas de campo con vacunas y entre cepas de vacunas, cuyo impacto epidemiológico es variable y a veces letal, por lo que no es de extrañar que se denominen cepas HP (highly-pathogenic, dicho finamente). Claro que, si a la cepa española de principios de 2019 se la llamó Bisbal y a la de principios del 2020 Rosalía, quizás tendríamos que buscar cepas más próximas a Vivaldi y Mozart para reducir la deriva genética anual del virus y minimizar su capacidad de replicación y viremia. Una vez más se pone de relieve la trascendencia de llevar a cabo estrictas medidas de bioseguridad y gestión del personal (contratación y formación), aspectos a los que se dedicaron sendas mesas redondas durante el congreso de la semana pasada.

Iguazú significa agua grande, que bien les puedo dar fe después de visitar las cataratas del insigne Parque Nacional de dicho nombre, con 185.000 hectáreas de terreno, a donde los primeros hombres civilizados que llegaron hasta ellas fueron españoles, que no portugueses, en 1541, e incluso, siendo inicialmente propietario privado de las mismas un español, Don Jesús Vall, apellido que me resulta grato. Desde 1939 este impresionante parque es Patrimonio Natural de la Humanidad y una de las siete maravillas de la Naturaleza que, junto con la otra séptima maravilla de la ingeniería, a pocos kilómetros de esta, la represa hidroeléctrica de Itaipú sobre el rio Paraná, con gestión binacional, que en guaraní significa “piedra que suena”, conforman un entorno natural que bien me hizo pensar en que dentro de la naturaleza los ecosistemas tienen solo un gran enemigo, que es el hombre y su codicia. 

FELIZ SEMANA SANTA. 

“Tell me, I will forget! Show me, I may remember! Involve me, I will understand!”.  Proverbio

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