Opinión de Antonio Palomo: RERUM NATURA

Opinión de Antonio Palomo: RERUM NATURAOpinión de Antonio Palomo: RERUM NATURA

Ya en el siglo I a.C., el conocido como profeta de la ciencia, Tito Lucrecio Caro, discípulo del gran filósofo ateniense Epicuro hacía mención del concepto “rerum natura” como la base del receptáculo de un mensaje que provoque en el ciudadano un profundo cambio de mentalidad y conducta. Quizás sea un momento oportuno para aplicárnoslo, más aún después de una semana donde hemos sido testigos de dedazos, enredos, puñaladas, farsas, autoritarismo, actos alegales – ilegales, postureo mediático de reparto de sillones…, y claro, todo pensando en nosotros, los ciudadanos de a pie que cotizamos con nuestros impuestos religiosamente, para, entre otras cosas, pagar sus sueldos y dispendios. En dicho caso, tendrían que trabajar para nosotros y no tanto nosotros para ellos, que es lo más parecido a tirar piedras sobre nuestro propio tejado y cobijo. Aquí veo una grave contradicción, que me preocupa, y estoy convencido que también a muchas personas. Me llama la atención como en algunas visitas a granjas en la semana pasada, la 23 del 2023, numerosos trabajadores de granjas con la mitad de mi edad se mostraban aún más perplejos que yo por los acontecimientos sociales y políticos deleznables a los que estamos asistiendo. Ya saben aquello de que dos que se acuestan en el mismo colchón se vuelven de la misma condición. Confío en la oda de Lucrecio como ola de opinión en las próximas semanas, así como en la letra de una canción del grupo mexicano Mana que me gusta especialmente y que dice: “Cada vez que yo extendía mis alas, tu me las recortabas, tengo muchas ganas de llegar al sol y su peso me hará volar”. También me sirve de inspiración para entender este embrollo, la considerada mejor película de comedia de todos los tiempos, la británica de Monty Python de 1979, La vida de Brian (Life of Brian) basada en la vida de un judío que nace el mismo día que Jesucristo y que de adulto lo confunden varias veces con él. La trama parodia algunos temas que están de rabiosa actualidad como la intolerancia, el sectarismo y el dogmatismo, mostrando las divisiones internas envenenadas y los enfrentamientos mezquinos, así como la negación de la realidad por parte de los fanáticos, transcribo literalmente. El largometraje actual es un drama donde hay algunos que se creen el Mesías y establecen estrategias que les hacen creer estar por encima del bien y del mal. En la película, la esposa de Pijus Magníficus era Incontinentia Summa, no me digan que no es gracioso. Me quedo con Brian Cohen, un hombre común y corriente.

            Al igual que nuestras granjas se han vuelto más vulnerables, hemos conocido que, en nuestro país, dentro de la población, tenemos el lamentable +11% de vulnerabilidad según Cáritas con problemas para cubrir sus necesidades básicas. Al menos en los cerdos cubrimos no solo las necesidades de mantenimiento, sino también las de producción, por lo que sí podemos, aunque sea unidas y multiplicando, más que sumando, sacar pecho. Hemos pasado del puesto 6, antes de la pandemia de Covid-19, al 11 en cuanto a productividad en la Unión Europea. Mi pregunta es: ¿y de qué presumen nuestros dirigentes? Tengo la sensación de que estamos involucionando. Prefiero los castizos a los chulos. En una situación así, en nuestras granjas procedemos a realizar un vacío sanitario o stamping out para reducir la presión de infección con buenos resultados, por lo que quizás sería un momento lucreciano muy oportuno para llevarlo a cabo democráticamente. Luego está lo del cordón sanitario que es lo más parecido a los preservativos de ganchillo que hacían algunas abuelas antes de fabricarse con latex, prefiriendo lo de las líneas rojas, que no deberían traspasarse nunca, como bien me decía el sábado pasado un gran cerealista de mi pueblo, de apellido Miguelsanz, a quien dedico esta columna. Los más viejos del sector bien recordamos hasta donde llegaba la eficiente línea roja en nuestra geografía cuando se luchó y erradicó la peste porcina africana en España en 1995. Es curioso que algunos no sean capaces de identificar su propio color y de llevar a cabo estrategias que superan el trazo de la línea con consecuencias peligrosas. Sabemos que el cerebro tiene en torno a 100.000 millones de neuronas y puede alcanzar hasta 100 billones de sinapsis. Pero en el intestino tenemos más neuronas que la médula espinal y el sistema nervioso periférico juntos, conociéndose como segundo cerebro, habiéndose descrito la asociación entre cerebro e intestino ya en el siglo XVIII por el médico francés Marie Francois Xavier Bichat, quien falleció a los 30 años de fiebres tifoideas, y certificándose la misma en este siglo por el neurocientífico de la Universidad de Columbia Michael Gershon, conocido como el padre de la neurogastroenterología. Mi duda es qué cerebro de los dos prevalece en cada individuo.

            Estrategia sin táctica es el más lento camino hacia la victoria y tácticas sin estrategia son el ruido antes de la derrota. La táctica son las acciones que implementamos para lograr un objetivo, mientras que la estrategia es la definición y organización de dichas acciones. Bien saben los tres tipos básicos de estrategias empresariales: competitivas basadas en el producto y el márketing, corporativas centradas en la imagen de empresa y funcionales basadas en la optimización de los recursos, que según el filósofo y estratega militar chino Sun Tzu se basan en el conocimiento real de la propia organización, de nuestro mercado y de la competencia. La estrategia debe ser previa al plan y no a la inversa como vemos en no pocas ocasiones. Este mes presentaba un nuevo plan de trabajo para una empresa de porcino, la cual era consciente de que tenían que cambiar su mentalidad de gestión en su pirámide productiva como mencionaba en la columna de la semana pasada. Me presentaron su estrategia de trabajo actual sobre el que marcamos una nueva filosofía que inspira y da coherencia al plan que contempla las acciones y prevé los resultados, a partir del cual fijamos los objetivos. No en pocas ocasiones he sido testigo de cómo algunos confunden la estrategia como acción, objetivo o resultado, que traduzco en que no es estrategia todo lo que reluce. Considero que no debemos nunca, y menos en biología, dejar de tener en cuenta que cualquier estrategia se basa en un análisis de los riesgos. Una base de la racionalidad humana consiste en lidiar con la aleatoriedad en nuestras vidas y con la incertidumbre en nuestros conocimientos. La racionalidad requiere que distingamos lo que es verdadero de lo que queremos que sea verdadero: que no nos hagamos el avestruz enterrando la cabeza debajo de la arena, ni construyamos castillos en el aire ni decidamos que las uvas que están fuera de nuestro alcance están verdes. Ya lo dijo Chico Marx en la formidable película Sopa de Ganso: “¿A quién vas a creer, a mí o a tus propios ojos?”.

“Always look on the bright side of life – Mira siempre el lado positivo de la vida” – Canción de Monty Python

 

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