Opinión de Antonio Palomo : REGLA 50-40-10 o 50-30-20

FORO AGRO GANADERO, Opinión de Antonio Palomo : REGLA 50-40-10 o 50-30-20Opinión de Antonio Palomo : REGLA 50-40-10 o 50-30-20

Por si ya teníamos poco con los precios de las materias primas y las enfermedades infecciosas que nos atenazan en Europa, gripe aviar, salmonelosis por huevos españoles en seis países con centenas de ingresados derivada de Salmonela enteriditis ST11 y peste porcina africana, comprobamos con incredulidad, después de dos años de pandemia, como el ser humano vuelve a hacer de las suyas entablando un conflicto técnico militar en Ucrania, bajo las acusaciones de Moscú a Kiev de negarse a cumplir los acuerdos de Minsk. No me cabe ninguna duda de que estamos en el Antropoceno como bien mencionó el químico holandés Premio Nobel, Paul Crutzen, y que sigue al Holoceno, periodo que comenzó hace 11.700 años al finalizar la edad de hielo. Este periodo del Cuaternario se encuadra en el impacto global centrado en las actividades humanas sobre los ecosistemas terrestres. Con estos hechos, bien quedan patentes las diferentes nominaciones que se le dan a este tiempo que estamos viviendo dominado por los humanos, como era “catastrofozoica”, “homogenoceno” o “antroceno”, y en la que la actividad de las personas ha transformado más de la tercera parte de la superficie terrestre del planeta y alterado la supervivencia de numerosas especies. La historia de la vida, según publicó en Science el paleontólogo de la Universidad de Chicago David Raup, consiste en largos periodos de aburrimiento ocasionalmente interrumpidos por el pánico. Creo sinceramente que estamos en este interruptus. Como gran teórico de las extinciones formuló la hipótesis de que los dinosaurios se extinguieron hace 65 millones de años, lo que forma parte de un ciclo que habría tenido lugar cada 26 millones de años. Si leemos a la escritora estadounidense Elizabet Kolbert en su libro la “Sexta extinción”, ya nos toca. Espero que no sea así, y solo sea una coincidencia estadística, como tantas, aunque lo estamos poniendo realmente fácil. El presente es la clave del pasado, que decía el británico Charles Lyell, uno de los fundadores de la geología moderna y teórico del equilibrio dinámico de las fuerzas de la naturaleza, que se rige por un ciclo constante de creación y destrucción, quien inspiró, entre otros, a su compatriota Charles Darwin, quien mencionaba que la extinción y la evolución eran la trama y la urdimbre del tejido de la vida. Muchas veces he escuchado que una de las lecciones de humildad mayores que nos brinda la naturaleza, es aquella en la que en la vida como en los fondos de inversión, los resultados pasados no garantizan los resultados futuros. Sin duda, esto nos invita en nuestras propias empresas y vidas a no vivir de las rentas.

Como la propia vida, dentro de nuestra actividad profesional, consta en que, unos crean y otros destruyen, así como en nuestra vida personal, donde unos nacen y otros mueren. En este punto me quiero acordar del fallecimiento del abuelo materno de una gran compañera, y felicitar a otro excelente compañero que ha sido padre de un bebé llamado Elliot Severino, justo en el periodo de transición de San Valentín. A ellos quiero dedicar esta columna de opinión, a sabiendas de que, si hubiera muchos más profesionales y personas como ellos, no estaríamos tan cerca de esta sexta extinción. Ambos comparten hoy empresa y también similitud con la heroína de “Guerra y Paz”, Natasha, al ser delicados, nerviosos y sensibles a las causas que les rodean.

Esta semana pasada tuve la oportunidad de acompañar a cuatro compañeros, también excelentes, un poco mayores que los dos anteriores, la mayoría abuelos, para hacer una visita técnica a una de esas mal llamadas macrogranjas, aunque en mi opinión si es magna por su equipo humano y resultados zootécnicos, además de cumplir de forma sobresaliente con las normas de bienestar, bioseguridad, impacto medioambiental, seguridad alimentaria y uso responsable de antibióticos. Ellos también han contribuido y contribuyen activamente a que nuestro prestigio profesional crezca. Analizando la evolución de nuestra profesión desde los albéitares, puedo aseverar que la diferencia entre los neandertales y los sapiens es inmensa, a la luz de estos ejemplos, y a pesar de que partamos de una minúscula variación genética dentro de los 3.000 millones de pares de bases. En caso de que quieran comprobarlo les invito a visitar el valle de Neander (Das Neandertal) que está a solo 30 kilómetros de Colonia y donde pueden celebrarlo tomándose una cerveza marca Neandertal.

Mucho mejor que vivir de las rentas, considero mejor las fórmulas utilizadas para ahorrar, como la regla 50-40-10, que permite mantener un estilo de vida sin estrés económico, mientras ahorramos para nuestras metas financieras. En base porcentual esta regla se ciñe a tres grupos de gastos en los que debemos dividir los ingresos: en el 50% pondremos los gastos fijos como cantidades de primera necesidad, en el 40% tendremos los gastos variables no esenciales relacionados con ocio y entretenimiento, terminando con el 10% destinado al ahorro e inversión a largo plazo. Algunos lo referencian como “págate a ti mismo primero” e incluso postulan llevar esta a la regla 50-30-20, recortando un 10% de los gastos variables hacia el ahorro e inversión. Cuando en nuestras granjas el mayor gasto es la alimentación (70-80% cerdos blancos e ibéricos respectivamente), el cual es, además, un gasto variable, no me cabe ninguna duda de que estamos ante un modelo empresarial que supera las expectativas de cualquier escuela de negocios, así como ante unos empresarios y directores que deberían recibir el Nobel de Economía, y especialmente en la situación actual. Otro método para ahorrar, bastante sonado, es el japonés Kakebo, que fue ideado por la periodista Motoko Hani en 1904, cuyo principio se basa no tanto en gastar menos, sino en saber en qué gastar, y que promete poder ahorrar hasta un 35%. No siendo un experto financiero, pero siguiendo las enseñanzas de mis Padres, considero de gran interés seguir su máxima, y es aquella de gastar menos de lo que se gana, así como esa otra de que “debe haber saldo”. Y para ello, lo primero es trabajar eficientemente. Cuando leo el calendario laboral oficial sujeto a convenio, donde se reflejan 225 días laborables al año con 1.760 horas de trabajo al año, compruebo que las reglas mencionadas tienen porcentajes extremadamente diferentes, lo que me deja pensativo. Esto supone que tan solo debemos trabajar el 61,64% de los días del año y un 20% de las 8.760 horas que tienen las 52 semanas (regla 80/20). ¡Que el ahorro me pille trabajando!

 

“Los obstáculos son esas cosas espantosas que ves cuando apartas los ojos de la meta” Henry Ford (1863-1947) Fundador de Ford Motor Company

 

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