Opinión de Antonio Palomo: PSEUDOARGUMENTO

Opinión de Antonio Palomo: PSEUDOARGUMENTO , foto Antonio palomo YagüeOpinión de Antonio Palomo: PSEUDOARGUMENTO

Un argumento corresponde a aquel razonamiento que se emplea para probar o demostrar una proposición, o bien para convencer a alguien de aquello que se afirma o se niega. Los elementos del argumento, que no los argumentos de los elementos, a los que me referiré posteriormente, contienen tres partes bien diferenciadas, como son la tesis, el cuerpo argumentativo y la conclusión. Personalmente, se me asimila mucho a la presentación de los trabajos científicos, donde la tesis serían la introducción y objetivos, el cuerpo corresponde a material y métodos, y la conclusión al apartado discusión más conclusiones. Claro que no es lo mismo plot, argumento en inglés, que un argumento pluf o pseudoargumento, sabiendo que pseudo como elemento compositivo proviene del griego y significa falso, que en anglosajón se refiere a una persona que es falsa. Podríamos mencionar aquí el uso indiscriminado de argumentos por los elementos que, corresponden, más bien, a pseudoargumentos. Hablando la semana pasada con un científico eminente y su equipo, dentro de nuestra profesión Veterinaria, en una visita conjunta a una granja para el desarrollo de una prueba de campo con una vacuna experimental, utilizamos numerosos argumentos para poder llevarla a cabo, e incluso contraargumentos, es decir argumentos a modo de respuesta frente a otro anterior, tratando de ponernos de acuerdo en las evidencias científicas de aplicación práctica. Soy partidario de este tipo de acciones, lo cual es mucho más complejo que decir simplemente no (ya saben aquello de que el no es no), no siendo una respuesta caprichosa ni ideológica, sino un recurso que nos sirve para comprobar la veracidad de lo analizado, en este caso a pie de granja, donde en numerosas ocasiones, gracias a este contraargumento de ideas salta a escena la más correcta. Por ello, quiero dedicar a los compañeros y buena gente de León esta humilde columna de opinión y agradecerles sus argumentos.

            Pero entre argumentación y retórica hay un trecho. Santo Tomás de Aquino hablaba de la argumentación falaz. Las falacias o sofismas, que viene del verbo fallare que significa engañar, son razonamientos incorrectos, que ya Aristóteles mencionó en sus “Refutaciones sofisticas”, donde ya hacía referencia a 13 tipos de falacias. Ya saben aquel proverbio que dice: hay pocos modos de dar en el blanco, pero infinitos modos de errar. No se si refería a los del chocolate blanco incluido en la cesta básica de la compra de nuestros insignes, que no dejan ocasión para decirnos qué tenemos que comer y cuándo, que incluso los franceses le ponen número, 30 productos por 30€. Esto me suena al todo a 100 pesetas o a un euro. No entiendo muy bien que se incluyan en dichos alimentos básicos el chocolate blanco y la coca cola, partiendo de que ambos son de mi agrado, además de que así ya tenemos cacao como sustituto del sexo, que como todos saben produce un aumento del calor endógeno y tiene un impacto sobre el calentamiento del planeta. Como algunos de estos pseudointelectuales se percate, corremos el riesgo de que también nos lo prohíban. Aunque me gustaría que se pronunciase la ministra de economía al respecto, que a buen seguro se marcaría lo que en el mundo de las finanzas se conoce como “hacerse un Michael Jackson”, es decir, “un marcha atrás”. No obstante, para ahorrar energía ahora en otoño, donde es más costosa entre las 20-23 horas, propongo abrazarse, apagar las luces y la calefacción, y sustituir el chocolate para no pasar frio.

            Por deformación profesional me he permitido analizar dicha cesta básica de la compra desde el punto de vista dietético y nutricional, estando muy alejada de la dieta mediterránea y de la salud digestiva, así como de ayudar a reducir la incidencia de obesidad infantil, de la que ya somos el segundo país de Europa. En nutrición humana hablamos de dos alimentos básicos completos que no están en esa cesta básica, como son la leche y los huevos, que por si algunos de los miembros, miembras y miembres, que no mimbres, no saben, son producidos por los rumiantes después de una gestación y previa inseminación, que no violación, y por las gallinas, que no por los gallos, sin necesidad de fecundarlas, o también. Claro que, “con estos mimbres tenemos estos cestos”. La cesta tampoco incluye ni carne ni frutas, alimentos de gran valor nutricional. En síntesis, estas cestas están muy desequilibradas, refiriéndonos a su aporte balanceado de nutrientes esenciales para cubrir nuestras necesidades de mantenimiento y producción. Claro que quizás, en no pocos casos, con abastecer los requerimientos de mantenimiento, ya les salga la ecuación electoral. Me pregunto cómo va a ser la “cesta de Navidad” que nos toca este año.

            Ya en 1654, el matemático y filósofo francés Blaise Pascale refería que todos los problemas de la humanidad se deben a que el hombre no es capaz de permanecer callado en una habitación con total de sumar. Esta palabra me suena, como sumamos, que es el lema de otra entidad próxima. Martin Luther King lo expresaba diciendo que en el interior de cada persona se libra una violenta batalla entre sus impulsos buenos y malos, entre sus ambiciones y sus principios, entre lo que podemos llegar a ser y lo difícil que resulta conseguirlo. Pero no parece que, a algunos, sus ambiciones les hagan utilizar todo tipo de pseudoargumentos donde el fin justifica los medios. Ante personas que actúan de esta manera me viene a la cabeza el lema que tenía la familia del que fue presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, cuyo padre no soportaba perder y decía: “no te enfades, véngate”. En una sociedad pagana como la actual, algunos dirigentes hacen gala de aquella cita bíblica de “yo soy el camino, la verdad y la vida”. Cuanto menos, curioso. O a ver si es que sufren lo que los neurólogos llaman una pérdida de orientación, que representa la ausencia de orientación temporal y/o espacial, derivada de trastornos de la conciencia con base orgánica. Esto no le pasaba a Albert Einstein, que bien nos enseñó como el tiempo y el espacio se curvan, en presencia de materia y energía, en su Ley de la relatividad general, mientras que en ausencia de ambas el espacio-tiempo es plano, también conocido como de Minkowski o de la relatividad especial. Ya entiendo porque las llaman acciones especiales y no generales. Sabiendo que topar los precios de las cosas de comer es ilegal, como bien queda reflejado en la reforma de la Ley de cadena alimentaria 12/2013, de 2 de agosto, aprobada por el Congreso de los Diputados el 2 de diciembre de 2021 y que entró en vigor el 16 del mismo mes, me lleva a pensar que el mismo que hace la ley hace la trampa. Me parece indigno. Claro que, si vamos al diccionario Oxford, topar significa chocar o tropezar una cosa que está en movimiento con otra estática. Ahora ya lo entiendo mejor.

La otoñada verdadera, por San Mateo las aguas primeras, que bien harán a los cerdos en la montanera” Refrán popular

 

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