Opinión de Antonio Palomo : PAREIDOLIA

FORO AGRO GANADERO, Opinión de Antonio Palomo : PAREIDOLIAOpinión de Antonio Palomo : PAREIDOLIA

El fenómeno de actualidad de ver cosas donde no las hay, y donde las hay, no verlas, está siendo más frecuente de lo que la naturaleza non da. Como humanos, junto a otros seres vivos, como animales y plantas, formamos parte integral de dicha naturaleza. El problema surge cuando se objetiva tratar a los animales como personas (antropomorfismo), y a estas como animales (animalismo). Este fenómeno psicológico, donde un estímulo vago y aleatorio se percibe erróneamente como una forma reconocible, es a lo que se conoce como pareidolia, lo que bien describió ya en su teoría de la memoria y la predicción el ingeniero informático americano Jeff Hawkins. El término, cuyo origen es psiquiátrico, al irse popularizando en el lenguaje común ha ido perdiendo su sentido patológico. No me cabe ninguna duda de que muchos comportamientos, no infrecuentes y pareidoliógicos, tienen un trasfondo que debería ser tratado clínicamente, algo que hablaba la semana pasada con un grupo de cuatro alumnas destacadas de la Facultad de Veterinaria de Madrid durante una visita a una granja, y a quienes quiero dedicar esta columna de opinión por su positiva actitud, educación y juicio de valor. Creo que estamos ante una nueva generación de grandes valores profesionales, como bien se puso de relieve en el último congreso de Anavepor celebrado en Valladolid, y como bien mencionó nuestro excelente compañero y presidente de tal encuentro con más de 500 profesionales, Don Javier Llamazares en la primera página de opinión de la revista Suis de este mes. En los mismos términos se manifestó el presidente del Colegio de Veterinarios de Madrid en la entrega de los Premios de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España (RACVE) bajo la presidencia del Profesor Arturo Anadón la semana pasada, donde de los cinco galardonados, cuatro fueron mujeres y un hombre, lo que demuestra que estamos ante un cambio de paradigma de género evidente en nuestra profesión, que personalmente celebro. También quiero felicitar a los cinco galardonados y la RACVE por su iniciativa de poner en valor la ciencia aplicada en nuestra profesión.

            La pareidolia se considera una subcategoría de la apofenia, que bien nos incumbe en nuestros ámbitos de análisis estadísticos de pruebas experimentales o de campo. No es infrecuente que asistamos a reuniones o nos presenten productos alimenticios o sanitarios, cuyos resultados zootécnicos van acompañados de tratamientos estadísticos con patrones y conexiones entre diferentes parámetros que saltan la vista por carecer aparentemente de sentido. Así la apofenia se relaciona con errores de tipo I, también conocidos como tipo alfa o falso positivo, que dan lugar a conclusiones falsas, derivadas esencialmente de encontrar la probabilidad de una asociación espuria o casual entre dos variables, que por otra parte no guardan ninguna relación. Con frecuencia valoro pruebas en las que en vez de emplear el método científico realizan el hackeo estadístico de la base de datos (P-hacking), basado en relacionar una variable dependiente con el resto de las independientes posibles hasta encontrar una asociación significativa estadísticamente. Este término lo introdujo el neurólogo alemán Klaus Conrad en 1959 denominándolo como “una visión sin motivos de conexiones”, o lo que es lo mismo, dar sentido a algo que no lo tiene. En 2001 el neurocientífico suizo Peter Brugger también lo definió como una percepción no motivada de conexiones acompañada de experiencias específicas que dan lugar a un significado anormal. Quizás se deba a que las personas desde nuestros ancestros buscamos patrones en la naturaleza, ya que la evolución ha ido seleccionando la asociación entre eventos. Mi Padre, sin saberlo, hacía referencia a este fenómeno, mencionando que lo que antes era normal ahora es anormal, y lo que antes era anormal ahora se ha normalizado. Entiendo que esto traerá sus consecuencias, tal y como pasaba en la serie estadounidense Stranger Things donde Winona Ryder interpretaba a la protagonista señora Byers, madre del niño Will quien desaparece en un pueblo de Indiana, presenciando como en distintos lugares se caían los imanes caseros, asociándolo a patrones, que en ningún caso eran congruentes. Una de las canciones de la serie se titula “Go nowhere”, que bien indica lo que hoy está sucediendo.

            Estamos hablando, al fin y al cabo, de una distorsión de la realidad. Más bien, soy partidario de aquel dicho nietzscheriano de que “el hecho es, lo pensado no es”. Esto se enmarca en los sesgos cognitivos que en 1972 proporcionó el Premio Nobel de Economía Daniel Kahneman, quien introdujo dicho concepto en los procesos económicos, lo que supone una desviación en el procesamiento mental, dando lugar a juicios imprecisos e interpretaciones ilógicas de la realidad (irracionalidad). Esto incluye un procesamiento de la información centrado en la heurística (atajos), motivaciones emocionales y morales que se engloban en la Teoría de las perspectivas, centrada en la toma de decisiones bajo incertidumbre, que hoy gobierna nuestro día a día en los precios de materias primas y precios de venta de los cerdos, a pesar de disponer de un gran volumen de información. Cuando los datos que obtenemos no son lógicos en base a la información disponible, debemos plantearnos que quizás, o no disponemos de todos los necesarios y debemos amplificar dicha información, o bien no los estamos analizando correctamente. Ante esta situación confusa, la toma de decisiones corre riesgos, por lo que debemos precisar los mecanismos netamente cognitivos de los intelectivos, ya que estos últimos se centran más en la intuición que en la verdad. En este caso, los antropólogos la explican por el propio proceso evolutivo, derivada de rasgos adaptativos asociados a estímulos potencialmente dañinos, enmarcada en que la respuesta inmediata suponía la supervivencia. Entiendo que ahora, el riesgo de que nos coma un depredador carece de argumento, por lo que considero más importante realizar análisis detallados.

En este punto me gustaría hacer hincapié en tres de los sesgos que más me llaman la atención, al tiempo que más comúnmente observo en la toma de decisiones en nuestro sector. Uno es el sesgo de confirmación que tiende a interpretar información que confirma preconcepciones, en cuyo caso no nos facilita nada explicar el origen, las consecuencias y las soluciones a un problema dado, ya que el interlocutor parte de una idea propia fija sin posibilidad de entrar en razón más allá de la misma. El otro es, el sesgo de correspondencia, donde hacemos demasiado énfasis en explicaciones fundamentadas o experiencias de otras personas, sin pararnos a pensar nuestro caso particular, a lo que también se conoce como error de atribución. Bien saben cómo en los pasillos y en los bares, todos muestran músculo ante el auditorio jactándose de resultados extraordinarios en sus granjas que no se corresponden con la realidad. Y para concluir, el tercer sesgo, no menos elocuente, es el sesgo de autoservicio, que es la tendencia natural del ser humano a solicitar más responsabilidades para los éxitos que por los fallos, bien conocida como “medallismo social”, cuando ciertas personas vinculan información ambigua, sin otro propósito que su único beneficio.

“La ambición no hermana bien con la bondad, sino con el orgullo, la astucia y la crueldad” Leon Tolstói (1828-1910) Pensador ruso – Libro Guerra y Paz

 

Date de alta y recibe nuestro 👉🏼 Diario Digital AXÓN INFORMAVET ONE HEALTH

Date de alta y recibe nuestro 👉🏼 Boletín Digital de Foro Agro Ganadero

Noticias animales de compañía

Noticias animales de producción

Trabajos técnicos animales de producción

Trabajos técnicos animales de compañía