Opinión de Antonio Palomo: OMSA (OIE)

Opinión de Antonio Palomo: OMSA (OIE) cerdoOpinión de Antonio Palomo: OMSA (OIE)

Si a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la añadimos una A, nos sale OMSA. El 25 de enero de 1924 se fundó la Office International des Épizooties (OIE) con sede en el distrito XVII de París. La organización intergubernamental comenzó con 28 países firmantes, pasando a 167 en 2004, 178 en 2013 hasta los 182 miembros actuales. Ahora, estrena una nueva identidad corporativa y, además, promueve el uso de su nombre completo, Organización Mundial de Sanidad Animal, con sus siglas OMSA, en español, y WOAH (World Organization for Animal Health), en anglosajón. Su objetivo central es mejorar la salud y el bienestar animal en el mundo, y por ende la salud pública, con el mensaje “Proteger a los animales, preservar nuestro futuro”. No confundamos la imagen de la OIE con la otra OIE (Observatorio Imagen de España) que se creó hace tan solo 10 años (2012) frente a los casi 100 de la OMSA, para efectuar un seguimiento riguroso y sistemático de la imagen de España en el mundo. Este observatorio, que no organización, realiza estudios de opinión mediante encuestas, centrándose en un sistema de indicadores de la distancia entre la imagen de nuestro país y la realidad (SIDIR), donde las encuestas nacionales las realiza el Real Instituto Elcano, que espero superen en rigor a las del colega de la Universidad Complutense Don José Félix Tezanos. A ver si es que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) es una rama CIS Directive (CISDIR en sus siglas en español) – Centro de Investigaciones Sociológicas Desviadas de la Imagen de la Realidad.

Las misiones prioritarias de la OMSA se basan en ocho pilares. El primero es la transparencia de la situación sanitaria mundial declarando todos los focos de enfermedades animales, incluidas las zoonosis. Para poder controlar la mayoría de las enfermedades la objetividad y transparencia, que no las trasparencias, que tanto gustan, son uno de los puntos críticos de partida. El segundo es la excelencia científica para mejorar los métodos de prevención y control, partiendo de una red mundial de 284 laboratorios de referencia y centros colaboradores. No todo lo excelente es científico, pero la ciencia si es excelente. El tercero es la solidaridad internacional y el papel de los Servicios Veterinarios que se reconocen como un “Bien Público Mundial”, a pesar de que sigamos con esa discusión retorcida y retórica de si los Veterinarios son Sanitarios o Patrimonio de la Humanidad, como Segovia, mi ciudad natal, donde esta semana se celebra el XI Congreso Mundial del Jamón (CMJ).

            El cuarto pilar, se lo pido a la Virgen del Pilar, ya que versa sobre el apoyo a la buena gobernanza y refuerzo de las capacidades basado en la herramienta PVS (evaluación de las prestaciones de servicios veterinarios) donde se ayuda a los países en vías de desarrollo. En este punto quiero hacer una extensión al término PVS, que podría ser la Pig Veterinary Society, y que personalmente lo considero esencial en el contexto de una salud mundial. Pero no es lo mismo ser que hacer, y pensar que realizar. Kant decía “to be is to do”, Nietzsche aquello de “to do is to be”, para concluir parafraseando a Sinatra en “do be do be do”. El quinto pilar es la seguridad sanitaria del comercio internacional de animales y sus productos para proteger a los países miembros de la introducción de agentes patógenos, al tiempo que evitar obstáculos comerciales injustificados. El sexto pilar, mucho más serio que la sexta, es velar por la inocuidad de los alimentos, esencial para la salud pública y base troncal del concepto one health, centrándose en los riesgos desde la fase de producción primaria a pie de granjas, origen del todo, así como de la frase hecha, “de la granja a la mesa”. El séptimo de caballería se vincula a la reducción de riesgos biológicos, centrada en controlar la diseminación accidental o deliberada de agentes patógenos de origen animal a nivel mundial.

            Por último, que no menos importante, el octavo pilar, que no es ni más ni menos que el bienestar animal, derivado de la intrincada relación entre salud animal y protección de los animales. Como tantas veces he mencionado, la relación bioseguridad con el bienestar animal son simbióticas, y no puede haber bienestar sin sanidad. Un animal o una persona enferma están en las antípodas del bienestar, o como decía mi Padre: “no hay peor bienestar que estar enfermo”. No termino de ser capaz de entender los motivos por los cuáles la medicina humana y la medicina veterinaria no vayan de la mano, a pesar de las argumentaciones en contra de muchos miembros y miembras destacados y destacadas, en sus cargos y cargas, que no tanto en sus razonamientos o razona y mientas.

Un alto representante de la OMSA, la pasada semana, al anunciar el cambio de nombre, concluyó defendiendo que, si se mejora la sanidad animal a nivel global, se transforman los medios de sustento, se impulsan las economías y el planeta se convertirá en un lugar más seguro y saludable. Últimamente escucho decir a numerosos representantes políticos y de diferentes instituciones su gran preocupación por salvar el planeta, algo que me parece muy loable, pero no menos ostentoso, ya que casi todos los días soy testigo de acciones de los propios humanos en su contra, lo que está en la base del pensamiento freudiano de trasladar sobre los demás nuestros propios prejuicios. Menos mal que el Homo sapiens sapiens tan solo somos una pequeña rama de la naturaleza, que esta, en su conjunto, si actúa salvaguardando el planeta. Dicho directivo concluía diciendo que la OMSA tiene como vocación ser una organización líder en la construcción de un mundo más sostenible. Este término lo utilizó Hans Carl Von Carlowitz, ya en el siglo XVII, a pesar de que parezca nuevo, poniendo el foco en el manejo de los recursos forestales, tomando en consideración el replantar árboles, sus periodos de crecimiento y las cosechas. El 25 de septiembre de 2015, los 193 miembros de las Naciones Unidas (ONU) adoptaron las 17 reglas de desarrollo de la sostenibilidad (SDGs) englobadas en los objetivos globales de la Agenda 2030 del desarrollo de la sostenibilidad, guía de acciones de la comunidad internacional para los próximos 15 años (2016-2030). Centrándonos más específicamente en la producción animal, las reglas de la UE en este punto se basan en mejorar la competitividad y la viabilidad económica de los sistemas de producción, mejorar la producción adaptada a las patologías vulnerables derivadas de los cambios de patrones estacionales debidos al cambio climático y resolver los temas relacionados con la dieta, la salud, el impacto ambiental y el bienestar animal. ¿Quiere decir esto que, sin salud y bienestar animal no hay sostenibilidad?

Nunca sabremos el valor del agua hasta que el pozo esté seco” Thomas Fuller (1608-1661) Historiador británico

 

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