Opinión de Antonio Palomo: LA VALLA DE CHESTERTON

Opinión de Antonio Palomo: LA VALLA DE CHESTERTON , foto Antonio PalomoOpinión de Antonio Palomo: LA VALLA DE CHESTERTON

Todavía no hemos llegado al límite de lo que es factible. Los economistas lo llaman frontera eficiente. Las personas tendemos a interpretar el pasado y a imaginarnos el futuro a partir de nuestro lóbulo anterior del cerebro. Vean el caso de la “particular interpretación de la ley de desmemoria histórica” debatida estos días, así como la presentación de unos presupuestos que al día siguiente fueron puestos en duda por el propio Banco de España. Los mayas practicaban la agricultura intensiva en tierras infecundas, a pesar de lo cual fueron capaces de mantener la fertilidad del suelo durante un periodo de tiempo excepcionalmente largo gestionando bien los recursos agrarios. Me queda claro que no somos mayas y que somos capaces de hacer de una tierra fértil otra baldía. Estamos viviendo momentos, en muchos aspectos tanto sociales como empresariales que se corresponden con lo que se conoce como el “éxtasis del lactante” que equivale a la tendencia al beneficio concentrado en el corto plazo, que no solo supone la ocultación del riesgo y el coste a largo plazo, sino también a fomentar la aceptación, incluso si el análisis neto es negativo. Si el 40% de los presupuestos son para pensiones y nos subimos el sueldo un 4%, al tiempo que pedimos arrimar el hombre con más impuestos a empresas y particulares; ¿dónde está la coherencia y el sentido común?  Que podamos hacer algo no significa que debamos. Menos mal que según una “me nistra”, en España no hay pobres, el 1% somos ricos y el 99% clase media trabajadora. Bien me consta que nuestro sector porcino es de esa clase trabajadora, que digo, muy trabajadora e injustamente vilipendiada. No entiendo muy bien en qué grupo se encuadran los casi 3 millones de parados, aunque si los otros 3 millones de funcionarios públicos y los 10 millones de jubilados. Aquí, la pregunta que me surge es: ¿nuestros actuales políticos se enmarcan como funcionarios, jubilados y/o parados? Según el informe de la Red Europea contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES) al inicio de la pandemia, en nuestro país 4,5 millones de personas (9,5%) vivía en situación de pobreza severa, un millón más que en 2008. La doctora en Historia Económica Graciela Malgesini, comentando el informe, relató que la pobreza es el resultado de decisiones políticas, de desigualdad y de injusticia. Saben aquel dicho: “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Ahí lo dejo.

            Para poder tratar de llegar a dicho límite alcanzable de la frontera eficiente, se requiere que deberíamos conocer y ser conscientes de las consecuencias imprevistas, los rendimientos decrecientes, las externalidades negativas y la naturaleza finita de los recursos. Quiero empezar y dar absoluta prioridad a las consecuencias imprevistas, honrando a un excelente compañero veterinario que nos ha dejado estos días cuando estaba en plenas facultades laborales, cuya pérdida me produce tristeza, también por su calidad humana y profesional. Me refiero a Manel, de Pinsos Sant Antoni en Vic, a quien agradeceré siempre su amistad y compromiso con nuestro sector porcino. Esta columna va dedicada por completo a su memoria. Pride Veterinarian¡¡¡

            En cuanto a la ley económica de los rendimientos decrecientes, a medida que aumenta el factor de producción de una variable, y siempre que lo demás se mantenga constante, el rendimiento crecerá cada vez menos hasta detenerse. Quizás, esto tenga que ver mucho con lo que hemos estado haciendo las últimas tres décadas, de forma que cada año nuestras cerdas aumentaban 0,2 lechones su prolificidad y con cada lechón de más se reducían unos 25 gramos el peso medio del lechón al nacimiento, aunque aquí se han visto penalizadas otras variables, lo que nos ha llevado a priorizar en este momento la vitalidad, viabilidad y peso al nacimiento, es decir la robustez de nuestros hatos reproductivos. Esto nos ha penalizado el coste de oportunidad, y de aquí surgen unas consecuencias imprevistas que se encuadran en la variante de la valla de Chesterton con la que podemos fijar el momento de limitar los referidos rendimientos decrecientes y cambiar las variables que seleccionamos, persiguiendo en todo momento tener los rendimientos más elevados en base a la inversión que realizamos. Para ello, no debemos desconsiderar, sensu stricto, la relación negativa y obligatoria que existe entre dos caracteres a seleccionar, que es conocido como trade-off, o dicho en castellano antiguo: prestar atención a que no nos cueste más el collar que el galgo. Bien les sonará el concepto de la pleiotropía, donde un gen puede tener efectos sobre varios caracteres. Esto se encuadraría en el apartado de las externalidades negativas.

            Llegados a este punto, me permito referirme a la parábola de la valla de Chesterton, concepto ligado al principio de precaución, bautizada en honor del filósofo y escritor británico católico de principios del siglo XX llamado Gilbert Keith Chesterton, la cual nos aconseja que debemos tener cautela a la hora de cambiar un sistema que no entendemos del todo. Dicho de forma sencilla, correspondería a esa valla o barrera que no deberíamos quitar o levantar hasta que no hayamos encontrado una alternativa válida. Mejor nos iría si conocieran este principio todos aquellos involucrados en la transición ecológica, en base a lo cual, estoy convencido que nuestros costes energéticos actuales hubieran sido muy inferiores, aunque entiendo como muy humano aquello de vender la piel del oso antes de haberlo cazado. Por lo tanto, aplicando el modelo de esta columna, cuando nos enfrentamos a cualquier cuestión que no sabemos perfectamente para que sirve, no deberíamos eliminarla ni sustituirla por sistema. Considero tener en cuenta que esto corresponde a un pensamiento de segundo grado, ya que el de primer grado se relaciona con el pensamiento ordinario, donde tan solo pensamos las consecuencias inmediatas de una acción, que se correlaciona más con el concepto de la navaja de Ockham que comentábamos la semana pasada. Pero no siempre todo es tan sencillo, y las consecuencias de unas acciones producen a su vez nuevas consecuencias. Propongo tenerlo en cuenta en la toma de decisiones a cualquier escala y nivel.

FELICIDADES A TODOS LOS GALARDONADOS EN EL PORC D´OR DE PORCINO IBÉRICO Y FELIZ SEMANA DE LA VIRGEN DEL PILAR, muy especialmente a los aragoneses.

“El trabajo del maestro no consiste tanto en enseñar todo lo aprendible, como en generar en el alumno amor y estima por el conocimiento”.  John Locke – Filósofo y médico inglés artífice del empirismo, conocido como “Padre del Liberalismo Clásico”

 

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