Opinión de Antonio Palomo: INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Me resultan gratas tanto la inteligencia natural como la inteligencia artificial (IA), como lo que a supuesto a nivel reproductivo las mejoras en la inseminación artificial sobre la inseminación natural, prefiriendo la primera en las granjas y la segunda en mi vida. Las iniciales de Ibéricos de Arauzo o Irene Alonso también son las mismas que las de inteligencia artificial, por lo que, no puedo por menos que vanagloriar y dar la bienvenida a todos los avances que dicha tecnología aportará a nuestras vidas, y estoy convencido, a nuestro sector porcino. La semana pasada nos informaron de que gracias a la IA se va a poder recuperar una canción inédita de John Winston Lennon y unos 4.000 cantos gregorianos. Ya nos cantaban los Beatles aquella canción “Revolutions” en 1968, en la que decían aquello de que todos queremos cambiar el mundo seguido de “all I can tell you is brother you have to wait”. La primera canción de los de Liverpool apareció el mismo mes y año en el que nació el que les escribe, titulada “Love me do”, aunque creo que la que mejor nos viene a cuenta es “Let it be” – déjalo estar, que significa la aceptación ante los hechos de la vida. Personalmente me gustan casi todas, pero especialmente “Yesterday” – creo en el ayer, que ha sido la más versionada de la historia, “Help” – que viene muy al cuento con la cita electoral del 23J y “All you need is Love” que dice aquello de que no hay nada que puedas hacer que no se pueda hacer.

            Si me dan a elegir entre la inteligencia artificial y la inteligencia emocional, me quedo con la segunda. Soy consciente de los riesgos de la IA si no se usa adecuadamente, pero no creo que, en este escenario distópico, sea esta la que nos controle a las personas, como mencionó el exejecutivo de Google Geoffrey Hilton. Ya a finales de 2021 la UNESCO adaptó premisas sobre la ética de la inteligencia artificial, con el objetivo de poner dichos sistemas al servicio de la humanidad y no viceversa, evitando que ataquen la Carta de Derechos Fundamentales, lo que también estos días hemos escuchado sobre el trabajo legislativo en la Unión Europea. Considero que, como otros grandes avances tecnológicos, como la genómica, técnicas CRISPR/Cas9 o los xenotransplantes, entre otros, deben tener bien definidas sus buenas prácticas y poner los límites a su uso para fines no éticos. Pongamos por ejemplo el social scoring de la IA para clasificar a los ciudadanos en base a nuestro comportamiento, que ya practican en China. El promotor del primer gran tramo del ferrocarril entre Liverpool y Manchester, William Huskisson fue atropellado por el tren el día de la inauguración, el 5 de septiembre de 1830, quedando para la hemeroteca las célebres palabras de Otto Lilienthal, pionero de los viajes en ferrocarril: “Las víctimas son inevitables”. Considero que tenemos por delante importantes retos jurídicos para que la inteligencia artificial sea otra herramienta más para seguir avanzando y haya las menos víctimas posibles. Ante esa combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas con las capacidades del ser humano como algunos definen a la inteligencia artificial, me genera la duda de que, si tomamos como referencia a ciertos humanos, iremos involucionando más que evolucionando. Si preguntamos a ChatGPT nos dirá que la IA es una rama de la informática que se enfoca en el diseño y desarrollo de sistemas y programas que pueden realizar tareas que, hasta ahora, solo podrían ser realizadas por seres humanos, basada en la creación de algoritmos y modelos matemáticos que permitan a las máquinas aprender de manera autónoma a partir de datos y experiencias previas. En España ya tenemos varios startups que están implementando la IA en diferentes sectores ganaderos como porcino, avicultura y vacuno. Bien conocen los sistemas de microchips, cámaras, altavoces, sensores, que detectan y previenen ciertas patologías, permitiendo adelantarnos en los tratamientos, realizar alimentación de precisión, identificar problemas en la bioseguridad o garantizar el bienestar de los animales. Considero que es una oportunidad para demostrar a los consumidores y a la sociedad en su conjunto, que llevemos a cabo la interacción positiva de nuestras prácticas tradicionales, los conocimientos avanzados y todas las innovaciones que hemos ido implantando junto con las nuevas tecnologías de inteligencia artificial, a efectos de seguir mejorando sustantivamente en todos los retos que tenemos planteados, al tiempo que hacer más sostenible y rentables nuestras granjas – empresas. Para ello, considero necesario tener una actitud receptiva ante esta nueva tecnología y formarnos adecuadamente para su uso adecuado dentro de la digitalización de los procesos.

            Dentro de nuestro campo ganadero la IA nos permitirá el análisis de infinidad de datos (parámetros productivos, fábricas de pienso, controles de calidad), realizar diagnósticos y tratar enfermedades a partir de todos los informes técnicos, interacciones de personas con los cerdos, además de poder desarrollar nuevos fármacos. Ya en el siglo XIX el médico checo, principal exponente del nihilismo terapéutico, Josef Skoda, uno de los pioneros de la metodología de las ciencias naturales, propuso los principios per exclusionem – por exclusión, para perfeccionar las técnicas diagnósticas en medicina, a efectos de separar el grano de la paja en la fiebre puerperal que originaba infinidad de fallecimientos. Ahora tenemos la oportunidad de aplicar los conceptos de machine learning o deep learning. Los próximos días 29 y 30 de junio va a tener lugar en la magnífica ciudad califal de Córdoba el Congreso Internacional de Inteligencia Artificial Aplicado a la Cadena Agroalimentaria – Smartagrifood del campo a la mesa. Les invito a continuar innovando y trabajando para que nuestro sector siga siendo un motor dentro del agroalimentario, destacado en la economía de nuestro maltrecho país. El Dr. Santiago Ramón y Cajal en sus charlas de café manifestó que, digan lo que quieran los ricos viciosos y los holgazanes incorregibles, el trabajo agradable y útil resulta todavía la mejor de las distracciones. No estaría de más que nuestros dirigentes utilizasen los algoritmos pensando más en el conjunto de los ciudadanos que en si mismos, lo que a buen seguro reduciría la degradación institucional en la que estamos inmersos. Aquí me viene a la cabeza aquel chiste médico en el que dos personas discutían sobre su inteligencia, en la que uno se jactaba de poseer un cerebro de 2 kilos, sin haber hecho nunca nada de provecho, a lo que el colega le replico diciendo que no tenía más cerebro, sino más neuroglia (tejido conjuntivo intercelular). Viene a ser lo mismo que decía Don Ángel, un señor de mi pueblo que nunca fue a la escuela: “no tiene más cabeza, sino más sombrero”.

            Refería nuestro eminente médico Don Santiago que, en nuestro país, tantas veces llamado de los viceversas, es frecuente ver que los listos no trabajan, condenándose a la esterilidad; mientras que las medianías se agotan en inútiles esfuerzos. Dichosas las naciones en donde el talento se enaltece con el trabajo y en que el laborioso suele tener talento. La holgazanería se pega, el talento no.

            Escuchando las declaraciones de una de las máximas autoridades políticas de nuestro país, que además promulga lo de trabajar aún menos horas, me queda claro que va más sobrada de sombrero y adornos que de cerebro. Transcribo su frase: “Lo que es fundamental en la vida pública que es, para que la gente sea más fácil para las personas en nuestro país”. Me quedo con Amistades Peligrosas, el dúo musical de mi edad formado por Cristina del Valle y Alberto Comesaña, ya que la anterior me parece una peligrosa amistad, aunque ambas coinciden con el título de la canción del grupo musical “Relatos de una intriga”. Al otro lado del espectro humano, Ricardo, un excelente encargado de una granja visitada la semana pasada, respaldado por sus resultados productivos y económicos altamente eficientes, me mencionó aquello de que las cosas son más sencillas de lo que las hacemos, cuando hablábamos de los graves problemas sanitarios nacionales. Ni conoce ni tiene el mayor interés en conocer a la cepa Rosalía ni a aquellos que todo lo manosean y todo lo manchan. No me deja de sorprender como muchos titulados no dicen nada con un sinfín de argumentos y como personas con escasos estudios, dicen mucho con pocas palabras. Esto si es inteligencia natural y emocional.

FELIZ COMIENZO DE VERANO

“Si me preguntaran si me gustaría tener a un pobre mono como abuelo o a un hombre muy capacitado por la naturaleza, de gran importancia e influencia, pero que solo utiliza sus capacidades e influencia para ridiculizar algo en un debate serio, confirmaría, sin lugar a dudas, mi preferencia por el mono” –Thomas Henry Huxley (1825-1895) Biólogo y filósofo británico conocido como “El bulldog de Darwin”

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