Opinión de Antonio Palomo : FALSO DE TODA FALSEDAD

El año pasado lo empezamos entre el asalto al Capitolio en Washington y la Tormenta Filomena en España, para dar paso este comienzo al “Asalto al Campo por Filomeno (amante del canto que sueña con mandar y dirigir). Gonzalo Torrente Ballester le dedicó la novela titulada Filomeno a mi pesar, que quizás su lectura le sería recomendable al protagonista de estos días, y de cuyo nombre no quiero acordarme, en contra del lugar de la Mancha donde vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, que se refiere en el capítulo primero de don Quijote. Es una máxima autoridad que se ha desautorizado a si mismo al extralimitarse e incumplir sus propias responsabilidades de gobierno, ya que el Plan Nacional de Control de la Cadena Alimentaria está coordinado y aprobado, entre otros organismos, por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), que está adscrita al Ministerio de Consumo, que él mismo dirige. Nuestro sector primario refiere que, según los propios informes de la Comisión Europea (EFSA), los ganaderos españoles producimos la carne bajo los estándares de Seguridad Alimentaria y Bienestar Animal más exigentes del mundo. Por dicho motivo, falta a la verdad e infama. Como diría mi Madre: en el pecado lleva la penitencia. Ya decía Ulises en la Odisea que Creta era considerada como la patria de los mentirosos, por lo que parece haberse trasladado su ubicación a nuestro país. Vivimos en una época donde la verdad no importa, y sí lo que la gente piensa que es verdad.

La carne que producimos, según ha declarado, es de mala calidad, a la inversa de lo que ha dicho su propio compañero de gabinete el Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación Don Luis Planas Puchades, que viene a decir que es de la máxima calidad. Sus cargos se publicaron en el BOE del 13 de enero de 2020, ambos cumplen esta semana dos años en el cargo con el gobierno actual, pero su trayectoria es significativamente diferente. El de Consumo nació en Logroño hace 36 años y el de Agricultura en Valencia hace 69, estando licenciados en Económicas y Derecho respectivamente, eso sí, el de Agricultura con Premio Extraordinario.  El primero, afiliado a un partido político desde los 18 años, pasó de la Universidad a ser diputado cuando tenía 25 años, sin más, mientras el Señor Planas ejerció como inspector de trabajo después de aprobar la oposición en 1980, siendo posteriormente senador, embajador en Marruecos, consejero y diputado en el Parlamento Europeo. Eso sí, el primero tiene un Máster de Economía Internacional; menos mal. Les invito a que valoren ustedes mismos a quien profesar. No estaría de más recordarle al Ministro de Consumo lo que en economía significa consumo, por si, ese día faltó a clase, y que es la fase final del proceso productivo, cuando el bien obtenido es capaz de servir de utilidad al consumidor. Por lo tanto, lo primero es producir y luego consumir. A ver si es que estamos confundiendo el IPC (índice de precios al consumo) con el ICP (interruptor de control de potencia) cuando refiere que lo de comer carne tiene que ver con la demostración de la masculinidad. Un dirigente latinoamericano de similar ideología, Evo Morales, aseguró en la primera conferencia mundial de pueblos sobre el cambio climático y la Madre Tierra, que “los homosexuales europeos lo son por comer pollo” y que en el Viejo Continente casi todos son calvos por dicho motivo. Juzguen ustedes mismos, ya que en mi caso mantengo un abundante cuero cabelludo según me dijo la propia peluquera María que me arregló el pelo el día 5, además de conocer a numerosos hombres con poco pelo y tan masculinos como el que los escribe. A Polifemo que solo comía carne cruda, según el drama satírico escrito por Eurípides (siglo V a.C.), le atribuían tendencias homosexuales. ¡A ver si sus referencias son mitológicas y estamos aquí tratando de razonar!

También tengo algunas dudas sobre si confunde el consumismo con el comunismo, que tienen las mismas vocales y consonantes, que no con el capitalismo, con quien dicen no converger y si cohabitar. Como economista no estaría demás que supiera que el sector ganadero-cárnico, a las arcas del Estado, por exportaciones a 130 países, aporta cerca de 10.000 millones de Euros. Desconozco sus conocimientos de macroeconomía y de economía de escala, que quizás los confunda con lo de las macro granjas que contaminan la tierra y el agua. Saben que tan solo entre 25 macro ciudades del mundo producen el 52% de los gases efecto invernadero (23 en China – Wuhan la 8º, una en Rusia y otra en Japón) según un estudio realizado por la Universidad pública Sun Yat-sen situada en la ciudad de Cantón al sur de China. China emite el 30,3% representando el 18% del PIB mundial, Estados Unidos genera el 13,4% de las emisiones con el 27% del PIB y la Unión Europea emite el 9% aportando el 24% del PIB. La producción ganadera de carne representa tan solo el 7,8% del total de las emisiones de gases efecto invernadero en nuestro país frente a sectores relacionados con la energía que suponen el 72% según el Ministerio para la Transición Ecológica. La energía también es un bien de consumo que le compete junto con el juego, que seguro es más dañino para la salud que comer carne. España representamos tan solo el 0,9% de las emisiones de gases CO2 a nivel mundial. El lema de la mencionada Universidad cuyo nombre se debe a un médico que fue presidente de la República de China es: “Estudia vastamente; pregunta exactamente; reflexiona cuidadosamente; distingue claramente; practica seriamente”. Es lo que me gustaría que hiciese nuestro Ministro de Consumo.

Quizás haya olvidado o ignore que el consumo de carne en el ser humano ha sido esencial para el desarrollo de nuestro cerebro en el proceso evolutivo del Homo sapiens, además de que la Revolución Agrícola y Ganadera de finales del siglo XVIII permitió iniciar la producción masiva de alimentos, gracias a la cual el gran aumento de la población mundial disponemos de los mismos. Para tener un primogénito profesor de historia, no parece haberse aplicado a las fuentes, y aún más grave me parece, que sabiendo como el sector agroalimentario ha hecho posible el abastecimiento de alimentos a toda la población durante los meses críticos de la pandemia, estemos jugando con las cosas de comer y con el nivel de vida de muchas personas, especialmente las del medio rural, cuya población se fija casi en exclusiva por la ganadería y la agricultura. ¿Saben estos dirigentes que el campo, el medio rural, la agricultura, la ganadería y la España vaciada son lo mismo? Esta barahúnda es frecuente en las personas urbanas que piensan que “los perros se atan con longanizas” referido a la abundancia de riquezas, y que según las crónicas viene de los albores del siglo XIX referido a lo acontecido en Candelario, donde la Familia Rico ya tenía una fábrica de chorizos, perdón, embutidos, que daba trabajo a muchas familias, siendo incluso proveedores oficiales del rey Carlos IV. Las crónicas salmantinas refieren que un día, una trabajadora de la fábrica, fatigada por las molestias que les ocasionaba un perro suelto que entraba en el recinto, lo ató con una ristra de chorizos.

El miércoles pasado entró en vigor la reforma del código civil (Ley 17/2021 de 15 de diciembre), donde los animales pasan a ser considerados seres vivos dotados de sensibilidad, lo cual me parece excelente, siempre que no se humanice a los animales y se animalice a las personas. Es el signo de estos tiempos, sustituir al pensador por el sentidor. Lo digo por la intención, a futuro, que tiene la dirección general de derechos de los animales de implantar el DNI a los mismos, por lo que me preocupa que quieran ponernos a nosotros un crotal o microchips. Me alivia pensar que ya en la Odisea de Homero, Plutarco decía que “los animales usan la razón” y Circe, hija de Helios, convertía a los humanos en cerdos, y al preguntarlos si querían recuperar la condición humana, estos se negaban diciendo que preferían la libertad de la vida animal. Vamos que no es posible estar en misa y en la procesión al mismo tiempo, como demuestran también las explicaciones dadas para obviar el grave error cometido por el responsable del Ministerio de Consumo tratando de obtener ventajas simultaneas de dos posiciones diferenciadas, que bien expresa el dicho: “teta y sopa no caben en la boca”. A más de uno ya le gustaría, pero sorber y beber al mismo tiempo es una combinación imposible. Ya decía el fabulista francés Jean de Fontaine: “todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda”. Por hacer algo de historia reciente, en 2002, hace 20 años, The Guardian ya publicaba que, si no dejábamos de comer pescado, carne y productos lácteos, en 10 años llegaría la hambruna. Parece que este medio de comunicación no busca a sus mejores profetas. No subestimemos la idiocia del ser humano.

“De qué sirve confesarme, si no me arrepiento”. Al Pacino (Andy García) en la película El Padrino – Cuatro Oscar en 1991

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