Opinión de Antonio Palomo: EMPERO

FORO AGRO GANADERO, Opinión de Antonio Palomo: EMPEROOpinión de Antonio Palomo: EMPERO

San Isidro Labrador, pon la lluvia y quita el sol. Como muchos de los que estamos en el sector agroalimentario, nuestras raíces están intrincadas con San Isidro, al que rezamos los agricultores – campesinos cada 15 de mayo. Nuestro patrón fue un agricultor mozárabe procedente de una familia humilde de agricultores, con la cual orgullosamente me identifico y honro, que vivió en Madrid entre 1082 y 1172 en el Barrio de la Latina, cuya cónyuge fue María de la Cabeza. Bien recuerdo ese rostro con arrugas por años asolado en las tareas del campo del “agricultor sabio”, mi Padre, castellano aguerrido que fue para mí ejemplo de coherencia en “siembra y recogerás”. Como decía Don Santiago Ramón y Cajal, fundador de la neurociencia contemporánea, “no deben preocuparnos las arrugas del rostro- que significan pérdida de grasas y aligeramiento de lastre-, sino las del cerebro”. Siguiendo sus caminos, la semana pasada continué cultivando la curiosidad intelectual, participando en Budapest, junto a un millar de compañeros de toda Europa, en el simposio de la EAPHM. Debo decir que las sensaciones fueron gratas después de tres años sin celebrarse y saltar una edición, pero sobre todo por constatar la relevancia de los numerosos Veterinarios que representábamos al sector porcino español, dejando el pabellón en lo más alto del Castillo de Buda, situado en la orilla oeste del Danubio, el segundo río más largo de Europa, después del Volga. No menos relevante fue comprobar el respeto que infundimos al resto de compañeros de otros países, y el magno reconocimiento profesional a nuestro sector.

Empero, quizás, es lo que nos falta a nivel de nuestros responsables políticos, muchos de los cuales transcienden una patética imagen al exterior, otorgando reticencias y desconfianza en países de nuestro entorno y del otro lado del océano. Con este término empero, however en inglés, quiero poder evidenciar lo que tantas veces me preocupa, y es comprobar que lo que alguien expresa contradice las conclusiones que se esperarían de lo que se ha dicho anteriormente. Más que una conjunción podría ser un nombre propio, que a buen seguro a muchos de ustedes se les viene alguno a la cabeza. Para ser respetados es preciso ser fuertes como las naciones próceres o prudentes y discretos, algo de lo que deberían ser conscientes nuestros gobernantes. Como sector porcino, considero somos ambas cosas, torales y discretos, por lo que quiero trasladar esta, mi impresión, a todos y cada uno de los que viajaron a Hungría y a los que no pudieron asistir, además de dedicaros esta columna de opinión. Los griegos decían que el silencio destruye la amistad, por lo que esos tres días ensalzaron los lazos con compañeros de toda Europa fortaleciendo nuestra posición.

            Todo es cuestión de tiempo, interés y pasión, faltando en algunos el entusiasmo y sobrando en otros el desaliento. Decía el pintor impresionista francés Edgar Degas, que los cerebros sanos se proveen de interés, de emoción y de atención obstinada, precisando de voluntad y paciencia para lograr las metas que nos planteamos. A lo cual añado, evitar el demonio de la velocidad y aplicar el sosiego del ánimo, haciendo uso del propio esfuerzo y vocación a prueba de ataques y contrariedades. Esta ha sido la fórmula troncal que nos ha permitido en una empresa catalana superar los objetivos que nos habíamos marcado después, como me comunico su responsable de producción previo a San Isidro, de “dos años picando piedra”, que en términos agrarios es sinónimo de sembrar. Dos de las sesiones principales del Congreso europeo se titulaban ¿cómo negociar con las largas crisis? y la sostenibilidad de la producción porcina, llegando a conclusiones convergentes con las expuestas. No debemos perder el norte de nuestros objetivos que son producir proteína animal de alto valor biológico, saludable, sana y respetuosa con el medio ambiente, no para alimentar a los diablos de Tasmania, sino a los casi 8.000 millones de humanos (ángeles y diablos), e in crescendo. El nombre de este marsupial, Sarcophilus harrissi, exclusivo de Australia, significa “amante de la carne”. Conozco algunos humanos también Sarcophilus, que afortunadamente se aparean más de una vez al año, o no, caso de los diablos, por lo que prefiero ser ángel. Como curiosidad comparativa, las hembras, que por cierto son muy agresivas con los machos que no las gustan, y teniendo celos de una semana y una gestación de tan solo 21 días, llegan a parir entre 30-40 crías de 30 gramos que estarán unos 100 días más en el marsupio. Y nosotros presumiendo de cerdas hiperprolíficas con celos de 2-3 días y gestaciones de 116 días. Empero, nuestras cerdas tienen más de cuatro mamas (cuatro veces más), el peso medio de los lechones es de 1.350 gramos (en algunos casos sobrepasamos los 1.500 g) y la mortalidad en lactación 8-9 veces inferior.

            Para producir cerdos necesitamos cereales que los producen los agricultores – campesinos, fuente de energía de los piensos junto con los lípidos (grasas), suponiendo el pienso sobre el 70% del coste de producción, y la energía alrededor del 50% del coste final de producción. La eficiencia alimenticia en términos financieros incluye básicamente cuatro conceptos: coste de alimentación por cerdo vendido, coste de alimentación por kilo de ganancia de peso vivo, coste de alimentación por kilo de ganancia de peso canal y retorno sobre el coste de alimentación. De aquí podemos entrever como la eficiencia alimentaria no es sinónimo de eficiencia de coste, craso error que escucho con no poca frecuencia. Estamos sufriendo, por supuesto, mucho menos que su población, el impacto nefasto de la Guerra en Ucrania, también conocido como “el granero de Europa”. No olvidemos que ya en el siglo XVII las autoridades zaristas impulsaron la transformación de los campesinos en siervos, aunque en las tierras despobladas del este se establecieron comunidades libres (solobodá), lo que dio el nombre al territorio: Ucrania Slobodá, Ucrania libre. Dicha servidumbre fue abolida en 1861, cuatro años antes de proclamarla Estados Unidos por medio de Abraham Lincoln (1865). En el siglo XIX la inmensa mayoría de la población ucraniana estaba formada por campesinos.

Tómense las cosas por su lado bueno” René Descartes (1596-1650) Filósofo, físico y matemático francés.

 

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