Opinión de Antonio Palomo: EFECTO DUNNING-KRUGER 2023

Quiero comenzar esta primera columna, de este nuevo esperanzador año, tomando como base el 2022 y honrando a todas aquellas personas que nos han ido dejando; familiares, amigos y referentes. Personalmente siento la pérdida, en la última quincena, de dos queridos seres humanos octogenarios, que han transcendido en mi vida profesional, de abajo arriba y de arriba abajo. Me refiero al primer ganadero de porcino segoviano que hace ya casi cuatro décadas me dijo: “Antonio, aquí tienes nuestra granja – Frami, para que hagas todas las pruebas que quieras”. El segundo, e igual de importante, a un gran director general que he tenido en mi vida laboral, del que recibí una llamada telefónica hace casi cuarto de siglo cuando echaba gasolina en el área de servicio los Monegros, un caluroso viernes por la tarde al final del verano, cuando regresaba de visitar una granja en Lérida hacia mi casa en Madrid. Sus nombres son Don Francisco Esteban (Paqui) y Don Carlos López (Setna), a quienes quiero honrar con esta columna, al tiempo que trasladar mi cariño, respeto y admiración a sus familias. Carlos y Paqui, mi más profunda gratitud por todo y por tanto.

Estas dos personas reflejan perfectamente lo contrario del efecto que quiero mencionar, desarrollado por dos investigadores de la Universidad de Cornell – New York, David Dunning y Justin Kruger, que publicaron en el Journal of Personality and Social Psychology en diciembre de 1999, y que lleva su nombre, el “Efecto Dunning-Kruger”. Dicho efecto es el sesgo cognitivo por el cual las personas con baja habilidad en una tarea sobrestiman su habilidad, y que entre el rendimiento promedio real y el que perciben hay un salto tanto cuantitativo como cualitativo. Me parece relevante referir el sesgo cognitivo como la tendencia sistemática, y digo sistemática no puntual, a llevar a cabo formas de juzgar y pensar erróneas. En dicho efecto, algunos estudios también incluyen el efecto contrario, que sería el caso de las dos personas que referencio, y algunas más que bien me complace conocer, que es la tendencia a subestimar sus capacidades, y que son las personas de alto rendimiento. Tengo la fortuna de tener una hija deportista de alto rendimiento, que también lo es hoy en su vida como profesional sanitario, que dignifican mi vida. Ella, Valeria, en numerosas ocasiones tiene una frase sepulcral para definir a esas personas con el mencionado sesgo cognitivo: “Papa, se le nota que aún no ha madurado”. Me parece muy relevante que David y Justin se enfoquen en el razonamiento lógico y en la idea de que las personas de bajo rendimiento no hayan adquirido la habilidad de distinguir entre el buen y el mal rendimiento, conocido como el relato de la doble carga, por el cual siempre nos salen con argumentos que para la lógica de Aristóteles y la razón de Kant carecen de esos mismos fundamentos. La falta de habilidades va acompañada de la ignorancia de dicha ausencia. Y ya no hablemos, como solemos ser testigos a diario en nuestro entorno político, de personas con el efecto Dunning-Kruger motivadas, prepotentes y con falta de escrúpulos. Es importante resaltar que la ignorancia genera más confianza que el conocimiento y que los seres humanos tendemos a categorizar el mundo en tres niveles: supraordinario, básico y subordinado. Así, cuando más sabemos sobre algo, más probabilidades hay de que usemos niveles más precisos de detalle cuanto lo categorizamos. El problema surge en lo que los medios de comunicación bien conocen para captar la atención de tantos con titulares contradictorios entre sí, basados en que no es la verdad lo que atrapa nuestros cerebros, sino la certeza. Lo que llama la atención no es el análisis equilibrado y ponderado, al que apelo, sino las aseveraciones directas y confiadas. Estos días de transición entre el 2022 y 2023, que podríamos referir como el periodo de transición de las cerdas reproductoras, diez días antes del parto y diez días después del mismo, he analizado los datos de gestión técnica y económica de numerosas granjas con dicho principio, llevándolo a cabo desde dos perspectivas. La primera es alejando el zoom de los datos lo justo para que el bosque no me dejara ver los árboles, y la segunda acercando el zoom a cada parámetro para que los árboles me dejaran ver el bosque con categorías dentro del límite de mi conocimiento, a efectos de no sobreestimar ni subestimar los mismos, y así tomar decisiones reales con los pies en la tierra, con unos requisitos mínimos y un compromiso máximo para con mi trabajo. La capacidad para deliberar y ponderar es una de las grandes ventajas que tenemos los seres humanos por contar con un cerebro grande. Utilicémoslo, disfrutemos pensando. Napoleón Bonaparte decía: “tómate tu tiempo para deliberar. Pero cuando llegue el momento de actuar, deja de pensar y actúa”.

David Dunning y Justin Kruger ganaron el premio Ig Nobel en el año 2000, que viene del juego de palabras en inglés ignoble, que en castellano significa innoble, creados por el estadounidense Marc Abrahams. Dichos premios se entregan a principios de octubre en el Sanders Theatre de la Universidad de Harvard, organizados por la revista de humor científico Annals of Improbable Research (AIR) para reconocer a los diez mejores grupos de científicos que “primero hacen reír a la gente, y luego la hacen pensar”, celebrando lo inusual, honrando lo imaginativo y estimulando el interés por la ciencia, la medicina y la tecnología. Sabemos que la finalidad de todos los seres vivos es la supervivencia y la reproducción, al tiempo que desde la ameba hasta el Homo sapiens (3.500 millones de años), viéndolo con perspectiva, la cosa no ha cambiado demasiado en el aspecto de la ignorancia. La ignorancia genera falsa confianza y sobreestimación de capacidades, lo que provoca una caída personal e inicio de la inseguridad hasta llegar a un punto de inflexión que se conoce como desesperación, a partir del cual, algunos abandonan y otros comienzan su crecimiento personal a través del trabajo y el esfuerzo que nos llevarán a recuperar una confianza sólida, y finalmente, gracias al trabajo y la constancia, alcanzaremos una humilde confianza. 

FELIZ AÑO 2023 CON SALUD Y ESPERANZADO EN ESA HUMILDE CONFIANZA.

         “De pronto me impactó que un guisante diminuto, bonito, azul, fuera la Tierra. Levanté el pulgar, cerré un ojo, y el dedo bloqueó el planeta Tierra. No me sentí como un gigante. Me sentí muy muy pequeño”.  Neil Alden Armstrong (Ohio, 1930-2012) Astronauta, ingeniero aeronáutico, piloto de guerra y profesor universitario estadounidense, primer ser humano en pisar la Luna el 20 de julio de 1969.

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