Opinión de Antonio Palomo: “APOFÁNTICO”

Hace 116 años, los mismos que días tienen de gestación nuestras cerdas blancas actuales, un gran físico, por todos bien conocido, sustituyó el concepto de tiempo absoluto por el de tiempo relativo, demostrando que el ritmo al que pasa el tiempo para diferentes observadores depende de sus velocidades relativas. De esta forma, dijo que un reloj que se moviera en círculo se atrasaría en comparación con uno que permaneciera fijo. A dicha disminución del ritmo del tiempo provocada por el movimiento se la conoce como dilatación del tiempo. Si imaginásemos un par de gemelos idénticos, quedando uno en la tierra sin moverse, mientras el otro viaja por el espacio en círculo a una velocidad muy elevada, el segundo envejecerá más lentamente que el primero. Algo parecido he sentido esta semana pasada, teniendo la sensación de que mi tiempo lo he dilatado, además de aprender un chascarrillo sobre cómo debe ser una buena conferencia, la cual debe seguir el Principio del bikini, es decir, “ser muy breve y enseñar mucho”. Durante dicho periodo de tiempo estuve participando en el Congreso Mexicano de Veterinarios Especialistas en Porcino (AMVEC) invitado por su Comité Científico y mi empresa ADM, a quienes quiero agradecer muy sinceramente su excelente hospitalidad, felicitar por su gran nivel profesional y humano, asociado a su elevado poder de convocatoria (cerca de 2.000 personas), al tiempo que dedicarles esta humilde columna de opinión a todos los compañeros mexicanos que tan excepcionalmente me acogieron en tu tierra . Mención especial para la Dra. Concepción Díaz Rayo por su ejemplo.

Entre otras muchas cosas, cuando uno viaja a otros países, es humano tratar de hacer parangones, analizando cuál es el nivel de nuestra porcinocultura en relación con la suya. A nivel cuantitativo es sencillo hacer comparaciones, doble o mitad, pero me importa más aprender aspectos cualitativos con el fin de mejorar. Y sin duda, tomando como base su infraestructura, me permito aplicar la ley de bivalencia, según la cual toda proposición es verdadera o falsa, que no la de mejores o peores. Es verdadero que tienen tan grandes profesionales como nosotros, es falso que tengan peor sanidad que nosotros. Es cierto que los cerdos de raza ibérica llegaron a México con la expedición de Colón en 1493, no estando tan claro que solo fueran 8 ejemplares, los cuales prevalecieron durante 400 años como únicos genotipos hasta que en el siglo XIX llegaron los Nao chinos. Hoy, mayoritariamente tienen líneas de las principales empresas de genética mundiales, como nosotros, aunque mantienen ligados a comunidades étnicas en extensivo la producción del cerdo pelón mexicano (CPM) derivado del Sus mediterráneo, ósea, nuestro cerdo ibérico, además de las razas Cuino que solo alcanzan los 40-45 kilos y el Pata de Mula (nada de pata fina y con sindactilia – 5 falanges) de origen asiáticos, estas dos últimas en periodo de extinción. Actualmente han creado la AMECC – Asociación Mexicana Especializada en Cerdo Criollo para profundizar en el conocimiento del primero, que en este año está teniendo una demanda como producto gourmet que alcanza los 4.000 animales, así como importantes problemas sanitarios de Cisticercosis y Toxoplasmosis.

Es en estos dos últimos puntos donde, desde la lógica de los juicios, quiero mencionar la visión apofántica, basada en que, sobre una misma proposición atributiva, se afirma o se niega algo, o se declara lo que es y lo que no es, que al mismo tiempo se presenta una verdad o se niega la misma, limitándonos a describir un hecho sin argumentar acerca de los fundamentos. Estoy convencido que, a cualquiera de ustedes, al igual que al que les conmina a reflexionar sobre este particular, cuando sobre un mismo tema tienen dos informaciones diferentes, y en muchos casos contrapuestas, les surge la duda de a cuál dar por verdadera. En mi opinión, lo mejor es beber de las fuentes del conocimiento ya que como también mencionaba el filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein: “quien no está seguro de ningún hecho, tampoco puede estarlo del sentido de sus palabras, así como que el hombre razonable no tiene ciertas dudas”. De lo que en algunos medios digitales podemos leer sobre la porcinocultura de un país y la realidad contrastada por el contacto directo con sus protagonistas, no es la primera vez que encuentro un abismo, por lo que considero esencial validar lo contenidos. Espero que, ese manido concepto de la constitución digital se haga realidad en este mundo colmado de fake news, que rozan la desmesura y el ridículo, cuando no menos resultan indignas. Bien decía el escritor argentino, iniciador del realismo mágico en la literatura del siglo XX, José Luís Borges, “no es lo mismo una cosa que una fuente, de forma que la cosa seguirá siendo cosa para el profano, y sólo será fuente para quien esté en condiciones de desvelar su clave noticiosa”.

Ya en la década de 1940 los científicos estuvieron tratando de encontrar maneras para validar sus experimentos, siendo casi dos décadas después cuando los psicólogos norteamericanos Paul Meehl y Lee Cronbach , donde se centran en validar los contenidos bajo el concepto de la validez de constructo como el grado en que una prueba mide los significados que esta da, basada en la validez convergente y discriminante, que en mi caso utilizo para confirmar diagnósticos previo a la toma de medidas de acción resolutivas a pie de granjas. La validez convergente se refiere al grado en que las medidas de construcciones que en teoría deben estar relacionadas, están de hecho relacionadas. Y a ello sumamos las pruebas de validez discriminante, donde si dos conceptos o medidas que no guardan relación, en efecto, no se relacionan. En síntesis, “si lo que creemos saber por nuestros conocimientos y lo que el laboratorio o programa de formulación-gestión nos arroja no coinciden con lo que nos muestran los animales en la granja, pensemos que quizás estamos equivocados y reflexionemos sobre dicha validez de constructo”. Mejor pararse a pensar que precipitarse, tanto en cuanto hoy gozamos de medios para tener los datos en breve espacio de tiempo, donde el tiempo y el espacio se curvan evitando el precipicio. En este plano también está la innovación, la cual sirve de poco si no se transmite, si no se difunde a través del espacio y el tiempo.

“Me gustan los amigos que tienen pensamientos independientes porque suelen hacerte ver los problemas desde todos los ángulos” Nelson Mandela – Felicidades (18 Julio 1918)

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