Opinión de Antonio Palomo: HEALTH FIRST

Opinión de Antonio Palomo: AÑO DE LA INVESTIGACIÓN, foto antonio palomoOpinión de Antonio Palomo: HEALTH FIRST

La semana pasada, 46 del año, fue intensa e interesante a muchos niveles. Según la ONU, el martes 15 nació Damián en la República Dominicana, el habitante 8.000 millones del Planeta, con una talla normal de 52 centímetros y un peso algo bajo, 2,77 kilos. Tan solo en 11 años la tierra ha aumentado en 1.000 millones su población. Una alta funcionaria de dicha organización mencionó que, al hilo de dicho nacimiento, el objetivo es lograr la ambiciosa meta humanitaria de cero muertes maternas, cero morbilidad, cero enfermedades y plena salud. El jueves 17 que se celebraba el día internacional de la filosofía, se cumplían 3 años desde que aquella pescadera de 55 años del mercado mayorista de mariscos de Huanan en Wuhan (China) fuera el primer caso confirmado de Covid-2019 según el investigador Michael Worobey de la Universidad de Arizona y publicado en la revista Science. Aquí me baso para titular Health First base de partida por delante de One Health, como concepto más global. Dicho jueves, Interporc junto con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación mostraron un video sobre las normas básicas de bioseguridad para prevenir la entrada de la Peste Porcina Africana en España, al tiempo que se presentaban las conclusiones de la campaña Let´s Talk About Pork from Europe, para dar paso al spot que aparecerá en los medios de comunicación audiovisuales asociado al mundial de futbol de Qatar, donde, con orgullo, se presentó nuestro equipo porcino ganador formado por mujeres y hombres del sector dirigidos por Don Vicente del Bosque, mencionando por parte de Don Alberto Herranz una frase de nuestro emblemático entrenador, quien logró la única estrella mundial que tenemos hasta ahora: “jugar con cabeza”. Si recordamos la frase hipocrática de que cuando la cabeza duele, todos los miembros padecen, no me queda ninguna duda de que debemos perseverar trabajando permanentemente, como venimos haciendo para haber alcanzado el lugar privilegiado de nuestro sector porcino en el mundo, no solo con intensidad, sino también con cabeza. Mi Padre nos hacía hincapié en que trabajar mucho como palomo con cabeza es mucho más eficiente, rentable y gratificante, que hacerlo como pollo sin cabeza. Este es mi mensaje a navegantes, y muy especialmente a las nuevas generaciones de ganaderos y técnicos que viene con ilusión, y sobre los que deposito mi confianza y apoyo. A todos ellos y a Interporc, especialmente a Manuel, Alberto y Daniel, junto a su equipo, quiero dedicar esta columna de opinión.

            En la presentación sectorial, nuestro ministro Don Luis Planas Puchades, valenciano, licenciado en derecho, inspector de trabajo y productor olivarero, que este domingo 20 ha cumplido sus 70 años, refirió su orgullo por el sector porcino, añadiendo que los logros alcanzados se deben al trabajo y tesón que ponemos todos los que estamos involucrados en el mismo, al hilo de cuya afirmación, una compañera del ministerio me preguntó que de dónde sacaba yo las energías para durante tantos años, desde primeras horas de la mañana, cada día, desarrollo mi actividad. La respondí que, lo de madrugar va implícito a una mayoría de las personas que realizamos nuestra tarea total o parcial en el medio rural, si o sí, muy diferente al si es si, por imperativo laboral. En mi caso, lo único que hago, que es poco original y nada machista, lo siento, es copiar lo que hacían mis padres, además de sacar la energía de las mitocondrias presentes en el citoplasma celular en forma de ATP, es decir del Amor + Trabajo + Pasión. Como cualquier otra persona, tengo unos requerimientos diarios de ATP (adenosina trifosfato) de entre 100-150 mol/L. Una persona sana producimos nuestro peso corporal diario en ATP todos los días, que es el equivalente a unos 1.200 vatios. No todas las células de nuestro organismo tienen el mismo número de mitocondrias, estando correlacionadas con las necesidades de energía que necesita cada tejido u órgano, respondiendo a una media de 200 mitocondrias por célula. Si nos fijamos en los músculos, que necesitan más energía, una célula del bíceps contiene unas 2.500 mitocondrias, mientras que una célula del músculo cardiaco tiene el doble (5.000). Esto explica, de alguna manera, la importancia del amor y la pasión en el trabajo y su rentabilidad. No olvidemos que nuestro cerebro usa el 70% de dicho ATP diario. Bien estoy seguro de que la mayoría de los jueces (54,8% actualmente son mujeres) y sanitarios (aún mayor porcentaje) de nuestro país, bien destinan ese 70% de la energía para alimentar su cerebro, surgiéndome una duda muy razonable sobre para qué utilizan el “celebro” algunos dirigentes que lo han entrenado mucho menos, y de quienes, estoy convencido que, muchas de sus mitocondrias están poco activas. El gasto de recursos públicos de ciertos entes públicos me parece, a simple vista, muy superior a su producción energética, por lo que su balance metabólico es negativo. Me pregunto si esto no ha influido en la subida de la factura energética. El profesor de Harvard Dani Rodrik los encuadraba en el término “políticos de la ira”. A ver si es que el nombre de un ministerio viene precisamente de su habilidad, que no capacidad, de insultar la salud intelectual, tanto de mujeres como de hombres, a partes iguales.

Claro que ahora, como distraer bienes públicos no es delito ad hóminem, confundiéndose con apropiación indebida, dependiendo de su fin, sin considerar que se desvía de su uso para la sanidad, la educación o el empleo, además de proceder del bolsillo de todos y cada uno de los que cotizamos, a ver si es que, retorciendo el código penal, resulta que va a ser una apropiación debida adscrita a derecho, y encima los vamos a tener que indemnizar. Malversar es la apóstrofe de mal y versar, contrario a bien y versar. Me viene a la mente la magnífica novela de ficción filosófica del ruso Fiódor Dostoyevski de 1866 “Crimen y castigo”, donde el protagonista asumía que la sociedad se divide en dos tipos de seres humanos; aquellos superiores que tienen derecho a cometer todo tipo de tropelías por el bienestar general de la sociedad y aquellos inferiores que deben estar sometidos a las leyes. ¡Cuánto se me asimila a algunos de los protagonistas de estos días con poco ATP y mucha dosis de superioridad moral, quienes pretenden someternos con sus leyes exprés y reales decretos ad hoc! Según el neurólogo y psiquiatra alemán Karl Wernicke, que dio nombre al área de Wernicke, parte del cerebro situado en el lóbulo temporal del hemisferio dominante, esta tiene la función de decodificación auditiva de la función lingüística, es decir, comprensión de las palabras. Ello supone que una persona que tiene lesionada dicha área cerebral no presenta problemas en la articulación de palabras, sin alteraciones del habla, pero, no obstante, no comprende lo que oye. De aquí que podamos pensar que nos encontramos ante personas que, o bien se han dado un golpe en el área temporal y nos lo han ocultado, o bien responden a aquel dicho: “qué parte del mensaje no has entendido”. No es menos cierto que, no son pocas las personas que no se escuchan unas a otras, porque, en realidad, no se oyen unas a otras. La información que respalda sus creencias tiene una significación emocional/espiritual para ellas, que es la única que procesan. Todo lo demás se desecha o, incluso, vetan la entrada a cualquier argumento. Vivimos momentos de un abuso de razonamientos motivados y de la falacia ad ignorantiam, que se ha venido en llamar la cultura de la cancelación, típica de sociedades democráticas que conducen a la intolerancia, donde unas personas excluyen sistemáticamente a otras que no estén de acuerdo con sus puntos de opinión. Health first, en este caso me refiero, no solo a la salud física, sino también a la salud mental. El filósofo Immanuel Kant nos decía que debemos obrar de tal modo que usemos a la humanidad, tanto a tú persona como a cualquier otra, siempre al mismo tiempo como fin y nunca como medio. Añadía que la dignidad es un valor invariable atribuido a las personas, siendo incondicional e incomparable, mientras que el precio es un valor fluctuante que atribuimos a los objetos materiales, siendo un valor condicional y comparativo. Sin duda, de gran importancia en el desarrollo de nuestros equipos de recursos humanos.

            La nueva moral ha dejado de ser centrífuga para ser ahora centrípeta. En mi juventud, la moral salvaba distancias, acercaba posiciones entre las personas, pasando hoy a ser una herramienta de alienación, disociación, división y separación. El liberal británico William Beveridge hablando del estado del bienestar (welfare vs workfare) mencionaba los cinco males gigantes de la sociedad actual, como son: la enfermedad, la ignorancia, la ociosidad, la miseria y la necesidad. De nuevo, health first, física y mental.

“Este es el castigo más importante del culpable: nunca ser absuelto en el tribunal de su propia conciencia”. “Nunca es largo el camino que conduce a la casa de un amigo”. Décimo Junio Juvenal – Poeta romano siglo I-II

 

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