Opinión Antonio Palomo: FANS GO!

Opinión Antonio Palomo: FANS GO!Opinión Antonio Palomo: FANS GO!

Venimos de rendir homenaje, en palabras de Honoré Balzac, a quien “jamás en la vida encontraréis ternura mejor, más profunda, más desinteresada ni verdadera que la de vuestra Madre”. No en vano, este novelista realista francés de la primera mitad del siglo XIX, que murió con tan solo 51 años de gangrena, con una desbordante capacidad de trabajo, escribió su obra magna La comedia humana, en la que trataba de explicar el comportamiento humano intrínsecamente ligado al entorno. Quizás se debía a que su padre procedía de una familia de agricultores con escasos recursos que se fue a París a buscar fortuna, y la encontró, codeándose con la burguesía. Se casó a los 50 años con Anne-Charlotte de 18, de cuyo matrimonio nació Honoré ¿Este era de los de abajo o los de arriba? En la misma semana el expresidente de Uruguay, Don José Mujica, otro referente del humanismo actual, anunciando que padecía cáncer de esófago con mal pronóstico, mandó un excelente mensaje, al menos desde mi punto de vista, a los jóvenes: “peleen por la vida, defiéndanla, no se sientan acorralados, no aplasten a los demás, sino convivan lo mejor posible”, añadiendo que “ningún cordero se salvó balando”. Don José admite que “el hombre es un bicho complicado: somos buenos y malos. Es el animal más inteligente y bobo, más burdo”. A mí, personalmente, esta persona me parece de los de poderoso mensaje, que ya me gustaría tuvieran la mayoría de nuestros dirigentes actuales, quienes, en sus mensajes de campaña, ahora las catalanas, no dejan de sorprendernos por su bajeza global. Observo un deterioro cognitivo, que los filósofos llaman indigencia mental, derivado quizás de la peor salud de sus neuronas, por lo que sería bueno que sus asesores de salud les recomienden comer nueces, ricas en ácido graso alfa linolénico, además de vitamina E y ácido fólico. Tuve la fortuna de relacionarme con dos políticos cuya altura profesional distaba en mucho de los actuales, que compartían apellido, Don Adolfo y Don Fernando Suárez, el segundo fallecido este pasado 29 de abril en Madrid, quien fue, además, director del Colegio Mayor Universitario Diego Antonio de Covarrubias, a quien dedico esta columna de opinión.

El demógrafo inglés decimonónico Thomas Malthus indicó que el crecimiento de la población humana es frenado de manera automática por el aumento de la degradación y la miseria. Cuando las dos palabras más escuchadas la semana pasada fueron fango y bulo, protagonizadas por los que las crean y alientan, poniendo el ventilador y haciendo que, incluso, traspasen fronteras, personalmente me preocupa, lo justo, eso sí, pero me inquieta. A mí me parece más degeneración que regeneración. Por eso prefiero los fans al fango. Sirva de ejemplo los 1,5 millones de personas que asistieron el sábado pasado en la playa de Copacabana en Rio de Janeiro al concierto de Madonna a sus 65 años celebrando los cuarenta de carrera. No piensan que esta mujer tiene mucho más mérito que nuestros vilipendios que se dedican a llenar o cubrir a alguien del sustantivo fango, cieno, barro, limo, légamo, lodo, pecina o tarquín. La dermatología distingue diferentes tipos de fango según el origen de las arcillas que los producen: amarilla, blanca, gris, negra, roja, rosada y verde. Espero que todas estas bravuconadas no terminen como la vendetta en la gran ópera Don Giovanni de Mozart, en la que el vil protagonista, tras una vida de seducción y engaño, acaba linchado por una muchedumbre furiosa. Definitivamente, me quedo con la Diva reina del pop y su “La isla bonita”.

Se sabe que los antropoides son los únicos primates, aparte de nosotros, que reconocen su propio reflejo en un espejo, a lo que se llama autorreconocimiento. ¿Estamos seguros? En la era de la empatía, que deriva del alemán Einfühlung, que se traduce como “sentir dentro”, me pregunto qué es lo que tanto sienten en sus adentros. Bien me gustaría que volviéramos a lo que decía el sabio chino Mencio o Mengzi (372-289 a.C.), discípulo de Confucio, que creía que la gente tiende al bien de manera tan natural como el agua tiende a descender pendiente abajo. Quizás esté confundido, pero permítanme que me manifieste. Me declaro fan de nuestros primates, más que de los chimpancés o gorilas, especialmente de los bonobos. Los psicólogos distinguen entre dos personalidades humanas básicas, la HE (Hierarchy-Enhancing) y la HA (Hierarchy-Attenuating). Los HA buscan nivelar el terreno de juego y los HE que creen en la ley y el orden. ¿No les recuerdan un poco a las acciones de las vacunas inactivadas y a las vivas atenuadas? Pero no dejamos de caer en aquel proverbio romano “Homo homini lupus” en el que el hombre es un lobo para el hombre. El Dr Frans de Waal, miembro de la Academia Americana de Ciencias, hablando de nuestra familia antropoide menciona que: “se puede sacar al mono de la jungla, pero no a la jungla del mono”. Propongo que analicemos los niveles actuales de coenzima Q10 también conocida como CoQ10 o ubiquinol, antioxidante que, en teoría, produce de forma natural nuestro organismo. Esta coenzima es esencial tanto para el correcto funcionamiento celular como para la producción de energía celular.

Sigo pensando en las constantes distopías bases de una sociedad ficticia indeseable en si misma caracterizada por su deshumanización. Es el antónimo de utopía y donde se confunden con suma frecuencia los conceptos proceso y producto, donde se parte erróneamente de que deben parecerse, incurriendo en lo que se conoce como “error de Beethoven”. En los primates se habla de la hipótesis de la frustración – agresión, donde, cuanto más profunda es la amargura, mayor es la rabia. Ya lo decía el teólogo del siglo XIII, San Buenaventura, que cuanto más alto sube un mono, más se le ve el trasero. No olvidemos que desde el punto social el desprecio hacia el grupo ajeno lleva a la deshumanización, también conocida como des-chimpanización. En este caso, quiero manifestar ser más fan de la utopía que de la distopía, así como de Beethoven, sus sinfonías y sonatas, declarándome más palomo que halcón.

Coordenadas semana 19: Semana de Europa

“Si recoges un perro muerto de hambre y lo haces prosperar, no te morderá. Esta es la principal diferencia entre un perro y un hombre” Mark Twain (1835-1910) – Escritor y orador estadounidense

 

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