Opinión Antonio Palomo: BUROCRACIA

Estos días me ha venido a la cabeza la música clásica del italiano Niccolò Paganini, quien también nació a finales de octubre del siglo XVIII, conocido como el violinista del diablo y caracterizado porque en la mayoría de sus conciertos usaba la improvisación. Quiero empezar esta columna mostrando mi dolor por las pérdidas humanas y todo el apoyo a los damnificados por la catástrofe derivada del fenómeno meteorológico de la gota fría – Dana, la semana pasada. Tengo una sensación agridulce derivada de que, en momentos como estos, el ser humano mostramos nuestras grandezas y bajezas, que no me dejan de preocupar, ya que si no somos capaces, ni siquiera, cuando cientos de personas han perdido la vida, de unirnos en torno a ellos sin dejar de lado intereses partidistas y frívolos, buscando más la foto que la solución, deberíamos pararnos a pensar qué estamos haciendo mal, de una vez por todas. Parece que hemos aprendido poco de la pandemia por el COVID-19. Creo firmemente en la burocracia bien entendida y reniego de la “burro-cracia”. Literalmente, “burocracia” significa “poder desde el escritorio”, término inventado en Francia en el siglo XVIII, cuando el funcionario se sentaba frente a un escritorio con cajones, que bien les suena como bureau, de tal forma que en el centro del orden burocrático se encuentra el cajón. No son pocos los que lo relacionan con un principio que muchos estadistas han utilizado a lo largo de la historia: “divide y gobernarás”. Seguro que les suena.

Considero que estamos en una sociedad farisea, es decir, bastante hipócrita, donde se atiende más a la letra de la ley que al espíritu de la ley. Ya en el Nuevo Testamento se describían a los fariseos como personas exclusivistas y legalistas que ejercían juicios despectivos de la gente común, lo cual generó un distanciamiento entre ellos y el resto de la población. En no pocas ocasiones, ni ellos mismos cumplían las leyes cabalmente, promoviendo la imagen falsa de que lo hacían. No en pocas ocasiones, la burocracia tiende a sacrificar la verdad en aras del orden, en contra de lo que hace la ciencia, asumiendo esta segunda la no infalibilidad y los mecanismos de autocorrección, algo de lo que la burocracia carece con frecuencia. Esto se ha agravado por la evolución de las redes de información en lo que va de siglo, donde los algoritmos, la inteligencia artificial y el ChatGPT poco han contribuido a prever la catástrofe. ¿Estamos sobrevalorando el poder efectivo para nuestro bienestar real, que no ficticio, de estos métodos? Como se suele decir, si buscamos una manzana, primero hemos de localizar un manzano y después mirar hacia arriba. A Newton le pilló desprevenido y a muchos les parece con que ir a la tienda y rebuscar entre la infinidad de variedades, ya saben de dónde viene la manzana, que no Apple. En el mundo hay unas 7.500 variedades de manzanas, aunque se agrupen en tres: amarillas, rojas y verdes. Para los nutricionistas, las verdes contienen menos cantidad de azúcares y todas aportan una gran cantidad de fibra dietética. Lo bueno de Sir Isaac Newton es que no se comió la manzana, como hizo Eva o hubiéramos hecho la mayoría de los humanos, sino que se paró a pensar, gracias a lo cual desarrolló la Ley de la gravitación universal. Otros, primero hacen las leyes y luego observamos sus consecuencias. No olvidemos lo que ya en la Biblia se mencionaba sobre el Jardín del Edén, donde Adán y Eva podían comer de los frutos de todos los árboles excepto del manzano, también conocido como el árbol del conocimiento del bien y del mal. Adán y Eva cometieron el pecado de la soberbia, que siglos después, el ser humano seguimos padeciendo. También veo complicado que con el tiempo de atención de 8 segundos que tienen hoy algunos de los más o menos jóvenes según el estudio de TicTok, tengamos el tiempo suficiente para reflexionar sobre lo importante. Entre esto y los quick click´s no quepo en mí.

La burocracia opresiva y las estadísticas falsas han sido durante el pasado siglo y el actual, en no pocos países, una de las señas de identidad. En mi práctica profesional, trabajando tanto en la empresa privada como en la Universidad, la burocracia no es menor, a sabiendas de que no la considero opresiva, aunque sí “un ladrón del tiempo”, como muchos compañeros la denominamos, derivado de la gran cantidad de horas que nos quita para dedicarnos a atender – resolver los problemas que surgen cada día en nuestras responsabilidades. Confieso que me gustaría que se establecieran mecanismos tecnológicos que la agilizasen, simplificando ciertos procedimientos que, en no pocas ocasiones, están bastante alejados de la realidad. En cuanto a las estadísticas, trabajamos diariamente con ellas, e incluso estudiamos bioestadística, habiendo realizado algún que otro curso para mejorar nuestra interpretación de la ingente cantidad de datos que manejamos para conocer su significancia, lo que sin duda tiene que ver mucho con la verdad en ciencia. En la semana pasada tuvimos la oportunidad de tener el estudio estadístico de una prueba con un gran volumen de animales en los que ensayamos durante nueve meses, con varias réplicas, el papel de ciertos micronutrientes sobre sus parámetros productivos, concluyendo que algunos de los índices analizados, no solo tenían tendencias numéricas positivas, sino que, además, eran estadísticamente significativos, lo cual valida lo que estamos estudiando. Esto nos lleva a continuar aprendiendo y avanzando en la mejora de nuestros sistemas de producción, haciéndoles más rentables y por lo tanto más sostenibles.

No siempre hemos tenido resultados significativos, e incluso, a veces, ni hemos sido capaces, al menos yo, de tener resultados ni positivos ni negativos, confesando que también hemos cometido errores que hemos ido subsanando. Ya decía Julio Verne que la ciencia está conformada de errores que nos permiten avanzar, no siendo menos cierto lo que refería San Agustín: “Errar es humano; perseverar en el error es diabólico”.

Coordenadas semana 45: UK – Tailandia – Madrid – Segovia. La Almudena.

“Cuando tiramos el agua sucia de una bañera, debemos tener cuidado de no tirar al bebé sano y limpio” Slavoj Zizek (1949- ) Filósofo considerado uno de los pensadores críticos más importantes de su generación. Fue candidato a la presidencia de la República de Eslovenia

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