Opinión Antonio Palomo: AGRICULTURA
Opinión Antonio Palomo: AGRICULTURA
Siempre recordaré lo que tantas veces repetía mi Padre, conocido como el “Agricultor Sabio”: abril y mayo tienen las llaves del año. En el Catecismo de Agricultura publicado en fecha de 9 de enero de 1895 aprobado por la Autoridad eclesiástica y por el Consejo de Instrucción Pública, para que sirviera de texto en las Escuelas de primera enseñanza, escrito por R.G. González, corregido y muy aumentado por S.C. Fernández (136 páginas), a la pregunta de ¿qué se entiende por Agricultura? refería el arte de cultivar los campos. ¿Cuál es el fin?: explotar la tierra haciendo, con la mayor economía posible, que rinda mucho, bueno y útil. ¿Cuál es el objetivo?: dar reglas fijas para hacer producir a la tierra, fertilizándola, y para multiplicar, modificar y mejorar sus productos. ¿Es importante?: muchísimo, ya que mediante ella el hombre obtiene sustancias con que atender a su alimentación, a su abrigo, a la conservación de la salud. ¿Qué requisitos necesita el Agricultor?: tres indispensables – inteligencia, capital y trabajo. ¿En cuántas partes se puede dividir el estudio de la Agricultura?: en cuatro – agronomía, filotecnia, zootecnia o crianza de animales y administración o economía rural. Dentro de la zootecnia clasifican los animales en útiles y dañinos, estando dentro de los primeros el cerdo. En cuanto a los cuidados que exigen enumeran tres: su alimentación, su higiene y su reproducción. Los alimentos que debemos darlos serán sanos y de buena naturaleza, y lo mismo respecto a las aguas. Su estiércol es buen abono, lo que aún parece que algunos no lo tienen claro. ¡Que interesante sería que nuestros responsables de la educación y cultura actuales incluyeran en los libros de texto desde la infancia, así como en sus mensajes diarios, estos conceptos de memoria histórica de la buena, y no de la de manipular para dividir y segregar, bien contrarios a las bases del buen labriego! Ya conocen aquel dicho de que al final se recoge lo que se siembra.
Si nos vamos a Wikipedia el sector agropecuario engloba el sector agrícola (agricultura) y el sector ganadero o pecuario (ganadería), siendo actividades económicas, que, junto con otras estrechamente vinculadas a las industrias alimentarias, son las más significativas del medio rural. No estaría de más que la ciudadanía sepa que las casas rurales son solo una ínfima parta del medio rural, del que muchos procedemos, estamos orgullosos y es base del sustento de la población. Como mencionaba un joven agricultor gallego en una entrevista de un periodista a la pregunta de si debemos estar preocupados por las constantes presiones sociales y agresiones sobre nuestras actividades, él respondió que los que deben estar preocupados son los que habitan en las ciudades, ya que nosotros al menos, en el peor de los casos, tendríamos alimentos que comer. La palabra agricultura viene del latín agri (campo) y cultûra (cultivo o crianza). La cebada, la unidad energética para nuestros cerdos, ya se cultivó alrededor del año 8.000 a.C. en el Cercano Oriente, coincidiendo en el tiempo con la domesticación de los cerdos, siendo junto al trigo de las primeras plantas cultivadas, continuando hoy como la base de cereales, que, con el maíz, de los piensos para nuestros cerdos en España, que aportan almidones como principal fuente de energía a las dietas junto a las grasas. Como bien me dijo en una ocasión un gran compañero veterinario que ha dirigido una fábrica de piensos durante varias décadas, y que entrega el testigo a otro buen Veterinario de mi tierra castellana en esta semana de San Isidro: “la CEbada y el CErdo forman parte de la cuenta corriente de nuestra actividad profesional”. Me recuerda a una cantante norteamericana, de quien me agrada su voz de mezzosoprano, que ha recibido dos Premios Grammy al mejor álbum góspel, llamada CeCe Love (Priscilla Marie Winans), nacida un par de años después y en el mismo mes que el que les escribe. Dedico esta columna de opinión a Don Jesús O., e invito a todos a escuchar una de las canciones de CeCe ”Don´t Cry”.
Prefiero la agricultura a la política, considerando, sin duda, que la primera está mucho más próxima a la actividad académica que la segunda, lo cual hoy es evidente. Además, la segunda es motivo de muchos más conflictos y ha provocado más guerras. Sociológicamente se dice que las guerras comerciales las suelen perder las dos partes implicadas, mientas que las académicas permiten beneficiarse a ambas partes. Bien estoy seguro de que la agricultura nos aporta más alimentos que la política, así como menos enfrentamientos. Como también estoy convencido de que numerosos políticos actuales frente a los agricultores prefieren ceñirse a lo que el visionario Karl Marx entendió como que podemos controlar mejor a un esclavo convenciéndolo de que es un empleado. La nueva versión es de si es esclavo a tiempo parcial o tiempo completo, con contrato indefinido y dado de alta en la seguridad social. La diferencia entre los esclavos de la época romana y el imperio otomano, y los lugartenientes de hoy, es que los esclavos no tenían que adular a su jefe.
En la agricultura trabajamos durante meses para obtener al final del proceso la mejor cosecha. Bien decía mi Madre cuando la ayudaba a cuidar los cerdos en casa: “Hijo, lo que hagamos bien durante estos seis meses, nos dará sus frutos en los siguientes seis…, y viceversa”. Actualmente, tratamos de sustituir el proceso por el resultado y lo relacional por la transaccional, y alguno no termina de entender al final el motivo de los mediocres resultados. Según decían nuestros abuelos, la vida de verdad (vita beata) es cuando nuestras elecciones concuerdan con nuestros deberes. Quizás sería mucho mejor considerar primero los deberes antes que los derechos, o al menos al mismo tiempo. Por ello, quiero terminar con lo que mis Padres, agricultores apegados al medio rural, a mucha honra, bien me inculcaron: trabaja, estudia para saber más y se agradecido. En cualquier tema, si no sientes que no sabes lo suficiente es que no sabes lo suficiente. En no pocas ocasiones, lo interesante no es necesariamente importante, y lo sensacional, en no pocas ocasiones, no es interesante. En nosotros está saber qué es lo importante.
Coordenadas semana 20: VIVA SAN ISIDRO LABRADOR
“Principio general: las soluciones (normalmente) deben ser más simples que los problemas” Nassim Nicholas Taleb (1960) Ensayista libanes / americano.
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