Los Premios San Drogón

Estoy convencido de que a todos nos ha sucedido; hay ocasiones en la vida que cosas o hechos que a primera vista te parecen pequeñas o incluso cuasi intrascendentes. Luego, cuando las meditas con tranquilidad, resulta que sí tienen una significativa trascendencia. Exactamente esto me ha sucedido con el tema de “Los premios San Drogón”.

San Drogón (Epinoy en Artois, Carvin, 1118 – Sebourg, 1186), es el patrón de los pastores. Es un Santo muy venerado en muchas partes de Europa. La leyenda cuenta que tenía el don de la bilocalidad; se bilocaba para asistir simultáneamente a la misa, sin dejar de cuidar el ganado. Procedía de una rica familia de la nobleza flamenca; huérfano desde su nacimiento se sintió, desde que tuvo uso de razón, culpable de la muerte de su madre, por lo que se mortificó e hizo penitencias. A los dieciocho años abandono todas sus riquezas y se hizo pastor. Como tal trabajó durante seis años en Sebourg. Era extremadamente hábil curando enfermedades del ganado y logrando evitar que el mismo fuese atacado por insectos que les provocaban enfermedades. Por ello se hizo muy famoso, lo que hizo que le llamaran desde otros muchos lugares. Posteriormente se hizo eremita y vivió recluido en una celda durante cincuenta años.

En este año 2019 se han instaurado por parte del asador “Casa Florencio” de Aranda de Duero los mencionados premios “San Drogón”. Los mismos se entregarán el próximo día 25 de abril en la mencionada villa, y aunque están dedicados al sector del ovino de Castilla y León en realidad los mismos honran y buscan enaltecer a todo nuestro sector ovino.

Como dice la propia convocatoria de los mismos: se trata de unos premios que nacen con el firme propósito de dar visibilidad a las mejores prácticas sobre los recursos en el origen de la cadena de suministros del ovino. De esta manera se pretende reconocer la labor de los profesionales y personas que trabajan día a día por la mejora del sector.

Se ha establecido cuatro premios que dicen mucho de la filosofía de los mismos: hay un premio dedicado a la vida de un pastor destinado a reconocer los méritos de una vida de trabajo (un trabajo realmente duro y repleto de responsabilidades); un segundo premio está destinado a la mejor explotación ganadera de ovino teniendo en cuenta la aplicación de técnicas novedosas encaminadas sobre todo al logro del bienestar animal; un tercer premio está destinado a reconocer a la mejor explotación productora de leche de oveja en cantidad y calidad aunando los aspectos productivos y sanitarios y, por último, el cuarto premio está destinado al reconocimiento del rabo más largo de lechazo churro en animales que no superen los 30 días de vida.

Para mí la principal importancia de estos premios radica, por una parte, en que dan visibilidad a un sector pecuario sumido, en no pocas ocasiones, en la opacidad social y, por otra, que premia aspectos fundamentales de la actividad pecuaria ligada al sector ovino. Un sector muy castigado, desde hace tiempo, por el mercado y, en no pocas ocasiones, por la incomprensión de una parte muy importante de nuestra sociedad y de algunas de nuestras administraciones (cito aquí, a título de ejemplo, de mero ejemplo, la problemática irresoluta de la coexistencia estructurada, ordenada y posible, del lobo y/o del oso con la ganadería extensiva).

¡Ojalá, en un futuro próximo, surjan otras muchas iniciativas positivas como es el caso de los Premios San Drogón para el bien de nuestra ganadería!

 

 

Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.
Universidad Politécnica de Madrid
Universidad Alfonso X el Sabio