La Peste Porcina Africana (PPA) sigue cabalgando

Acabo de regresar de participar como ponente en el VIII Seminario Internacional de Porcicultura Tropical. Allí, he tenido oportunidad de hablar con muchos especialistas de diversas partes del mundo y he podido constatar que la preocupación por el devenir de la Peste Porcina Africana (PPA) en el mundo es mayor cada día que pasa y, que en muchos casos, se considera que su avance está claramente descontrolado. 

En lo que se refiere a esta temática, y ya es la tercera semana consecutiva que abordo este tema en mi nota de este Foro Agro-Ganadero, no hay que minusvalorar el hecho de que en el año 2018 se confirmaron en Europa un total de 5.321 focos en jabalíes y 1.335 focos en cerdos domésticos (afectando a Bélgica, Bulgaria, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, República Checa y Rumanía).

En lo que llevamos del primer semestre del presente año 2019, se han declarado en Europa 105 focos en cerdos domésticos y más de 3.000 en jabalíes; es decir, que nos guste o no, la situación no es en absoluto tranquilizadora.

En China la enfermedad sigue avanzando y, según las últimas estimaciones del USDA, el censo global chino puede reducirse alrededor de un 18-20 por 100, quedando el mismo alrededor de los 340-350 millones de cerdos, lo que supondría volver a las cifras de hace 30 años. Las autoridades chinas han prohibido temporalmente los envíos de cerdos de cualquier provincia donde se denuncie un caso. Esta medida ha provocado que los precios minoristas aumenten en las grandes ciudades aisladas de suministros. Los precios pagados a los agricultores se han derrumbado en áreas con un excedente de cerdos que no pueden exportar.

Por su parte, Corea del Norte informó a la Organización Mundial de Sanidad Animal que 77 de los 99 cerdos de una granja en la provincia de Jagang murieron a causa de esta enfermedad y otros 22 cerdos fueron sacrificados (según datos no confirmados, Corea del Norte podría tener un censo superior a los 2,5 millones de porcino ubicados en un centenar de unidades de producción, la gran mayoría cooperativas estatales y una parte también en pequeñas unidades rurales).

Esta situación ha desencadenado las alarmas en Corea del Sur dónde se han reforzado las medidas de cuarentena y se intensificarán los análisis de sangre en unas 350 granjas de cerdos cerca de la frontera intercoreana. También se instalarán vallas y trampas cerca de las granjas para evitar que los cerdos entren en contacto con los jabalíes que vagan libremente dentro y fuera de Corea del Norte.

Las consecuencia de toda esta situación no se han hecho esperar y los precios a nivel mundial no paran de subir y favorece a las zonas que están libres de la enfermedad y en disposición de exportar. Este es el caso de España dónde, según datos facilitados por Interporc, las exportaciones españolas de cerdo y otros productos porcinos a China aumentaron un 32,8 por 100 en los primeros dos meses de 2019 respecto del año anterior.

Cabe suponer que esta situación durará varios años (actualmente los expertos hablan de 3-5 años) pero nuestros porcicultores harían bien en aplicarse aquí el “cuento de le lechera” (no aumentando desmesuradamente sus capacidades productivas) y pensar en lo que puede acontecer cuando la situación se vuelva a normalizar; no sea que hayan de aplicarse, en muchos casos, aquel viejo adagio que dice “pan para hoy y hambre para mañana”.

 

Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.
Universidad Politécnica de Madrid
Universidad Alfonso X el Sabio