Fundamentos técnicos del Robot de Ordeño

En el presente artículo, se va a analizar cómo está adaptado el robot para ordeñar todas las vacas en una explotación, partiendo del hecho de que, actualmente, hay más de 35.000 robots en el mundo y la mayoría de las 25.000 granjas robotizadas tiene al menos un robot, siendo 1,4 la media de estaciones/explotación.

Se tratarán someramente:
– Los componentes de la estación.

– La rutina de ordeño.

– El control de producción y calidad de leche.

En cuanto a los componentes, la opción más convencional es un box tándem individual y autónomo, cuyo brazo es capaz de ordeñar 60 vacas, 3 veces al día, de forma eficiente. Otra opción son los denominados multibox, donde un brazo robótico atiende entre 1 y 5 plazas.

Todos los robots dispensan pienso como principal atractivo para que las vacas vayan voluntariamente a ordeñarse. La alimentación, en el caso del robot, pasa a ser individualizada por vaca, punteándose con el pienso aportado en la estación la ración base que reparte el carro mezclador.

El brazo de ordeño es de acero inoxidable; puede ser hidráulico, neumático o eléctrico, que porta una cámara y/o un sistema de láser para ayudar a colocar las pezoneras.

La cámara de posicionamiento, ayudada por uno o dos láser, detecta la posición de los pezones por coordenadas cartesianas: ejes X, Y, Z. Hay robots que leen la posición del pezón por coordenadas esféricas, detectando un punto en el espacio. Las cámaras TOF se basan en el principio de que cada uno de los píxeles determina la distancia de la cámara al objeto mediante la medida muy precisa del tiempo de retardo. Éstas hacen una lectura en 3D.

Las pezoneras: pueden alojarse separadas o en el brazo, para facilitar o no el acceso del operario a la ubre.

En lo que atañe a la rutina de ordeño:

La limpieza y estimulación del pezón se verifica con una 5ª pezonera especial, que realiza la limpieza con agua y aire a presión proyectados tangencialmente sobre el pezón durante unos segundos, seguido de una estimulación extrayendo los primeros chorros de leche y secado del pezón por vacío.

Otra forma de limpieza es aplicando dos cepillos giratorios con desinfectante sobre cada pezón. En este modelo, la extracción de los primeros chorros se realiza después, con la pezonera de ordeño, separándose la primera leche más contaminada. Hay robots que utilizan la misma pezonera de ordeño, la cual, a través de un orificio en su interior, realiza la limpieza con agua.

Con el robot, cada pezón se ordeña individualmente, evitándose el sobreordeño y el riesgo de contaminación cruzada, como puede ser el caso en un ordeño convencional con colector. El vació oscila entre los 44 y los 46 kpa.

En el post-ordeño se efectúa una pulverización sobre los pezones ordeñados con una boquilla instalada en el brazo. Hay robots que la instalan fuera del mismo, en algún punto de la estación o en la misma pezonera de ordeño en un segundo orificio interno.

Fundamental aquí es el control de la producción y de la calidad de leche. La producción se puede medir en su totalidad o por cuarterón, si cada uno lleva un medidor óptico. Todos los robots controlan la salud de la ubre a través de sensores que miden la conductividad de cada pezón, indicando si aumenta, el riesgo de mastitis.

Algunos robots pueden aportar, además, otros valores que indiquen al ganadero un aumento de células; bien realizando un CMT o a través de un software que integra los valores de conductividad, colorimetría e intervalo entre ordeños.

También existe un contador real de células somáticas para el robot que, a partir de una muestra de leche, tiñe el núcleo con un reactivo y saca una foto dando el número total de células.

La última tecnología es el Herd Navigator, un laboratorio conectado al robot que analiza el contenido de LDH Lactato Deshidrogenasa.

Lo que sí es evidente es que el robot de ordeño sigue evolucionando positivamente y cada vez es más eficiente y más eficaz.

 

Carlos Fariñas.

DeLaval.