El Brexit alcanza su primera y dolorosa victoria en el seno de la Unión Europea

Con un profundo dolor, por lo que se va a ver afectada la Unión Europea (y, en ella, España, claro) y porque soy un europeísta totalmente convencido (lo hablaba hace unos días con personas que laboran en Bruselas, durante mi estancia en Santiago, a donde me desplacé para dictar una conferencia en el ámbito de la jornada organizada por Cooperativas Lácteas Unidas – CLUN), he de reconocer que, una vez más, me he equivocado total y absolutamente (errar es humano…dicen).

En efecto, el día 29 de marzo (un día, sin duda, muy triste para la Unión Europea y, en mi opinión, también para los ingleses; tiempo al tiempo) el Consejo Europeo, al que el Presidente, el señor Donald Tusk, ha convocado para el 29 de abril (donde ya no podrá participar el Reino Unido, de acuerdo con el Tratado de la Unión Europea de 7 de febrero de 1992, firmado en Maastricht) emitía la siguiente declaración:

En el día de hoy, el Consejo Europeo ha recibido una carta de la primera ministra británica, Theresa May, en la que notifica la intención del Reino Unido de abandonar la Unión Europea. Esta notificación responde al referéndum del 23 de junio de 2016 y con ella comienza el proceso de retirada de conformidad con el artículo 50 del Tratado. Lamentamos que el Reino Unido abandone la Unión Europea, pero estamos preparados para el proceso que ahora tendremos que seguir.

Por parte de la Unión Europea, la primera medida consistirá ahora en la adopción por parte del Consejo Europeo de directrices para las negociaciones. Dichas directrices establecerán las posiciones y los principios generales a la luz de los cuales la Unión, representada por la Comisión Europea, negociará con el Reino Unido.

En estas negociaciones, la Unión actuará de forma concertada y protegerá sus intereses. Nuestra primera prioridad será reducir al mínimo la incertidumbre causada por la decisión del Reino Unido para nuestros ciudadanos y empresas y los Estados miembros. Por lo tanto, vamos a empezar centrándonos en todas las disposiciones clave para una retirada ordenada.

Abordaremos estas conversaciones de manera constructiva y nos esforzaremos por llegar a un acuerdo. Esperamos contar con el Reino Unido como estrecho asociado en el futuro.

Es verdad que la U.E. se “libra”, si se puede decir así, de un “socio” que, con frecuencia, ha generado muchos dolores de cabeza a la Unión y que nunca se ha acabado de integrar al 100 por 100 (no adoptó el euro, por ejemplo).

Pero, las consecuencias reales y posibles del Brexit para todos, para ellos y para nosotros, serán muchas y de calado; la primera, que este proceso no “prenda” en algún otro Estado. La segunda, que el Presupuesto Comunitario Global se verá reducido en unos 9.300 millones de euros (lo que significa que la PAC, a partir del año 2020, tendrá a su disposición unos 3.600 millones menos, salvo que se arbitren soluciones como, por ejemplo, una mayor aportación directa de los 27 Estados restantes o un aumento de los impuestos a través de una “fiscalidad común en la U.E. – 27”).

Se avecinan momentos complejos que habrá que positivar necesariamente y deberemos estar muy atento a lo que acontece, en el ámbito aquí referido, en los próximos dos/tres años.

Carlos Buxadé Carbó.

Catedrático de Producción Animal.

Profesor Emérito.

Universidad Politécnica de Madrid.