Doñana sanea una cabaña bovina de 2.800 cabezas para mantener su raza

El secretario general de Agricultura, Ganadería y Alimentación de la Junta de Andalucía, Vicente Pérez, ha supervisado sobre el terreno las tareas de saneamiento del ganado bovino del Espacio Natural de Doñana, junto al delegado territorial de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de Huelva, Álvaro Burgos.

En concreto, han tomado parte en la segunda jornada de saneamiento de bóvidos de la raza de ganado autóctona de Doñana de las dos que se desarrollan en la finca ‘Marismillas’ bajo la inspección de la Oficina Comarcal Agraria (OCA) de Almonte.

Los técnicos de la OCA almonteña, de la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Marismeño, las Agrupaciones de Defensa Sanitaria Ganadera (ADSG) y del Espacio Natural de Doñana realizan el control de tuberculosis y brucelosis de unas 2.800 cabezas de ganado bovino de más de un centenar de titulares durante la época estival.

El primer dispositivo se organizó a comienzos de julio y el segundo, 60 días después, tal y como está establecido en la normativa sanitaria y como queda fijado en el Foro para la Sanidad Animal de Doñana que se reúne cada mes de mayo.

«Tenemos la responsabilidad de velar por la conservación de razas que son patrimonio de Doñana, el caballo marismeño y la vaca mostrenca», ha afirmado el secretario general de Agricultura, Ganadería y Alimentación. «En esta ocasión –ha añadido– nos ocupa la cabaña bovina, indicador de enfermedades que llegan a poner en peligro el equilibrio animal en el espacio natural. De ahí la importancia del trabajo que llevan a cabo los veterinarios».

El saneamiento se realiza en las cinco explotaciones incluidas en las seis zonas de pastos comunales de Doñana. Y se plasma en verano porque el nivel de agua superficial en las marismas donde pasta el ganado es menor o inexistente y porque durante esta estación se evitan las molestias a las aves nidificantes de la marisma.

En un primer momento se procede a encerrar al ganado bovino en los cercados de cada una de las fincas. Posteriormente, los ganaderos identifican a los becerros nacidos mediante los crotales y se realizan los estudios y las vacunaciones pertinentes. Las pruebas de tuberculosis engloban todas las cabezas mayores de seis semanas; para la brucelosis se estudian los ejemplares de más de un año.

La tuberculosis bovina está considerada como una enfermedad de declaración obligatoria dentro del proceso de saneamiento, por lo que los diagnósticos positivos conllevan el sacrificio para evitar consecuencias para la raza.

«El saneamiento supone una ardua labor de equipo entre ganaderos, las Agrupaciones de Defensa Sanitaria Ganadera (ADSG), técnicos de la Junta de Andalucía y Asociación Nacional de Criadores de Ganado Marismeño. Al mismo tiempo es vital para Doñana, por lo que desde Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible agradecemos el compromiso que demuestran», ha declarado Álvaro Burgos durante la jornada de saneamiento en campo.