COAG señala a los apicultores, cerealistas y viticultores como los «grandes perdedores» del campo extremeño del 2023

COAG señala a los apicultores, cerealistas y viticultores como los "grandes perdedores" del campo extremeño del 2023COAG señala a los apicultores, cerealistas y viticultores como los «grandes perdedores» del campo extremeño del 2023

La Coordinadora Agraria de Extremadura (COAG) ha señalado a los apicultores, los cerealistas y a los viticultores como los «grandes perdedores» del campo extremeño, entre otros, del año 2023, del que ha valorado que ha sido «un periodo complicado» para los agricultores y ganaderos de la región.

Estos últimos «se han visto inmersos en una tormenta perfecta de vicisitudes que han provocado una grave crisis en el sector, obligando a muchos profesionales a endeudarse hasta el límite de sus posibilidades, en algunos casos, y hasta el abandono de la actividad en otros», según COAG, para la que los motivos «han sido muchos y de peso» y, en primer lugar, las «graves» consecuencias de una «pertinaz» sequía «que ha supuesto una auténtica ruina para los productores de secano y para los ganaderos, que se han quedado sin pasto para la alimentación del ganado».

En el cereal de secano la cosecha fue «catastrófica», y además se unen los precios un 24 por ciento más bajo; mientras que en cuanto a los viticultores se ha referido a la «peor» cosecha de los últimos 30 años, con bajadas de precios en las uvas y el vino más acusado en la variedades tintas que en las blancas.

En el caso de la apicultura, la bajada de producción como consecuencia de la sequía se une a una parálisis de las ventas de miel en los últimos dos años, y a que la industria y las grandes superficies han optado por la miel importada de terceros países «que no reúne la misma calidad que la miel extremeña», según detalla en nota de prensa COAG Extremadura.

Asimismo, ha señalado en relación a los cultivos de regadío que se consiguió un año «casi normal», a pesar de la baja dotación de agua existente; y que en cuanto a la ganadería también fue un año «problemático» en todos los sectores, también propiciado por la sequía y con la «puntilla» del conflicto bélico en Ucrania.

«Los costes de producción se han mantenido disparados este año después de que en 2022 se alcanzara un récord de incremento en los costes sin precedentes en los últimos 50 años, una subida que no se han visto reflejadas en los precios en origen, percibidos por los agricultores y ganaderos; por lo que la balanza de la cadena alimentaria continúa desequilibrada», según la organización agraria.

LA NUEVA PAC

En su balance, ha expuesto igualmente que «por si no había suficientes desgracias en este 2023», el sector se ha «enfrentado» a la entrada en vigor de la nueva PAC, «un verdeo de escaparate que no ataja el proceso de uberización del campo español y europeo» y una reforma que, a juicio de COAG, «no es justa ni social, y acelera el proceso de desaparición de las pequeñas y medianas explotaciones».

Para esta organización agraria, la nueva arquitectura verde, en un marco de desregulación de mercados y una mayor volatilidad de los precios, «cae como una pesada losa sobre el modelo social y profesional agrario, aumentando los costes de producción y la consiguiente pérdida de rentas en el sector antes referida, y agravando aún más la competencia desleal de terceros países». En este sentido, ha querido destacar que, desde COAG, se defiende la sostenibilidad ambiental, «pero unida a la económica y social».

Así y en relación a este modelo social y profesional de agricultura, mayoritario en Extremadura, el portavoz de COAG Extremadura, Juan Moreno, ha afirmado que se encuentra «gravemente amenazado» por la irrupción de grandes capitales y fondos de inversión que imponen un modelo «uberizado» de agricultura, «que forma parte de largas cadenas de comercio global, que acaparan nuestros recursos naturales y no revierten el territorio».

Por ello, ha reclamado una defensa «más firme» de la agricultura social y profesional, ya que «está en peligro la vida de nuestros pueblos, la seguridad y la soberanía alimentaria». «Es necesario», ha añadido, «reforzar el modelo social y profesional de agricultura, proteger a las personas que mantienen las explotaciones más vulnerables, imprescindibles para garantizar nuestra alimentación y soberanía alimentaria en un contexto de crisis climática y energética».

RETOS PARA EL NUEVO AÑO

Para el nuevo año, la Coordinadora Agraria de Extremadura espera y desea que se consigan unos precios «justos» y unas rentas «dignas» para los hombres y mujeres del campo, que motiven el «tan necesario» relevo generacional, así como que se aplique «en toda su dimensión» la ley de la cadena, «denunciando su incumplimiento, extendiéndola a todas las producciones, haciendo valer que los precios cubran los costes de producción».

También ha hecho hincapié en las consecuencias que el cambio climático está teniendo «ya y va a más» en los rendimientos productivos en prácticamente todo el sector. En estos últimos tres años, ha detallado, los rendimientos son menores, tanto en la agricultura como en la ganadería y es algo a tener en cuenta porque «no sólo es un problema del sector agrario, sino de toda la sociedad» y «está en peligro el abastecimiento de alimentos».

Por ello, para esta organización los precios agrarios y la PAC deben incentivar la producción agraria para evitar tener un problema «muy serio» de desabastecimiento y, para ello, es «imprescindible» que los costes de producción, las inversiones necesarias para combatir el cambio climático (tecnología para optimizar recursos hídricos, mitigar los golpes de calor y material vegetal que permita afrontar cambios bruscos de temperatura y la falta de agua), así como la rentabilidad para el productor, estén incluidas en el precio en origen.

Asimismo, la organización agraria ha pedido que se ponga «pie en pared» a la competencia con terceros países y se recupere el principio de preferencia comunitaria, frente a las importaciones sin control que no cumplen las normas comunitarias y «hacen saltar las alertas a diario por contener sustancias perjudiciales para la salud». Desde el 1 de enero de 2023 hasta hoy, el RASFF (Rapid Alert System Feed and Food) ha notificado un total de 913 alertas por pesticidas en productos agroalimentarios.

Para Juan Moreno, «ha quedado retratada la hipocresía de la Unión Europea, ya que la seguridad alimentaria no está garantizada en Europa porque quienes mandan son el poder económico y comercial. Los mercados financieros, los fondos de inversión y la distribución se están forrando a costa de importar alimentos de terceros países donde todo vale, hasta el veneno».

«Ni importa la salud pública, ni el medio ambiente, ni el modelo social y profesional de agricultura que es el único que distribuye riqueza, genera economía social y empleo, fija la población al territorio, y es el más sostenible de todos», ha subrayado, para confiar en que el 2024 «traiga mejores noticias para las mujeres y los hombres del campo».

También «el agua que tanta falta hace y precios justos, coherencia y honradez para quienes definen las normas y deben controlar que se cumplan, e ilusión y motivación para que los jóvenes tomen el relevo en el sector agrario, para que sigan dando vida a nuestros pueblos extremeños».

 

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