Cataluña
La verdad es que, a pesar de las muchas presiones que he recibido a lo largo de estos últimos meses y muy especialmente en estas últimas 4 semanas, no quería escribir nada relacionado, directa o indirectamente, con la compleja situación que se vive en Cataluña, conocida por todos nosotros y que, por razones obvias (miren mis apellidos), me afecta emocionalmente de una manera muy profunda.
No obstante, han acontecido dos hechos que me han hecho cambiar de opinión.
Por una parte, está la deriva que se generó a raíz de una charla mía acerca de “los mercados reales del sector agrario catalán; una realidad incontrovertible”, que dicté el pasado día 9 en el marco de una institución docente y que generó un debate posterior enormemente tenso (un nivel de tensión que me era desconocido) y, por otra, la carta que ha publicado el pasado día 15 de septiembre mi buen y admirado amigo y maestro, el Prof. Dr. Don Jaime Lamo de Espinosa, en la revista “Vida Rural”, de la que es Director, y posteriormente, el día 22, en la Tercera del ABC; escritos con los que me siento absolutamente identificado y que han contribuido en gran manera a serenar mi espíritu al ver que lo que expuse en mi charla y defendí en el posterior coloquio, está en la misma línea argumental del profesor.
Desde una perspectiva exclusivamente técnica; insisto, exclusivamente técnica (que es desde la única perspectiva en la que considero tengo los suficientes conocimientos como para poder emitir una opinión en el ámbito de la compleja situación mencionada), la separación de Cataluña del resto de España (el ‘Catalexit’, como la llama el profesor Jaime Lamo de Espinosa) , sería, en contra de lo que se ha publicado reiteradamente en mi tierra, sencillamente demoledor para la agricultura y la ganadería catalanas (y para su economía en general).
En efecto, por una parte, mi Cataluña fuera de España se colocaría automática e irreversiblemente (atención a esta afirmación) fuera de la Unión Europea y del Euro.
Los Tratados, que rigen la vida de la Unión Europea son los que son y son como son, no admitiendo (nos guste o no) interpretaciones sesgadas o partidistas. En este sentido, como muy bien matiza el profesor Jaime Lamo, cuando un territorio se separa de la U.E. sólo puede volver a entrar en la Unión por medio de un acuerdo específico de adhesión, pero únicamente (condición sine qua non) si cuenta con el sí de todos los Estados miembros (lo cual, en este caso es, obvia y objetivamente, totalmente imposible).
Por otra, el ‘Catalexit’ supondría, de entrada y de acuerdo con estimaciones altamente cualificadas técnicamente, una caída del PIB catalán de un 30 por 100 aproximadamente; paralelamente, para los agricultores y ganaderos ubicados en Cataluña, como tantas veces he explicado, implicaría la pérdida anual de unos 400 millones de las ayudas procedentes de la PAC (“pago único”) y más de 360 millones anuales procedentes de las ayudas Feder; además, estarían parcial, directa y negativamente afectados por lo necesidad que tendría Cataluña de renegociar, durante años, los más de 15.000 Tratados Internacionales hoy en vigor en el seno de la U.E.
El ‘Catalexit’ también significaría para los mencionados agricultores y ganaderos catalanes -¡atención a esta cuestión!- perder inmediatamente, de forma absolutamente segura, el acceso directo al mercado único de la Unión (y, consecuentemente, al mercado español). Cataluña sería, a todos los efectos, un “país tercero” y estaría inevitablemente sujeta a todo el entramado arancelario, lo que causaría un daño muy difícilmente superable (y en todo caso a largo plazo) a la agricultura, a la ganadería y a la agroindustria catalanas.
Ante esta realidad, comparto plenamente la opinión del profesor Jaime Lamo de Espinosa: la independencia de Cataluña sería para nuestro sector, créanme, sencillamente un suicidio técnico y económico; lo que significa, para empezar, que, ante todas estas realidades técnicas de tan graves repercusiones económicas para “mi sector”, como catalán que soy y me siento, no puedo aceptar de ninguna manera la idea de una Cataluña fuera de España y, por ende, fuera de la Unión Europea.
Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.
Universidad Politécnica de Madrid.