• El almendro es uno de los cultivos que menos gases de efecto invernadero aporta a la agricultura en España.

Los pasados días del 2 al 13 de diciembre tuvo lugar en Madrid la Cumbre del Clima COP25, en la que se analizaron las principales causas del cambio climático, una de las principales preocupaciones de la sociedad, y entre las que destacan las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global del planeta.

La influencia humana es la principal causa de las emisiones de gases efecto invernadero (GEI), alcanzando las ocasionadas por la agricultura y la ganadería el 14% del total, pudiendo llegar al 25% de las emisiones globales si se tienen en cuenta los cálculos indirectos ocasionados por la producción de los insumos.

Sin embargo, no todos los sistemas de producción de alimentos actúan de la misma forma de cara al cambio climático, constituyendo la producción ecológica la gran alternativa. Se trata de un modelo profesional y el único reglado por una norma europea común a todos los estados miembros, el cual está demostrando que contribuye de una forma activa a frenar los efectos del Cambio Climático con la reducción de la huella de carbono.

Por lo que respecta al almendro, se trata de uno de los cultivos leñosos que menos gases de efecto invernadero aporta a la agricultura en España. Y es que, alrededor del 85% del almendro cultivado en España son plantaciones de secano extensivas, situadas en su gran mayoría en el mediterráneo y centro España, unas zonas muy vulnerables al cambio climático y con escasez de agua. Además, gran parte de esta superficie practica el cultivo ecológico, siendo España el mayor productor del mundo de almendra ecológica, con una superficie, en 2018, del 33% de la superficie total nacional.

Por ello AEOFRUSE, entidad comprometida con el medio ambiente, apuesta por la producción ecológica y trabaja en conseguir el apoyo necesario institucional representando a productores que apuestan por un sector estratégico para la agricultura española, de gran trascendencia desde el punto de vista ambiental, social y económico, además de su compromiso con el modelo más efectivo para la mitigación del cambio climático como es el ecológico. El cual contribuye a la reducción en las emisiones de óxido nitroso por el uso de fertilizantes; el incremento del secuestro de carbono a través de las cubiertas vegetales; y la disminución de la huella total de carbono por kilo de producto.

La implantación de cubiertas vegetales, la reincorporación de los restos de poda, el reciclaje de los residuos de la agroindustria, la reducción del laboreo, el empleo de las energías renovables y el uso de variedades tradicionales son algunas de las prácticas que más efectos positivos presentan.

En contraposición a este sistema de cultivo del almendro, está el realizado por otros países, donde se requiere un gran gasto energético a causa de la mecanización, el aporte de abonos químicos con gran cantidad de nitrógeno y la aplicación desmedida de productos fitosanitarios y herbicidas, muchos de ellos prohibidos en la Unión Europea.

DECLARACIÓN AMBIENTAL DE PRODUCTO

Hemos de recordar que la almendra española muy recientemente ha obtenido la certificación de huella de carbono, verificada por AENOR:

https://www.aenor.com/Producto_DAP_pdf/GlobalEPD%20009-001.pdf

De eso modo AEOFRUSE pone de manifiesto, a través de Declaración Ambiental, las ventajas ambientales que presenta la producción de almendra en España, frente a la que se origina en otros países. Sin duda, un distintivo más que añadir a la larga lista de cualidades que distinguen la Almendra Española.

Con este nuevo trabajo, AEOFRUSE sigue apostando por la sostenibilidad ambiental como herramienta de competitividad y diferenciación del sector nacional del almendro.