ACLIMATACIÓN vs ADAPTACIÓN

En medicina veterinaria el clínico examina al animal o la población que tiene signos clínicos, formula un diagnóstico diferencial y en base a sus conocimientos y apoyado por las pruebas llega a un diagnóstico para establecer el tratamiento. No es infrecuente la epistemología tanto en nuestra profesión como en la vida misma, que es creer que no se necesita el conocimiento y que todo es el resultado de observar, cambiar y ver la evolución. Las fuentes de error en la recolección de los datos son múltiples, siendo una muy común la falta de atención al conjunto cuando prestamos atención a una sola cosa. Esto está siendo muy común en la actualidad al ver todo bajo el único prisma del Sars-Cov-2. Considero que la inteligencia visual y cognitiva son críticas. Los análisis estadísticos son un ejemplo frecuente, ya que cuando analizamos un dato y sus medias sin tener en cuenta las desviaciones y el resto de los parámetros que influyen en este, corremos el gran riesgo de equivocarnos, que es siempre lo que me viene a la cabeza cuando escucho las estadísticas de infectados, que no es lo mismo que enfermos, u otros muchos datos que se tratan tan a la ligera y que son tan divergentes. Un diagnóstico preciso necesita de una muestra correcta de un animal correcto en el momento correcto. El proceso del diagnóstico comienza por la observación de los signos clínicos, el estudio de las lesiones, establecer el diagnóstico diferencial, la toma de las muestras adecuadas para enviar al laboratorio en las condiciones de conservación y remisión adecuadas para que lleguen bien al laboratorio y se pueda detectar el agente implicado. Al mismo tiempo es esencial poder analizar todas las causas que pueden estar involucradas como agentes desencadenantes, agravantes, factores ambientales, nutricionales y de manejo (necesario recopilar toda la información). ¡Seguro que siempre se hace así¡ – El ABC de la medicina veterinaria como decía nuestro compañero Eric Borrouch en la reunión de la asociación americana de veterinarios de porcino celebrada en San Diego en 2018 se basa en: Accept nothing at face value, Believe no one simply because of who they are and Check everything“ Analizando estas bases de la medicina preventiva no me termino de adaptar a quienes hacen de la epistemología su praxis, que no aclimatar, lo cual según vamos a ver no son lo mismo.

Todos ustedes están muy familiarizados con la importancia de las cuarentenas de las futuras reproductoras a la entrada en las granjas como punto crítico de la estabilidad sanitaria de las mismas frente agentes infecciosos como Mycoplasma hyopneumoniae, Virus Gripe o Virus Síndrome Respiratorio y Reproductivo Porcino. Y aquí hablamos de periodos mínimos de 6 semanas (si coincide con el término) e incluso necesariamente mayores (9-12 semanas). Cuando escucho lo de las cuarentenas de los 14 días para el Coronavirus humano no me deja de provocar asombro, así como otras muchas cuestiones de aislamientos según tamaños del grupo u horarios. Espero que no lleguemos a tener que segregarnos por género, ideas políticas, ideas religiosas o gustos gastronómicos o musicales. En este punto me dejo influir por Santa Teresa de Ávila cuando decía aquello de que “nada te turbe, nada te espante”, que también es el título de la novela llena de humor y valentía para la mujer de hoy que escribió Susana Pérez-Alonso titulada “Nada te turbe”. Y es en este punto donde suelo escuchar como se utilizan los términos aclimatación y adaptación de nulíparas indistintamente. La diferencia entre ambos términos es bastante significativa, y yo me inclino por el de aclimatación, ya que esta tiene lugar en poco espacio de tiempo mientras que la adaptación es muy prolongada en el mismo, requiriendo incluso alguna generación y siendo heredable, lo que considero no coincide para nada con lo que hacemos en la práctica de las granjas a la entrada de las futuras reproductoras. Podemos definir la aclimatación como el acto de hacer que una especie se acostumbre a climas y condiciones diferentes de los que procede, y según se dice, los humanos somos la especie animal más capacitada para adaptarnos a nuevos ambientes. A buen seguro que conocen excepciones.

Un ejemplo clásico de aclimatación se lo escuché a nuestra genial alpinista Edurne Pasaban Lizarribar al relatar su gesta de los 14 ochomiles del planeta donde mencionaba esos periodos de tiempo en cada uno de los campos hacia el ascenso donde se aclimataban partiendo de que la concentración de oxígeno va disminuyendo a medida que la altura es mayor, para permitir que tengan lugar los procesos fisiológicos que producen una mayor cantidad de hemoglobina en sangre a efectos de incrementar el transporte de oxígeno a los tejidos de todo el organismo. Otro ejemplo de aclimatación importante es nuestra respuesta fisiológica a las temperaturas regulado por la piel, que puede actuar tanto como aislante (también primera barrera de defensas) o como calefactor. Bien sienten como cuando hace calor los vasos sanguíneos superficiales se dilatan, circulando más sangre y por lo tanto sintiendo más calor, que al mismo tiempo nuestro organismo trata de compensar con la sudoración debida a que la piel también es una gran superficie de evaporación. Y al revés en caso de que haga frío. Pero tampoco, a nadie se le escapa que hay personas mucho más calurosas o frioleras que otras, ya que, aunque los mecanismos de regulación de la temperatura corporal son comunes a todos, existen variaciones individuales y raciales. Y les pongo un ejemplo singular, como es que cuando personas que viven en el norte se desplazan a los trópicos, sufren con frecuencia trastornos y merma de su capacidad reproductora. Aunque esto no me cuadra con lo que decía en su canción Raffaella Carrà, de que “para hacer bien el amor uno tiene que ir al sur”. Bueno, quizás es que una cosa no guarde relación con la otra, como aclimatación y adaptación. También es sabido que los habitantes de los trópicos cuando se desplazan a climas fríos, su sistema vasomotor tiene que hacer mayor esfuerzo, y además de los problemas reproductivos mencionados, también sufren más patologías respiratorias. Por lo tanto, igual la cantante italiana tenía razón.

Y entonces, ¿qué es la adaptación? Su origen es la palabra “adaptare” que significa ajustar una cosa u otra, compuesto del verbo “ad” que significa hacia y el verbo “aptare” (ajustar o aplicar). Este proceso tiene lugar durante toda la vida de un organismo, e incluso, desde el punto de vista fisiológico implica los ajustes del fenotipo de un organismo al ambiente. Y desde el punto de vista biológico es un proceso fisiológico, rasgo morfológico de un organismo que ha evolucionado durante un periodo mediante la selección natural, de tal manera que incrementa sus expectativas a largo plazo para reproducirse con éxito y prolongar su supervivencia. Visto así, no quiero pensar que, hablando de evolución humana, según nuestros procesos de adaptación vamos en regresión. Por lo tanto, será preciso que aclimatemos bien a nuestras futuras reproductoras.

 

“La materia le dice al espacio como se tiene que curvar. El espacio le dice a la materia cómo se tiene que mover” John Archibald Wheeler- Físico estadounidense que acuñó el término “agujero negro” (1911-2008)

 Por Antonio Palomo Yagüe – ADM SETNA