A las puertas de la cuarta revolución tecnológica en el sector agropecuario

He leído con una gran atención el interesantísimo artículo publicado por el Profesor don Javier Domínguez en su blog editado por Centro de Comunicación de la Revista Cárnica y que ha titulado “La tercera revolución tecnológica del sector agropecuario”; artículo con el que estoy muy de acuerdo.

Escribe el profesor Domínguez acerca de cómo las nuevas tecnologías, aplicadas tanto a la agricultura como a la ganadería, están en disposición de transformar datos en información. Esta información, abundante, precisa y actual, permite a los empresarios agropecuarios y a sus técnicos mejorar la aplicación de los sistemas y las técnicas de producción. En este sentido, también expone cómo el análisis y la triangulación de estos datos permite la creación de algoritmos sumamente útiles (entendidos aquí los algoritmos como una secuencia de instrucciones que representan un modelo de solución para determinado tipo de problemas).

Estos algoritmos, lógicamente, pueden aportar una ayuda importante para, entre otras muchas cuestiones, determinar el momento óptimo de siembra en un lugar concreto y en una época determinada, para lograr una utilización óptima de la maquinaria, para lograr un mejor aprovechamiento de la alimentación, para identificar a los mejores animales en una granja o para detectar síntomas de una enfermedad antes de que ésta se manifieste.

Evidentemente, la plena utilización de todas las herramientas que nos proporciona la tercera revolución tecnológica estará condicionada por la evolución que vaya teniendo el “modelo europeo de producción”; concretamente, en el caso de la producción pecuaria, las limitaciones de orden zootécnico que pueda imponer una legislación “no zootécnica” en temas tan importantes como pueden ser la protección y el bienestar animal (pensemos aquí, por ejemplo, en la hipotética eliminación de las jaulas en las salas de partos de las explotaciones porcinas intensivas).

Al hilo de lo que expone el profesor Domínguez, me gustaría comentar la que me he permitido denominar como “cuarta revolución tecnológica” que, en realidad, ya está en marcha y que va a consistir, como ya llevo varios años explicando a los alumnos de algunos Másteres donde imparto docencia, en la sustitución, parcial y finalmente cuasi total de la mano de obra directa en cierto tipo de explotaciones ganaderas (pensemos, por ejemplo, para poner tres casos, en los pastores robóticos dirigidos por los ganaderos con la ayuda de drones; en las naves de ponedoras plenamente robotizadas o en las ganaderías totalmente automatizadas  de vacas de leche de alta producción que contarán con robots humanoides de apoyo).

Hay que tener en cuenta que ya tenemos hoy (finales del año 2017) robots, como es el caso del “Robot Sofía”, que son, en cierta medida, capaces de entendernos y de interactuar con nosotros desde una “perspectiva humana”; son conscientes de sus propios defectos y de sus puntos fuertes; pueden mostrar ciertas emociones (por ejemplo, sonriendo) y también algunos deseos de relación con los humanos, lo que no deja de plantear, lógicamente, una serie de incógnitas de índole técnica (hasta dónde se les permitirá llegar) y , tal vez, moral (hasta dónde y cómo nos van a sustituir y/o complementar).

Pero aun aceptando la elevada complejidad e importancia de los cambios que se van a producir, a corto-medio plazo, en el quehacer profesional cotidiano del ser humano, en este caso en el ámbito de las explotaciones e industrias agropecuarias, de lo que no me cabe duda es de que el futuro discurre por estas veredas y no es posible “poner puertas al campo”.

Ello, entiendo, va a conllevar, indiscutiblemente, una serie de cambios sociales (y personales en muchísimos casos) que hoy son difíciles de vislumbrar en toda su magnitud, de aceptar sin temor ante lo desconocido, de asumir plenamente y de valorar adecuadamente.

Pero, de lo que no me cabe ninguna duda es de que la eficiencia y la eficacia de los sistemas y de las técnicas, aplicadas al mundo agropecuario, mejorarán sustancialmente en el marco de la cuarta revolución tecnológica ¡tiempo al tiempo!

Carlos Buxadé Carbó.

Catedrático de Producción Animal.

Profesor Emérito.

Universidad Politécnica de Madrid.