Opinión de Antonio Palomo: WALKING OR DEAD
Caminante no hay camino, se hace camino al andar… que decía nuestro gran poeta Antonio Machado y que también cantaba Joan Manuel Serrat en su álbum “El gusto es nuestro”. Pero sin duda, en mi vida, el walkingque más me inspira es el de Nelson Mandela, quien ni siquiera en los 27 años que estuvo preso, la mayoría en Robben Island, dejó de caminar, siendo uno de sus grandes mensajes en sus discursos: “Never stop walking”. El gusto es mío poderme dirigir a ustedes en estos términos en esta primera semana del otoño después de que el miércoles 15 se votó en pleno dentro del Parlamento Europeo la moción de las restricciones a la utilización de antibióticos en Veterinaria, que se rechazó de forma contundente por 450 votos frente a los 204 a favor y las 32 abstenciones, sobre un total de 686 votos emitidos de un total de 705 diputados. Afortunadamente dejó patente la evidencia científica sobre otros intereses, que manifiesta la propia EPRUMA (Plataforma Europea para el uso responsable de medicamentos en animales), manifestando la importancia de la salud animal y sus conocidos efectos sobre la salud pública, la seguridad alimentaria y la salud ambiental, conocida como One Health. La naturaleza la conformamos todos los seres vivos (animales, humanos y plantas) dentro de los diferentes ecosistemas y en continua interacción. La evidencia científica nunca muere.
Al 94% de los usuarios les gustó la serie televisiva de terror producida en Georgia (USA), The Walking Dead que escribió Robert Kirkman (2010). Quizás se debe a que es un drama que describe las vidas de grupos de personas para sobrevivir diariamente, durante un periodo de apocalipsis zombi, buscando un lugar seguro. La presión que les provoca vivir cada día saca lo peor de algunos de ellos, descubriendo que el miedo les aterra y anula, estando muertos en vida. En síntesis, y algo que no es infrecuente en la sociedad actual, que los conflictos interpersonales pueden suponer una amenaza mayor para la supervivencia que esos zombis deambulando. Recuerdo perfectamente como de pequeño nuestra Madre nos decía: “tened más cuidado con los vivos que con los muertos”. La serie tiene un capítulo que se ajusta bien a lo que está pasando ahora en nuestro sector, que algunas personas me han mencionado estas últimas semanas derivado de la caída vertiginosa de los precios de los cerdos y la no menos fulgurante subida de las materias primas pienso, que tensiona a los mercados y a las personas. Se titula “No way out” (sin salida). Personalmente, pienso que momentos de estos los hemos vivido cada cierto tiempo, y siempre manifiesto que en las últimas cuatro décadas hemos sabido amoldarnos de forma muy satisfactoria a las circunstancias. No es menos cierto que nunca son idénticas y si cambiantes, pero creo que el sector porcino tiene ese sexto sentido que ya mencionó Friedrich Nietzsche y que se conoce como interocepción. Este referente filosófico occidental alemán del siglo XIX partía de que “sin la música, la vida sería un error”, “debiendo ser considerados perdidos aquellos días que no escuchemos y sintamos la misma”, lo que forma parte de nuestra propia superación diaria. Este sentido de la interocepción nos permite comprender lo que ocurre en nuestro interior, principio básico para saber lo que pasa en el exterior. El término lo acuño en 1906 el médico inglés Charles Sherrington galardonado con el Premio Nobel, no volviendo a estudiarse con más detalle hasta los años 90 por el neurocientífico americano Arthur Bud Craig. Y, siguiendo con la música, la canción de Serrat también decía aquello de “Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos…” con el estribillo de “golpe a golpe, verso a verso”, que me infunde la importancia de la perseverancia y la superación tanto en los momentos de beneficios como de pérdidas. Claro que todos preferimos tener balances positivos que negativos, que malo será que este 2021 no sea así después de un primer semestre bueno. O como me relató un buen compañero de trabajo esta semana en Cáceres, que le decía su Padre: “debe haber saldo”.
No todos son malas noticias, ya que con la celebración de San Mateo, uno de los doce apóstoles, este 21 de septiembre comienza el otoño con condiciones ambientales que favorecen los rendimientos productivos de los cerdos en nuestras granjas después de las elevadas temperaturas veraniegas, volviendo a abrir sus puertas FIGAN en Zaragoza, la feria ganadera por excelencia de nuestro país como anuncio al final del año y medio de “cerrado por pandemia”, que sin duda permitirá presentar novedades y dinamizar las interacciones intersectoriales positivas para todos. Esta columna de opinión va dedicada a todos los que han hecho posible que esta se pueda celebrar, mostrando mi gratitud profesional. Muchas personas ya tenemos hambre de volver a algunas de estas actividades laborales normales, que no a la nueva normalidad, que es una perversión del lenguaje, además de ser dos conceptos antitéticos. Nuevo viene de la palabra latina “novus” que se aplica a lo recién hecho o añadido a lo que ya se sabía, mientras que normal viene del latín “normalis” que significa aquello que se ajusta a un algo establecido o lo que es natural. Estos días son varias las personas que después de volver de vacaciones, comenzar su trabajo y que sus hijos volviesen al colegio, decían aquello de “bendita normalidad”. Así, deseo que FIGAN vuelva con normalidad a cumplir los objetivos que se identifican más con el hambre real que con el hambre emocional. Como bien sabemos el apetito y la saciedad se rigen por el sistema nervioso central, además de por algunas hormonas (insulina y leptina). Y cuáles son las principales diferencias entre ambos tipos. El hambre emocional aparece de repente, es un antojo a un alimento dirigido, se come sin pensar y al final produce un sentimiento de culpa, mientras que el hambre real aparece de forma gradual, se basa en cubrir las necesidades nutricionales, se hace de forma consciente y al final sentimos placer. Desearles a todos una semana placentera.
“Cuando bailas tu objetivo no es ir a un lugar determinado de la pista. Es disfrutar cada paso del camino” Wayne Dyer (1940-2015) Psicólogo y profesor estadounidense
“El camino es más importante que aquello que te llevó a caminar” El Peregrino de Pablo Coelho
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