Un problema endémico: la comunicación desde el mundo agrario a la sociedad

El tema “comunicación” lo llevo exponiendo desde hace años en mis clases y en mis conferencias; paralelamente, constato cómo últimamente, en diversas reuniones y congresos, se intenta abordar esta temática en la dirección sector agrario – sociedad. Es lógico, porque en España nuestra “imagen social” (especialmente la del “mundo pecuario”) se ha deteriorado gravemente en el curso de los últimos años.

Es verdad que a ello ha estado y están contribuyendo muy significativamente los escándalos que regularmente generamos (por ejemplo, hace bien poco, en las Fiestas Populares de San Sebastián de los Reyes). Pero, en este marco, tienen un papel realmente estelar (de justicia es reconocerlo) las distintas actuaciones de los colectivos animalistas, veganos y similares, especialmente en los medios y en las redes, donde son grandes expertos y donde actúan con las mismas tácticas y estrategias que suelen utilizar los llamados “influencers”.

Pero la raíz del problema está, desde mi punto de vista, en el propio sector. Lo he dicho y publicado muchas veces y lo vuelvo a hacer hoy aquí: en general, el sector agrario (y muy especialmente el pecuario) nunca ha sabido comunicar adecuadamente lo que hace, cómo lo hace y lo que significa para la sociedad en la que está inmerso.

Si me ciño a la comunicación escrita (la más frecuente en nuestro universo de discurso), me parece evidente que ésta debería fundamentalmente en seis pilares: formar, informar, recopilar, notificar, resumir y, sobre todo, persuadir.

Por esta razón, es obligatorio establecer ANTES DE COMUNICAR: ¿Para qué (objetivo, sencillo y claro)? ¿Qué se quiere comunicar (ideas, imagen, etc.)? ¿A quién se desea comunicar (lo que condiciona el nivel del léxico, el fondo, la forma, etc.)? Y ¿qué roles debe desarrollar la comunicación (los 6 expuestos)? Dicho sea con todo el respeto: nuestro sector generalmente no actúa así.

No hay que olvidar nunca que la comunicación escrita (en cualquiera de sus formas), una vez emitida, emitida queda (salvo que posteriormente se retire o modifique, lo que constituye un error garrafal). Además es una transmisora muy importante de la identidad, de la imagen y de la credibilidad de quien la emite y de la entidad a la que representa.

Pero, en el caso que aquí nos ocupa, todo lo expuesto cobra un protagonismo y una dimensión especialmente elevados porque se trata de los alimentos y de su generación; y en esta comunicación del sector a la sociedad juega un papel fundamental la propia sociedad (su actitud y su aptitud).

En este sentido, hay dos problemas importantes, iniciales y básicos, a superar. Por una parte, está la actitud cada vez menos positiva hacia el sector agrario de nuestra sociedad (especialmente, hacia el sector pecuario), hablando siempre en términos generales. Por otra, su aptitud, fundamentada en un desconocimiento creciente de todo lo relacionado con lo agrario (sistemas y técnicas de producción, cadena alimentaria, controles, etc. etc.).

Lo cierto es que el desconocimiento genera siempre dudas; las dudas rechazo y éste, actitudes negativas. Y ya tenemos el bucle formado, cuya primera consecuencia es una reducción, cuantitativa y/o cualitativa de la demanda.

En definitiva, hay que dar, en general, un importante golpe de timón a la información que genera el sector para la sociedad en general. Hay que considerar seriamente cómo es nuestra sociedad, cómo está evolucionando y cómo está de sensibilizada respecto de todo lo que se refiere a los alimentos y al sector que los produce.

De no hacerlo así, creo firmemente que, a corto y medio plazo, tenemos perdida la “batalla de la comunicación sector – sociedad” frente a los colectivos ya mencionados. Huelga decir lo que esto puede llegar a suponer (basta con mirar lo que ya está sucediendo hoy en Alemania para tener una ligera idea).

Como me decía hace ya muchos, muchos años el Dr. José Antonio Romagosa Vilá, insigne veterinario, prolífico comunicador y maestro, “Carlos: tenemos una mala pieza en el telar”.

Carlos Buxadé Carbó.

Catedrático de Producción Animal.

Profesor Emérito.

Universidad Politécnica de Madrid.