Un peligro real: un aterrizaje significativo de animalistas-antisistema en la Eurocámara

No digo nada que no sea conocido y cierto, al afirmar que, desde una perspectiva ideológica, el Hemiciclo que constituye el Parlamento Europeo, donde se ubican 751 diputados, es una verdadera Torre de Babel donde confluyen las más variopintas posiciones ideológicas (por ejemplo, hay ultranacionalistas polacos capaces de poner en duda que el hombre y la mujer tengan el mismo nivel de inteligencia).

En esta profusión ideológica también se encuentra representado en la actualidad y desde el año 2014, el colectivo animalista-antisistema con un eurodiputado holandés y otro alemán, Anja Hazekamp (Holanda) y Stefan Eck (Alemania). Ambos son pues, hasta la fecha, los únicos representantes de este colectivo tan “sui generis”.

Ahora, por primera vez en la historia, hasta once partidos animalistas de toda Europa se están preparando coordinada y conjuntamente para participar en las Elecciones Europeas dónde esperan conseguir entre 5 y 7 eurodiputados (con un sueldo mensual base de 7.956,87 € brutos al mes (6.200,72 € netos). Dieta diaria fija de 304,00 € para alojamiento y otros gastos, por asistir a la actividad oficial según calendario y de 152 € en el caso de reuniones celebradas fuera de la Unión Europea, facturas de hotel aparte).

Por esta razón, hace unos días, candidatos de ideología animalista a las elecciones europeas de 11 Estados de la Unión Europea (concretamente de Holanda, Bélgica, Francia, Alemania, España, Portugal, Italia, Suecia, Finlandia, Chipre y Reino Unido) han escenificado un acto conjunto en una sala de prensa del Parlamento Europeo, sellado el mismo con la firma de un manifiesto común ¡Atención este tema!

En el mencionado manifiesto se explicitan, entre otras, las siguientes metas a lograr en la UE: dar un estatus moral y legal a los animales; mejorar el bienestar de los animales cautivos en granjas industriales y garantizar la correcta ejecución de las leyes de bienestar animal en todos los Estados Miembros de la Unión Europea; eliminar gradualmente las prácticas ganaderas lesivas para los animales y redirigir las subvenciones que recibe la industria ganadera hacia la agricultura ecológica y sostenible; acabar con el cruel transporte de animales vivos a larga distancia dentro y fuera de la Unión Europea; eliminar la experimentación con animales marcando como objetivo vinculante su reducción y reemplazo, combinado con incentivos para métodos de experimentación alternativos; prohibir la caza y la importación de animales silvestres como trofeos de caza; cerrar todas las granjas peleteras de Europa y prohibir la exportación a otros países; combatir el cambio climático promoviendo el cambio hacia un estilo de vida basado en vegetales, implementando un impuesto sobre CO2 a las empresas y acelerando los esfuerzos para alcanzar un cambio completo hacia las energías renovables.

En este acto estuvo presente la Presidenta de PACMA (Partido Animalista Contra el Maltrato Animal) Dª Silvia Barquero que no dudo en afirmar que: “ya nadie duda de que la defensa de los animales es una cuestión política. La sensibilidad de la sociedad ha crecido y queremos llevarla a las instituciones europeas que es dónde se dictan la mayor parte de las normativas de protección animal. Nuestro movimiento consiste en proteger tanto a las personas como a los animales” (a mi entender, lo que realmente pretenden básicamente los animalistas es “proteger desde una perspectiva antropomórfica” a los animales de las personas).

Me parece sumamente urgente que se busque la forma de poner coto a una potencial “proliferación política” de esta posición antisistema y se reconduzca la misma hacía postulados más adecuados y correctos, zootécnicamente hablando, como, en cierta manera los puede representar y defender la Asociación Nacional Para la Defensa de los Animales (ANDA).

Ésta, ANDA, por lo que yo conozco, defiende posiciones significativamente menos extremistas que PACMA. Por esta razón los zootecnistas (ganaderos, veterinarios, ingenieros agrónomos, etc.) pueden dialogar y, con esfuerzo por ambas partes, encontrar, para temas concretos de la producción animal, puntos de consenso con una proyección realista al futuro.

No me cabe duda acerca de que si las mencionadas posiciones animalistas antisistema llegan a tener con el tiempo un protagonismo político realmente significativo en la Unión Europea (como ya está empezando a suceder, por ejemplo, en Alemania), la Producción Animal (en su sentido más amplio) se va a encontrar con un futuro realmente muy, muy difícil (si es que, a largo plazo, lo llegan a tener).

Créanme, podemos estar entrando en una época “anti-producción animal” irreversible y la misma puede empezar en las próximas elecciones a la Eurocámara.

 

Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.
Universidad Politécnica de Madrid
Universidad Alfonso X el Sabio