¿Solucionan la crisis lechera las últimas medidas?

El Consejo de Ministros de Agricultura de la UE-28, a propuesta del Comisario, tomó determinadas disposiciones para combatir la crisis, que desgraciadamente va a durar. La Comisión activará excepcionales medidas de apoyo a los ganaderos de leche ante un severo y creciente desequilibrio en el sector comunitario que pesa fuertemente sobre el mercado en un contexto de sobreproducción, volatilidad y caída de la demanda mundial.

Se permitirá por tiempo limitado, seis meses, que organizaciones de productores, interprofesionales y cooperativas en el sector puedan establecer acuerdos voluntarios sobre su producción, por tanto, reducirla, que es lo que se pretende ahora. La reglamentación dictada al respecto se limita a autorizar posibles acuerdos de control de la producción láctea por las organizaciones citadas, o sea, da de paso una auto-regulación, siempre voluntaria, sin rozar aspectos concretos. Los Estados miembro deben asegurar que la auto-regulación no interfiere en el mercado interno.

Los reglamentos no establecen ni porcentajes ni compensaciones. Se trata de un acuerdo voluntario del sector. Ni se puede imponer una reducción obligatoria de la producción en todos los Estados miembro ni nuestro Ministerio puede imponerla en España. La pregunta que se suscita ante la posible aplicación entre nosotros es cuánto habría que reducir y quienes tendrían que hacerlo; la respuesta es difícil por las limitaciones de la voluntariedad.

Lo nuevo es la financiación de la medida, por cuenta de los Estados miembro, si van a compensar a los productores por reducir voluntariamente su producción. La Comisión está preparando una modificación del reglamento de ayudas nacionales para que se puedan usar en la compensación. Así pues, no se toca el Presupuesto comunitario, ni la llamada reserva de crisis.

Hay otro aspecto importante. Como cada Estado miembro decide si aplica o no la medida, aparece una previsible situación de ventaja, porque algunos Estados pueden no aplicarla, y sus ganaderos se aprovecharán de cualquier incremento de precio por la reducción en otros Estados. Ya es conocido que el Gobierno irlandés no aplicará esquema voluntario alguno de reducción de la producción. Holanda, Dinamarca, Reino Unido y Alemania no parecen dar de paso la medida. El Comisario reconoce que ahí radica una debilidad de la medida.

Las Organizaciones Profesionales comunitarias, incluidas las españolas están contra la medida y en general contra el “paquete”, pues no les parece suficiente ante la gravedad del momento. Creen que incrementar volúmenes de la intervención pública y recortar voluntariamente la producción, no contendrán la negativa evolución de los precios en origen, y menos precisamente con la inmediata llegada de los aumentos primaverales. La reducción voluntaria de producción por OPs y cooperativas no contempla regular volúmenes a nivel centralizado, ni el mercado comunitario como un todo, por lo que es muy dudoso que la situación pueda cambiar.

En fin, mi opinión respecto a la utilización excepcional del artículo 222 de la OCM de Mercado, es que estamos ante una medida escasamente eficaz en una situación tan grave como la presente. Que se deje la decisión de aplicarla o no a los los Estados miembro, que la posible financiación corra a su cargo, y que la medida sea voluntaria para los agentes de la cadena lechera (OPs, cooperativas, interprofesionales) supone realmente un paso más en la nacionalización de la PAC.

Entre tanto, al comenzar mayo, todas las informaciones solventes hablan de que se acentúa la gravedad de la situación. La Comisión sigue remisa a cualquier mecanismo de gestión del mercado.

Victoriano Calcedo Ordóñez.
Profesor Colaborador Honorífico.
Departamento de Economía. UC.