La sostenibilidad en las granjas cunícolas (I Parte)

Definimos la granja sostenible como la que se pueda rentabilizar y no afecta negativamente al medio ambiente.

Aceptando esta definición, estarán todos los lectores de acuerdo conmigo que la gran mayoría de explotaciones cunícolas en nuestro país son sostenibles. Y lo son por dos motivos principales; el primero porque cualquier cunicultor crea y/o mantiene su explotación con expectativas de negocio y porque le ofrece una disponibilidad. Digo disponibilidad y no beneficio ya que, en los tiempos que corren, es muy difícil la obtención de un beneficio neto con los bajos precios que se suceden, semana tras semana, en las Lonjas, los elevados precios de los piensos; los costes sanitarios y los de la propia mano de obra. En la estimación de la disponibilidad no se contempla la mano de obra. En segundo motivo se fundamenta en el hecho de que, al ir a instalar una granja cunicola se requieren toda una serie de requisitos legales que hacen muy difícil alterar negativamente el medioambiente.

Los ayuntamientos solicitan, además del certificado de compatibilidad urbanística y del informe técnico – veterinario, el correspondiente proyecto técnico completo que debe cumplir con todas las disposiciones y normativas locales, autonómicas, estatales e, incluso, las correspondientes directrices europeas. Se solicita también un estudio de impacto ambiental en el que se garantiza la no alteración de la armonía natural de la zona con las instalaciones. Además, se limita el volumen de la obra, se contempla la distancia que la va a separar de las zonas boscosas, de los caminos, de la vecindad, etc.

También debe presentarse un Plan General de Deyecciones que demanda la fórmula para eliminar los animales muertos y la actuación prevista sobre los residuos especiales, amén de exige mantener un estercolero cubierto y estanco, además de justificar adecuadamente la aportación de nitrógeno al suelo rural con sus limitaciones en función del cultivo. De no poderse justificar este requisito, se exige la contratación de un gestor de residuos homologado para que retire el material orgánico.

Podemos seguir comentando acerca de los contenedores que debe tener la explotación;, uno para los productos utilizados, terapéuticos y no terapéuticos, y otro para los cadáveres. Ambos contratados con empresas homologadas. Las aguas residuales procedentes de la limpieza de los utensilios, también deben canalizarse a unos depósitos para su depuración o ser tratados en tanques biodegradables.

En la práctica se hace preciso ir sumando la gran cantidad de requisitos necesarios para poner en marcha una granja de conejos y en esta suma no se puede olvidar la cuantificación del coste que todo  ello supone.

Llegados a este punto, el titulo de este artículo debería tal vez ser: ¿son sostenibles nuestras granjas cunícolas? La respuesta podría ser: desde el punto de vista de la rentabilidad, difícil; pero a lo que se refiere a su impacto en el medio son totalmente sostenibles.

Hechas estas apreciaciones, vamos a intentar, en la segunda parte de nuestro artículo, detallar y orientar, a los cunicultores de que manera y con que medios podrían mejorar la rentabilidad de sus explotaciones partiendo de la situación actual.

Desde mi punto de vista no vale argumentar que para mejorar la rentabilidad hay que conseguir que paguen en granja más el kilogramo de conejo vivo o que baje el precio del pienso. Debemos buscar otros caminos con alternativas justificadas que no representen costes suplementarios y que permitan llegar al objetivo final: rentabilizar nuestra granja.  De conseguirlo, cumpliremos con el título que hemos elegido para este trabajo.

 

Toni Roca

Toni Roca / conejólogo
Secretario ASEMUCE