El entorno o medioambiente de las explotaciones agropecuarias no siempre es considerado como merece por los ganaderos y los técnicos encargados del diseño y gestión de las  explotaciones. Sin embargo es de una importancia grande tanto para el bienestar, la salud y la productividad de los animales, como para la imagen pública que las explotaciones ganaderas proyectan. Además las regulaciones de todos los niveles, europeas, nacionales, regionales e incluso locales, son cada día más estrictas. En este sentido son muy interesantes los avances que se están produciendo para mejorar la calidad ambiental de los alojamientos ganaderos en todos sus aspectos.

En ocasiones cuando se habla de la mejora ambiental de los alojamientos se pone el énfasis en la gestión adecuada y sostenible de los residuos, evitando la contaminación de agua y aire. En otras ocasiones se piensa en el ambiente interior del alojamiento, la producción de amoníaco y otros gases que afectan a personas, animales, edificios y al ambiente exterior. También se pueden considerar otros aspectos no tan inmediatos, como la integración de la explotación en el paisaje circundante y su estética, o el ciclo de vida de la explotación y cómo se producen los intercambios de agua, energía o carbónico a lo largo de toda la vida del edificio. Podemos plantear la pregunta: ¿qué puede hacer la ingeniería para mejorar de una forma práctica y eficiente el medioambiente en los alojamientos ganaderos?

Con frecuencia se adoptan posturas radicales en relación a las nuevas tecnologías. Existen los defensores a ultranza, que siempre están atentos a las novedades y a gastar mucho dinero en mantenerse a la última, aunque no rentabilicen realmente lo que se gastan. También existen los detractores que piensan que todo eso es inútil y perjudicial y que nada nuevo ni bueno puede aportar. Como en muchas otras ocasiones parece que la virtud está en el punto medio y que existen muchos avances tecnológicos realmente aprovechables e interesantes y que pueden suponer inversiones fácilmente rentabilizables.

En este breve artículo me voy a fijar solo en dos aspectos del entorno, aunque quiero que el lector sea consciente de que la tecnología está trabajando en todos ellos, buscando optimizar las soluciones y que sean de interés para el ganadero. Los dos casos a los que me refiero son la ventilación y eliminación de los gases nocivos en los alojamientos y la integración paisajística de las explotaciones.

Figura 1. Temperaturas y velocidades de aire simuladas en un alojamiento de conejos (tomado de J. Flores-Velázquez y cols, 2013).

En el primero de los casos la tecnología actual dispone de dispositivos de detección de gases, en especial el amoniaco, que pueden ser instalados en los alojamientos y conectarse con dispositivos automáticos de ventilación. Pero donde se están produciendo avances más significativos es en la simulación numérica de los flujos de aire y las condicione térmicas en los edificios, tanto ventilados naturalmente como mediante equipos adecuados (Figura 1). Con estos programas de simulación, combinados con los dispositivos indicados anteriormente, será pronto posible disponer los detectores en los lugares más adecuados y controlar la ventilación de forma automática y eficiente. Los modelos permiten también simular la dispersión de gases y olores en el exterior del edificio permitiendo diseños más adecuados y el establecimiento de barreras.

Figura 2. Simulación de una nave con técnicas modernas de tratamiento de imagen (Tomado de García Moruno, L. 1998).

También es posible hoy día la simulación por ordenador de los edificios antes de ser construidos. Esta simulación es hoy muy eficiente, permitiendo situar el edificio en una fotografía del solar o parcela con sus dimensiones y perspectiva reales, y sobre todo con el aspecto realista que tendrá el edificio, como puede verse en la Figura 2.

Esta es una potente herramienta de diseño, que permite mejorar la estética del edificio y su integración en el paisaje circundante, contrarrestando la mala imagen que ha podido ofrecerse en el pasado.

Francisco Ayuga.

Catedrático de Ingeniería Agroforestal.

Universidad Politécnica de Madrid.