Hace unos días se ha publicado el Informe jamonero y las perspectivas del sector después de que en septiembre se celebrase en Madrid el X Congreso del Jamón, donde precisaron que en 2018 en España se produjeron 50 millones de jamones por un valor de 3.000 millones de Euros (ICEX, ASICI). No me deja de asombrar que coincida que en nuestro país, de referencia en el porcino mundial, produzcamos también unos 50 millones de cerdos con una población de casi 50 millones de habitantes (1 persona-1cerdo-1 jamón). Esto si es “una solución 1 normal”, en un mundo donde hay tantas cosas anormales. Además, la exportación de jamón ha crecido un 45% en los últimos cuatro años (ANICE), siendo China el primer consumidor, quien en el acuerdo firmado el 2 de octubre 2019 permitía la entrada de jamones (pernam en romano) y paletas (petasonem en romano) con hueso (los deshuesados estaban visados desde 2007), además de Francia, Alemania, Portugal, EEUU, México y Japón. Hay un consenso mundial sobre la superior calidad de nuestros jamones tanto blancos como especialmente del cerdo ibérico (producto único) sobre el Jamón de Parma italiano, de Saboya y de Bayona francés, York inglés, Country ham Virginia americano…
Según la prestigiosa consultora Kantar World Panel el 92% de los hogares españoles consumen jamón curado y lo compran una media de 12 veces al año. El jamón es un producto estacional y centrado en las Pascuas Navideñas, donde se estima que se producen el 40% de las ventas anuales. No es menos cierto que en la gran mayoría de los restaurantes que se precian de elevada gastronomía a su entrada y en sus entrantes nos encontraremos con un buen jamón. Mi hija Antía desde muy pequeña da fe de ello cada vez que salimos a comer, y les puedo asegurar que tiene un brillo, una sonrisa y una salud envidiable. ¿Podríamos pensar que el jamón tiene algo que ver con su bienestar?. Son múltiples las publicaciones científicas que demuestran que el consumo de jamón reduce el stress oxidativo por su elevado contenido en vitaminas del complejo B (B1,B2,B6 y niacina), además de tener efectos cardiosaludables por su equilibrio en ácidos grasos y por facilitar la producción de HDL (colesterol bueno), sumado a ello un alto contenido en hierro(anemia), magnesio, fósforo, calcio, potasio y zinc.
Así el consumo de jamón tiene ventajas que comparte con el sueño (Sleep Health:Can we define it? DJ Buysse,2014) como es su efecto cardiosaludable, siendo los problemas cardiocirculatorios una de las primeras causas de muerte en los países desarrollados. Pueden hablar con algunos de mis compañeros que han sido Padres recientemente, y que algunos lógicamente no duermen correctamente (a ellos va dedicada esta columna). Y me pregunto: ¿Si todos los días necesitamos dormir adecuadamente, vamos a precisar comer jamón con la misma frecuencia?. Según el Dr. Matthew Walker de la Facultad de Medicina de Harvard, una dieta saludable y la práctica del sueño bifásico natural son las claves de una larga vida. En los humanos, algo que también compartimos con otras especies animales, la necesidad de nutrición desplaza a la necesidad de dormir, por lo que empecemos por cubrir nuestras necesidades de jamón para dormir mejor y tener una larga vida saludable.
FELIZ AÑO NUEVO 2020 CON SALUD.
“El sueño es el sustento mayor del festín de la vida”– William Shakespeare en la segunda escena del segundo acto de Macbeth (1611)
Por Antonio Palomo Yagüe – ADM SETNA
