Investigadores advierten de que la degradación de los ecosistemas podría aumentar el riesgo de pandemias

Basura y contaminación en el río Guadarrama en la localidad de Arroyomolinos, donde se han registrado residuos y desechos al igual que a su paso por los municipios de Móstoles y Navalcarnero, en Arroyomolinos, Madrid

La destrucción del medio ambiente puede hacer que las pandemias sean más probables y menos manejables, según sugieren nuevas investigaciones. El estudio, realizado por la Universidad del Oeste de Inglaterra y los Laboratorios de Investigación de Greenpeace en la Universidad de Exeter (Reino Unido), presenta la hipótesis de que los riesgos de enfermedad están «interrelacionados» con la biodiversidad y los procesos naturales como el ciclo del agua.

Utilizando un marco diseñado para analizar y comunicar las complejas relaciones entre la sociedad y el medio ambiente, el estudio llega a la conclusión de que mantener los ecosistemas intactos y en pleno funcionamiento y sus beneficios ambientales y sanitarios asociados es fundamental para prevenir la aparición de nuevas pandemias.

La pérdida de esos beneficios por la degradación de los ecosistemas (incluida la deforestación, el cambio de uso de la tierra y la intensificación de la agricultura) agrava aún más el problema al socavar el agua y otros recursos esenciales para reducir la transmisión de enfermedades y mitigar el impacto de las nuevas enfermedades infecciosas.

«Los ecosistemas restringen de forma natural la transferencia de enfermedades de los animales a los seres humanos, pero este servicio disminuye a medida que los ecosistemas se degradan. Al mismo tiempo, la degradación de los ecosistemas socava la seguridad del agua, limitando la disponibilidad de agua adecuada para la buena higiene de las manos, el saneamiento y el tratamiento de las enfermedades. El riesgo de enfermedades no puede disociarse de la conservación de los ecosistemas y la seguridad de los recursos naturales», explica Mark Everard, autor principal del trabajo, que se ha publicado en la revista ‘Environmental Science & Policy’.

«La rapidez y la escala con que se han adoptado medidas radicales en tantos países para limitar los riesgos sanitarios y financieros de COVID-19 demuestran que también sería posible un cambio sistémico radical para hacer frente a otras amenazas existenciales mundiales, como la emergencia climática y el colapso de la biodiversidad, siempre que exista la voluntad política de hacerlo», añade otro de los responsables del trabajo, David Santillo.

Los investigadores dicen que la lección de la pandemia de COVID-19 es que las sociedades de todo el mundo necesitan «reconstruir mejor», lo que incluye la protección y la restauración de los ecosistemas dañados (en consonancia con los objetivos del Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas 2021-2030) manteniendo los numerosos valores de la naturaleza y los derechos humanos en la primera línea de la formulación de políticas ambientales y económicas.